Con la mirada hacia adelante para “no perder pie” en el escenario internacional, la Universidad de la República (Udelar) propone crear un Instituto Nacional de Vacunas, enfocado en la salud humana y animal, dijo Álvaro Mombrú, decano de la Facultad de Química y vicerrector de la Udelar, en el marco del seminario internacional ¿Es posible la producción de vacunas para uso humano en Uruguay? Hacia la creación de un Instituto Nacional de Vacunas.

La covid-19 demostró que es necesario prepararse para la evolución de esta pandemia o la aparición de otras pandemias, acotó el investigador Alejandro Chabalgoity en la actividad virtual del jueves organizada por la Udelar. El proyecto, que tiene un presupuesto de 15 millones de dólares, permitirá al país la producción nacional de vacunas –incluso de uso veterinario– y otros productos biológicos de importancia estratégica para el sistema de salud uruguayo, puntualizó. “No es simplemente un proyecto en el aire, una idea bonita, una utopía a alcanzar en algún momento indefinido. Es un proyecto concreto con un presupuesto ya definido, con etapas de desarrollo claramente marcadas e, incluso, con fecha de puesta en funcionamiento ya definida”, recalcó el profesor titular del Departamento de Desarrollo Biotecnológico del Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina. “Estamos planteando una fecha de apertura para 2025”, detalló. En relación al dinero necesario para hacer realidad esta iniciativa impulsada por la Udelar pero de carácter nacional, interinstitucional e interdisciplinario, opinó: “Para lo que se está planteando hacer es una cifra cuasi ridícula, por lo pequeña”. Además, enfatizó que en Uruguay esta es una posibilidad importante de desarrollo económico, porque la industria biotecnológica es una industria manufacturera y, por lo tanto, genera altos niveles de empleo. En este sentido, aseveró que se trata de una posibilidad “por demás atractiva”.

El Instituto Nacional de Vacunas fue incluido por la Udelar dentro de su propuesta de Rendición de Cuentas y refuerzo presupuestal para el próximo año, y es considerado por la institución como un aporte para el país en un contexto particular. “En Uruguay y en el mundo la epidemia puso en evidencia la relevancia de construir plataformas tecnológicas y académicas sólidas”, expresó Rodrigo Arim, rector de la Udelar. “Estas plataformas, que muchas veces pasan relativamente desapercibidas al ojo cotidiano de los ciudadanos, se pusieron sobre la mesa como capacidades nacionales centrales para poder afrontar una circunstancia tan difícil como la que vivimos desde el 13 de marzo de 2020 los uruguayos”, agregó.

En este sentido, sostuvo: “Aun en circunstancias de normalidad, a las cuales esperamos volver a arribar a la brevedad, estas plataformas nos permitirán mejorar la capacidad como sociedad de lidiar con ciertos patógenos y de conectarnos en mejores condiciones con redes internacionales de generación de conocimiento”. Según Arim, nadie piensa en laboratorios o plataformas “autárquicas”, sino conectadas con el mundo, aunque sí “endógenas”. Para el rector de la Udelar, también es importante sostener procesos de investigación que finalmente se transformen en “otra de las patas posibles para el desarrollo nacional”. Uruguay tiene que mirar hacia adelante, afirmó Arim, y para eso debe apuntar a la construcción de infraestructura adecuada para “impulsar la investigación de calidad en todas las áreas de la ciencia”.

Diálogos con el sector político

El 28 de julio la Udelar presentó su propuesta de Rendición de Cuentas y refuerzo presupuestal para el próximo año ante la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda de la Cámara de Diputados. En la reunión, Arim aseguró que han mantenido intercambios con distintos actores del Poder Ejecutivo. Según consta en la versión taquigráfica, el rector aclaró que la Udelar aún no le había presentado el proyecto al titular del Ministerio de Salud Pública (MSP), Daniel Salinas. Sin embargo, la diputada del Frente Amplio (FA) Bettiana Diaz intervino y comentó que le había consultado a Salinas su posición sobre el proyecto. “Respondió casi que a título personal, diciendo que, a priori, él está muy de acuerdo con la creación de este instituto de investigación y posible producción de vacunas”, sostuvo la diputada. Por su parte, el rector explicó que si bien están iniciando los diálogos con el sistema político, “su continuidad depende, en buena medida, de la posibilidad de acceder a los fondos que razonablemente” les permitan “montar, en 2021, los equipos que se requieren para desarrollar el proyecto”.

El legislador colorado Conrado Rodríguez, integrante de la comisión, explicó a la diaria que la bancada de diputados de la coalición discutió el viernes –y proseguirá este sábado– los artículos de la Rendición de Cuentas en los que aún no tomaron posición, así como los proyectos enviados por los distintos organismos. “En muchos de los casos podemos tener una mirada positiva, pero en muchas ocasiones no tenemos financiamiento. Hay que evaluar esas circunstancias”, consideró.

A su vez, la Comisión Ciencia, Innovación y Tecnología de la Cámara de la Cámara de Senadores decidió invitar a la Udelar para conocer el proyecto el jueves a las 15.00. “Debido a la complejidad que desde el punto de vista técnico reviste el tema y la trascendencia de la propuesta para el país, tanto en términos de innovación como económicos, es que consideramos importante invitarlos”, aseguró a la diaria la senadora nacionalista Gloria Rodríguez, presidenta de la comisión. Por su parte, el representante del FA Enrique Rubio recalcó que los integrantes de todos los partidos políticos que integran este ámbito coincidieron en la importancia de “escuchar” esta iniciativa. “Sin duda, es un tema estratégico, es un proyecto que está muy bien diseñado y es un sector que tiene una enorme posibilidad de desarrollo”, opinó.

Desafíos

Hasta 1980 el Instituto de Higiene de la Udelar producía vacunas en Uruguay, pero en un momento de cambio tecnológico importante, las autoridades de aquel momento decidieron no seguir invirtiendo en este campo por las modificaciones y tecnología de alto costo que había que incorporar. Mombrú señaló que lo que cambió en la actualidad es “la concepción y convicción de que el mundo no es una fuente ilimitada de tecnologías, de productos y de recursos”. Eso, afirmó, quedó demostrado con la covid-19 y dejó como enseñanza que el país debe tener una producción científico-tecnológica de “importancia” para responder a los diferentes problemas. “Tenemos que prepararnos”, enfatizó. El vicerrector subrayó: “Lo que ocurrió nos demostró que no invertir en ciencia y tecnología y adquirir simplemente lo que un país necesita como paradigma se derrumbó”. “Ahora -indicó- debemos jugar este partido con los recursos que tenemos, invirtiendo y aprovechando un montón de características” generadas por la emergencia sanitaria que aceleraron el futuro.

Mombrú recordó que los países fronterizos (y Chile, por ejemplo) ya están trabajando en esto porque desde hace un tiempo estaban preparando el escenario para crear institutos de estas características para la investigación y producción de vacunas. “La decisión es clara: como país estamos dispuestos a acompañar a nuestros vecinos más cercanos o nos quedamos a un costado”, enfatizó.

Para Chabalgoity, al país no le falta “casi nada” para poder crear un Instituto Nacional de Vacunas. “Uruguay cuenta con recursos humanos altamente calificados a nivel científico”, afirmó. “Lo que queda claro que no tenemos es el músculo activado para efectivizar algunas cosas que ya podemos hacer y para vender adecuadamente las capacidades que tenemos para generar modelos de negocios nuevos”, evalúo el investigador. En esta línea, consideró que el kit de diagnóstico de la covid-19 que se hizo en Uruguay se podría haber exportado a la región y al mundo entero con un buen modelo de negocio. “Sin embargo, nos falta el músculo del negocio”, lamentó.

Por otro lado, explicó que Uruguay no cuenta con una normativa que permita desarrollar ensayos clínicos de productos desarrollados en el país, y esto representa un desafío. “Tenemos que tener la capacidad de acordar el licenciamiento de vacunas ya en uso para su producción en el país”, expresó.

Recordó que en el país se está empezando a aplicar la tercera dosis a toda la población que recibió la vacuna Coronavac, del laboratorio chino Sinovac, lo que significa una “innovación” en el mundo, particularmente en lo que tiene que ver con la combinación de plataformas. “Esto es experiencia de importancia a nivel mundial, a nivel de desarrollo productivo y a nivel académico. Pero esto también es un modelo de desarrollo que a las empresas les interesa”, manifestó. “Entonces, cuándo es el momento, si no ahora, para hablar con esas mismas empresas y decirles: ‘Señores, Uruguay tiene un Instituto de Vacunas que es capaz de llevar adelante todas estas cosas y que, por tanto, puede innovar a nivel mundial’”, ponderó.

“¿Qué nos falta?”, evaluó nuevamente. “Creernos como país de que podemos hacerlo. Creernos que tiene sentido hacer una inversión cuasi ridícula para poder embarcarnos en todas estas cosas”, concluyó.