El 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ataque Cerebrovascular (ACV) y, en el marco de esta fecha, el Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó una actualización del protocolo nacional de ACV, con evidencia científica actualizada y algunos cambios que hacen a la actuación del personal de salud ante este tipo de ataques.
En la presentación participó el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas; Andrés Gaye, profesor agregado de la Cátedra de Neurología del Hospital de Clínicas, e Ignacio Amorín, coordinador del programa de salud cerebral del MSP, entre otras autoridades.
Salinas, por su parte, remarcó que la actualización del protocolo se realizó en el marco de “una política nacional e integral en lo que hace a la salud cerebral”, dentro de los avances por los cuales Uruguay ha sido reconocido a nivel internacional. Gaye dijo que el protocolo “es fundamental para uniformar los criterios de manejo de los pacientes” y que “toma las evidencias científicas de mayor calidad y actualizaciones hasta hoy”.
Con respecto al ACV, Gaye repasó que “se trata de una enfermedad frecuente” que genera “una carga de mortalidad muy importante” e incluso entre quienes sobreviven “muchos quedan con secuelas”, y señaló que “en cuanto a su abordaje había quedado un poco relegada con respecto a otras”. En cuanto a las cifras, recordó que en Uruguay se calcula que hay alrededor de 4.200 casos de ACV por año y consideró que aunque “puede no quedar tan claro en términos numéricos” es una enfermedad “muy frecuente”.
Agregó que “el sexo femenino tiene una expectativa de vida más larga y el principal factor de riesgo es la edad”, por lo cual, como las mujeres viven más, en “los últimos años de vida están más expuestas”, por eso a veces puede ser más frecuente que en hombres, y eso hace que el ACV determine más la mortalidad en mujeres que en hombres. En cuanto a la edad, agregó que si bien es “muy frecuente” a partir de los 65 años, también les puede ocurrir a jóvenes e incluso a niños.
Según Gaye, al año de haber tenido un ACV entre “30% y 35% de los pacientes fallece”, y entre quienes sobreviven “alrededor de un tercio queda con secuelas que pueden ser invalidantes”. “Sólo un tercio se recupera de forma aceptable para volver a un estilo de vida independiente”.
Algunas causas y cómo actuar
Según el neurólogo, cuando se detecta un ACV “lo primero [que hay que hacer] es apurarse e identificar que se trata de este tipo de ataque”, porque muchas de las acciones son tiempodependientes, es decir, existe una ventana de tiempo “que es corta” en la que es deseable aplicar los tratamientos. Además, “dentro de esa ventana, cuánto más rápido se apliquen, mejor”.
En cuanto a los síntomas de que se está ante un ACV, comentó que son muy variados, pero algunos de los más frecuentes es que al paciente se le tuerza la comisura de la boca de forma brusca, no pueda hablar correctamente o comprender lo que otra persona le dice, o que pierda la fuerza en una extremidad. “Ante estos síntomas hay que consultar rápidamente”, remarcó.
Sobre las causas, dijo que las más frecuentes son los factores de riesgo cardiovasculares, los mismos que implican riesgos de infarto al corazón: presión alta, diabetes, colesterol alto, fumar, no hacer actividad física y llevar un estilo de vida poco saludable. Aclaró que si bien son los principales factores, también puede darse en pacientes sanos.
Por último, en cuanto a la capacidad del sistema de salud para atender la cantidad de ACV que suceden por año, reconoció que “el sistema venía un poco atrasado en los tratamientos” pero que desde hace pocos años “ha ido mejorando”. Los tratamientos que se ofrecen en la actualidad son dos: tratamiento trombolítico, que consiste en “administrar una sustancia química por una vena del brazo para intentar disolver el coágulo”, y la trombectomía, que “intenta hacer lo mismo pero a través de un cateterismo parecido al cardíaco”.
Actividad deportiva en la rambla
El MSP y otras instituciones vinculadas a la salud organizaron una actividad deportiva que se desarrollará el sábado a las 9.30 en la rambla de Montevideo, a la altura de Kibón, específicamente donde se ubican las letras de Montevideo.
Luis Perri, responsable del programa de actividad física y salud del MSP, anunció que lo que se busca es que las personas entiendan la importancia de “ser más activos y menos sedentarios”. La actividad será gratuita y para toda la familia.