El domingo se cumplen dos años de que el presidente Luis Lacalle Pou, el viernes 13 de marzo de 2020, decretó la emergencia sanitaria, luego de que se confirmaran los primeros cuatro casos de coronavirus en Uruguay. En aquel momento, inmediatamente se cerraron las fronteras, se suspendieron las actividades y los espectáculos públicos que implicaran aglomeraciones y dejó de controlarse la asistencia en los centros educativos, que luego se cerraron. Los protocolos se han flexibilizado, pero se mantienen varias restricciones, como el requisito de inmunización para ingresar al país, el uso de tapabocas en lugares cerrados y el aforo de 65% en eventos, espectáculos públicos, cines, teatros y fiestas para público mixto (vacunado y no vacunado).
En Uruguay, 79% de la población se dio dos dosis de vacunas contra la covid-19, 58% se dio tres, y el jueves, en rueda de prensa, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, informó que “la cuarta dosis viene muy bien”. 48% de los niños de entre cinco y 11 años recibió una dosis. Según Salinas, esos niveles de vacunación permitieron “amortiguar netamente la repercusión en cuanto a internaciones, internaciones en CTI y fallecidos” durante la ola de contagios causada por la variante ómicron, en enero y febrero. Si bien Salinas reconoció que hubo un alto número de casos, mencionó que las repercusiones “fueron mucho más leves que en la primera ola”, la que causó la variante P1 entre marzo y julio de 2021.
Según el ministro, “todos los parámetros indican que la ola de ómicron estaría amainando o disminuyendo sobre fines de marzo y la primera quincena de abril”.
Ante la consulta del cese de la emergencia sanitaria, el ministro expresó que “tiene otras aristas”. Hacía alusión al presidente de la República, Luis Lacalle Pou, quien el jueves 3 dijo en la radio El Espectador: “Todos los días me levanto con la intención de que cese esa emergencia. El tema son las herramientas que le genera esa emergencia sanitaria al gobierno y hay que tener claro si no se van a necesitar”. Una de esas herramientas es el Fondo Covid, porque la ley que lo creó (19.874) estableció que finalizará cuando se termine la emergencia; según anunció en febrero la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, en 2022 el fondo gastará alrededor de 400 millones de dólares.
Salinas adelantó que estima que “van a estar dadas las condiciones para la normalidad progresiva”, y así como en febrero se habilitaron todas las actividades al aire libre, dijo que en la primera semana de abril se podrían incrementar las flexibilizaciones en actividades en ambientes cerrados, en la educación y en las condiciones de ingreso al país. “Seguramente todo eso se va a considerar dentro del paquete de medidas”, afirmó. Sobre el uso de tapabocas, dijo que “no vamos a apresurarnos”, y pidió considerar que su uso en espacios cerrados permitió bajar las infecciones de otros virus respiratorios en los últimos dos años.
El cese de la emergencia sanitaria “es un tema de agenda para cuando pase la ola de ómicron y se llegue, en marzo, a importantes guarismos vacunales”, sostuvo el ministro en intercambio con la diaria. “Estamos mucho mejor que otros países, por ejemplo, Chile, país del que recién vengo”, agregó, en alusión al Encuentro de Alto Nivel de Líderes Latinoamericanos de la Salud.
La perspectiva regional también es alentadora. Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, expresó el viernes 4 en el encuentro en Chile que el organismo que preside está trabajando con los países miembros en la planificación de la transición de una respuesta aguda a la pandemia, como se ha tenido hasta ahora, a una respuesta a una situación de control sostenido de la covid-19.
Con cautela
¿Es más probable que el SARS-CoV-2 mute a variantes que sean cada vez menos agresivas, como pasó con ómicron, o que desaparezca? La viróloga Adriana Delfraro respondió a la diaria que “es un tema fuerte en el debate actual, en el que algunas posturas concluyen que el progreso del virus sí podría estar en variantes menos agresivas y que se establezca como una patología menos fuerte, pero otras no”, porque si observamos otros modelos virales “no necesariamente sucede así”.
Más allá de las mutaciones, mencionó que el impacto “depende del contexto”. Explicó que, si bien en Uruguay ya tenemos un porcentaje importante de personas vacunadas, “las variantes no significan lo mismo y no actúan de la misma manera en poblaciones vírgenes o en grandes zonas del mundo, como África y buena parte de Asia, donde falta mucha población por vacunar”. Por esto, entiende que “todavía son muchas las incógnitas, por lo menos a nivel global”.
Ejemplificó lo que pasó con ómicron: “Cuando miramos el genoma de la variante ómicron por primera vez fue preocupante, porque presentaba muchos cambios y era distinto a lo que se venía viendo, pero luego, en un contexto de vacunación alta o media, al menos con dos dosis, presentamos un buen nivel de protección”, explicó. Sumó que el coronavirus tiene algo particular, que es la aparición de recombinantes (pedacitos de diferentes variantes) y la capacidad de reinfectar o de pasar a roedores, y que esos son mecanismos que le dan muchas posibilidades de generar nuevas variantes. “No tenemos que estar alarmados, porque tendremos cada vez más memoria inmune y la inmunidad reforzada por las vacunas, pero sí expectantes”, recomendó.
Acerca de la posibilidad de cesar la emergencia sanitaria, señaló que “el lugar en el que estamos nos permite flexibilizar las medidas cada vez más”, pero se preguntó si cesar la emergencia “no será perder la posibilidad de, ante posibles cambios abruptos o la aparición de una variante o una cuestión inesperada, actuar inmediatamente”. De todas formas, puntualizó que el porcentaje de personas vacunadas es bueno y que lo imprescindible es “no dejar de estar expectantes ante lo que podría ocurrir”.
En la misma línea, el intensivista Julio Pontet expresó a la diaria que considera oportuna la espera a la que se refiere Salinas, por lo menos hasta abril. “En terapia intensiva, supimos tener entre diez y 15 casos por día en ocupación diaria de camas durante setiembre, octubre y noviembre de 2021 y ahora, si bien se presenta un claro descenso, aún tenemos alrededor de 80 casos diarios, y los que ingresaron por covid todavía rondan los 40 casos”, detalló Pontet, y agregó que en este momento “no estamos en un nivel que se logró antes de la entrada de ómicron y es claro que por lo menos este mes no llegaremos a los niveles del segundo semestre de 2021”. Por eso considera prudente tener cautela, aunque ve que “la tendencia es alentadora”.
Desde el 13 de marzo de 2020 en Uruguay se registraron:
5.792.508 test realizados
860.663 casos confirmados acumulados
7.075 muertes por covid-19.