“Nos movilizamos a raíz de un despido arbitrario de un compañero que pertenecía al área de compras”, dijo a la diaria Leticia Errecaita, consejera central de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS) e integrante de la Asociación de Funcionarios del Sanatorio Americano (AFSA), en la movilización que los trabajadores realizaron hoy en la puerta de emergencia del Sanatorio Americano. Para Errecaita, se trató de “un despido abusivo porque el compañero tiene cinco años trabajando en la institución y un legajo intachable”.

Los funcionarios entienden que el despido se dio como consecuencia de las denuncias que el sindicato estaba llevando adelante desde hacía un año por “el hostigamiento de siete compañeros del sector de compras, cuatro de ellos denunciaron” y luego “la patronal decidió despedir a uno de los compañeros por notoria mala conducta”, contó.

El despido fue el 1° de abril. “En ese momento comenzamos a movilizarnos, hubo dos instancias de diálogo en la Dinatra [Dirección Nacional de Trabajo], en la segunda instancia la patronal ofrece despido y cambio de carátula que no vamos a aceptar”, contó Errecaita. Agregó que “nada avala haber despedido al compañero”.

La sindicalista también opinó que el despido es un abuso y que “lo peor es que no se dio derecho a defensa”, pero que es una situación que se suma a la de otras mutualistas, por ejemplo, el Casmu, “que ya lleva 28 despidos”. “No consideraron el tiempo que él tenía en la empresa, el jefe que lo acusa de violento tiene apenas ocho meses en el sanatorio”, agregó.

La de hoy es la segunda movilización de AFSA y se suma a un paro de 24 horas que también comenzó hoy. Además, durante la semana hubo paros de una hora en los diferentes turnos, y todas las medidas sindicales tienen el fin de que “el directorio reciba al gremio y reintegre al compañero”, detalló Errecaita.

“Me despidieron hace casi un mes y no tengo sanciones, faltas, nada que me involucre en lo que me acusan”, contó a la diaria Sebastián Hernández, el trabajador despedido. Según cuenta, también se lo acusa de haber invitado a pelear a su jefe, “cosa que no sucedió”, aclaró. A su vez, añadió que hay dos compañeros involucrados como testigos en la situación por la que es acusado, a los cuales no se los citó a declarar antes de tomar la decisión de apartarlo de su cargo.

Según Hernández, su única fuente laboral era el Sanatorio, aún no cobra despido y lo único que recibió fue la liquidación del último mes trabajado. “Sentimos que están midiendo la fuerza que tiene el sindicato”, concluyó.

la diaria intentó comunicarse con la directiva del Sanatorio Americano, pero no tuvo éxito.

Los trabajadores del Casmu también tienen en curso un paro de 24 horas por 28 despidos arbitrarios que comenzaron el año pasado, el último se dió este martes. “Los despidos no tienen ninguna fundamentación lógica, se han dado casi sin ninguna razón”, explicó a la diaria Sonia González, presidente de la Asociación de Funcionarios del Casmu (Afcasmu). Agregó que “los únicos motivos que se han dado es que por ley y para el mejoramiento de la mutualista, pagando una indemnización, la patronal puede prescindir de los servicios de los trabajadores”.

Según González, al principio los despidos se fundamentaban en “notorias malas conductas”, pero luego, cuando “la patronal tuvo que justificarlos judicialmente, se pasó a justificar la medida en que los trabajadores hacían publicaciones en redes sociales con mención a la mutualista”. Hace unos meses Afcasmu tuvo una instancia de negociación en la Dinatra, allí se llegó al acuerdo de que se dejaría de difundir propaganda para que se terminaran los despidos, pero “a raíz del despido de una compañera, que tampoco tiene justificación, nos volvemos a declarar en conflicto”, relató González.

Por último, aclaró que si bien el gremio espera una instancia de diálogo bipartito con la directiva del Casmu para saber las razones de los despidos arbitrarios, por ejemplo, “si se basan en el fideicomiso que la mutualista recibió y que tal vez por eso es que debe hacer algunos cambios”, todavía no se logró y los trabajadores siguen a la espera.