En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, el Ministerio de Salud Pública (MSP) realizó una actividad en la que anunció incorporaciones en pos del avance del diagnóstico, el tratamiento y la erradicación de la enfermedad en Uruguay y en la región. Participaron autoridades de la cartera, del Fondo Nacional de Recursos (FNR) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Los virus de la hepatitis B y C causan la infección e inflamación del hígado y se transmiten, en términos generales, por la sangre y mediante relaciones sexuales sin protección. Otras vías de transmisión son la vertical -de madre a hijo- y el contacto con sangre infectada. Además, suelen ser infecciones que no generan síntomas fácilmente detectables hasta que están en un grado muy avanzado, casi crónico. Algunos de los síntomas que la enfermedad puede causar son fiebre, náuseas y dolor abdominal.

“En las próximas semanas va a estar lista la ordenanza ministerial que hará posible la detección de la hepatitis C cuando la persona se realice un control de salud”, anunció el director general de Salud, Miguel Asqueta, en la actividad. Acotó que la incorporación pretende contribuir a cumplir las metas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de cara al año 2030, que proponen que 90% de las personas infectadas con hepatitis sean diagnosticadas y 80% tratadas.

Por otra parte, el MSP lanzó una guía nacional para el abordaje de las hepatitis B y C en los distintos niveles de atención, que ya se encuentra disponible en la página web. “Enfatizar el trato de estas enfermedades en el primer nivel de atención para evitar llegar a situaciones complejas” e “informarse de lo que es adecuado implementar” es sumamente necesario, según Asqueta, apostando al lema mundial 2022 que es “Más cerca de ti”.

Causas y tratamiento

Según datos del MSP, en Uruguay una de cada 100 personas adquiere la infección por hepatitis C, y una de cada tres de esas personas se cura espontáneamente transcurridos los seis meses de la enfermedad, sin tratamiento. En dos de cada tres casos se vuelve crónica y puede evolucionar hasta generar cirrosis y cáncer de hígado. La cirrosis aumenta el riesgo de muerte cinco veces y luego del diagnóstico se estima una esperanza de vida de dos a 13 años. De quienes evolucionan al cáncer de hígado, sólo uno de cada 10 vive más de cinco años desde el diagnóstico.

El tratamiento contra la hepatitis C evolucionó con el correr de los años y fue uno de los primeros que cubrió el FNR. En la actualidad, Uruguay cuenta con un tratamiento antiviral de acción directa que tiene acceso universal y, según el MSP, nueve de cada diez infectados que cumplen el tratamiento se curan.

El proceso consiste en ingerir dos comprimidos diarios -los dos al mismo tiempo- con alguna de las comidas del día, durante 12 semanas. La medicación puede presentar efectos secundarios que suelen ser “leves”, según la cartera: cansancio, malestar estomacal, náuseas y dolor de cabeza suelen ser los más habituales, aunque también puede presentarse insomnio, picazón de piel, dolores musculares y síntomas similares a los de la gripe. Para quienes crean tener algún efecto secundario la cartera exhorta consultar al médico y no suspender el tratamiento sin indicación profesional. Una vez transcurridas las 12 semanas, la persona también debe acudir a un profesional y aguardar 12 semanas más para realizarse exámenes de sangre, y saber si se logró erradicar la infección.

La hepatitis B crónica no tiene cura pero sí vacuna, y en los casos en los que no llegó a una etapa crónica se puede lograr reprimir el virus para que no se replique. María Ana Porcelli, directora del FNR, remarcó la importancia de realizar las pruebas correspondientes, ya que “se trata de una enfermedad silenciosa”, y repasó la evolución de la accesibilidad al tratamiento de la hepatitis. Además, informó que a pesar de que “30% de infectados con hepatitis C elimina el virus a los seis meses de infectado y no requiere tratamiento, en 70% de los casos se vuelve crónico”.

“Antes de que aparecieran los antivirales directos -que son los que usa Uruguay- los tratamientos eran más prolongados y los porcentajes de cura menores a 50%”, comentó Porcelli. Agregó que los medicamentos con los que se cuenta hoy permiten “más de 95% de cura”.

En cuanto al financiamiento del FNR mencionó que, inicialmente, en 2005, se priorizaba la autorización en determinados casos porque “la medicación era costosa”. El FNR comenzó financiando a los pacientes con los grados de fibrosis más avanzados. Según Porcelli, en 2018 la cobertura llegó a mayores grados de fibrosis y en 2019, por diversos motivos, se incorporaron todos los grados de fibrosis. “En 2020 se eliminaron algunos estudios para llegar de forma más accesible a los tratamientos y en 2022 se modificó la normativa y cubre todos los grados de fibrosis para todos los pacientes en primera y segunda línea de tratamiento”, detalló la directora.

Por su parte, el representante de la OPS en Uruguay valoró la evolución nacional en la detección, el tratamiento y la cura de la enfermedad, y comentó que no es así en la región: “Uruguay tiene una posición avanzada”, consideró. Para ejemplificar la diferencia, Montenegro mencionó que en la región “el acceso al diagnóstico es muy bajo y ronda 22% para los dos tipos de hepatitis”, la mayoría de las personas transitan la enfermedad “sin saber que la tienen” y si bien una de cada cinco personas es diagnosticada “sólo alcanza a acceder a los tratamientos 3% de personas con hepatitis B y 18% con hepatitis C”.

Montenegro convocó a Uruguay y a toda la región a fortalecer los sistemas de salud y a educar a prestadores y usuarios, fomentar la vacunación infantil contra la hepatitis B, prevenir la transmisión vertical y hacer hincapié en la seguridad relacionada a las inyecciones y al manejo de la sangre.