El Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó este jueves el análisis de los datos de desarrollo infantil en Uruguay, basado en las metas asistenciales de los prestadores que integran el Sistema Nacional Integrado de Salud. Para la revisión se analizó el resultado de los objetivos desde 2018 y hasta 2022, específicamente los referidos al desarrollo infantil. Las metas asistenciales son “una herramienta de pago por desempeño” de las que dispone la Junta Nacional de Salud (Junasa) para orientar a las instituciones hacia los objetivos que tiene la cartera, y los prestadores pueden adherirse a su cumplimiento o no, porque es voluntario.

Para el análisis se consideraron algunos índices como la captación del recién nacido y el control a los seis, 12 y 24 meses, entre otros. Uno de los principales datos obtenidos es que “más del 90% de los recién nacidos reciben el primer control médico antes del décimo día de vida”. Debido al éxito de los porcentajes alcanzados por los prestadores en los últimos años, el ministerio pautó que se incluya una nueva meta para garantizar el control a los 48 meses y, en aquellos niños y niñas en los que se detecte una dificultad en el desarrollo, también se especifique en qué momento se detectó y cuánto tiempo tardó el prestador para derivarlo a los especialistas correspondientes.

Según los datos del análisis de los últimos cuatro años, se detectó que 81% de los niños y niñas controlados “no tienen problemas de desarrollo en ninguno de los controles”, mientras que 16% presenta algún problema en “alguna dimensión, solamente un año”, y 3% tiene problemas en dos controles. La cantidad de niños con problemas en los tres controles “es muy baja”: sólo son 74.

A su vez, el análisis sobre la captación del primer nacido mostró “altas tasas de cumplimiento”, ya que en 2021 los prestadores alcanzaron a “97% de los recién nacidos del país”, y los reportes también indican que los controles médicos en los primeros días de vida superan el 90%; de hecho, en 2021 se alcanzó el 94%. La prevalencia en riesgo “es cercana al 20%” y se mantuvo durante todo el período.

Uno de los períodos destacados en el análisis comprende 2020 y 2021, años en los que transcurrió la pandemia por coronavirus. En ese período el MSP decidió “flexibilizar” las metas en varios aspectos: por una parte, en cuanto a la información declarada entre junio de 2020 y diciembre de 2021, que se pagó por información entregada y no por resultados, y, por otra parte, para la consulta médica la presencialidad se dejó de exigir y se volvió a exigir en 2022, lo que podría haber incidido en los controles de crecimiento; sin embargo, los porcentajes se mantuvieron.

Sobre las dificultades que se detectan, Victoria Lafluf, directora del área de salud de la niñez del MSP, agregó que las alteraciones en el desarrollo “dependen mucho de la edad” y pueden ser, por ejemplo, motoras o del lenguaje, y los porcentajes son “muy bajos” respecto de las cifras internacionales. También valoró que durante la pandemia los controles de los niños y niñas no descendieron y adelantó que en la siguiente etapa se intentará mejorar el seguimiento de los casos.

La ministra de Salud Pública, Karina Rando, dijo que los resultados son buenos, pero “siempre hay cosas para mejorar”, y en ese sentido se planteará la nueva meta. Además, aclaró que si bien la adhesión a esta y otras metas es opcional, se basan en el cumplimiento de la “Guía nacional para la vigilancia del desarrollo del niño y la niña menores de cinco años”, elaborada por el MSP en 2010. El análisis presentado este lunes también mostró una “clara adhesión” de los prestadores a esa guía.