Un grupo de estudiantes de la Universidad de la República (Udelar), provenientes de diferentes orientaciones, conjugaron la estadística, la archivología, la ciencia política y la medicina, para elaborar en conjunto una investigación sobre la confianza de la población en las vacunas, a través del Programa de Apoyo a la Investigación Estudiantil (PAIE), que desde 2008 financia proyectos de investigación de estudiantes de grado.

“En 2021 nos propusimos estudiar si el debate que se generó sobre las vacunas a raíz del coronavirus se iba a trasladar a un descenso de la confianza general en la vacunación como herramienta sanitaria”, contaron las estudiantes a la diaria. Si bien según la aplicación CoronavirusUy en Uruguay “el 92% de la población adulta” se inoculó contra la covid-19, las estudiantes se preguntaron si la cifra “es suficiente para creer que Uruguay sigue mostrando alta confianza en la vacunación”.

Como fundamentación del proyecto remarcaron que “la vacunación es de las herramientas que previene más muertes a nivel mundial” y que sólo la precede “el acceso al agua potable”. Calificaron la confianza en las vacunas como una acción “crucial” para mantener “altas tasas de vacunación” como las que está acostumbrado Uruguay, y para lograr la inmunidad de rebaño.

Metodología

En principio, se aplicó una encuesta sobre confianza en las vacunas, de forma online, autoadministrada y difundida por redes sociales a través de pauta digital, que en parte ya había sido utilizada en Uruguay en 2018 por Wellcome Global Monitor, un estudio global que recoge opiniones mundiales sobre los principales temas de salud, que además de brindarles algunas afirmaciones para la encuesta, les permitieron tener datos de ese año para comparar con las respuestas del 2022.

Las afirmaciones que tomaron de Wellcome Global Monitor fueron: “Es importante que los niños se vacunen”, “Las vacunas son seguras” y “Las vacunas son efectivas”. Cada afirmación permitía ser contestada con: de acuerdo, en desacuerdo o ni de acuerdo ni en desacuerdo. Por otra parte, la encuesta incluyó otras preguntas más específicas, elaboradas por las estudiantes y vinculadas a las vacunas contra el coronavirus, la confianza en la academia y el conocimiento sobre los efectos adversos de las sustancias.

Las interrogantes estuvieron disponibles para completar entre agosto y octubre del 2022 y fueron completadas por 784 personas.

Algunas conclusiones

Al comparar las respuestas de la encuesta aplicada en 2022 con las respuestas del 2018, la cual completaron 894 personas, las estudiantes constataron un cambio en la confianza en la vacunación y datos nuevos y más específicos, a raíz de las interrogantes más puntuales. En 2022 menos personas creen que es importante vacunar a los niños, que las vacunas son seguras, y hay más personas que desconfían fuertemente de la efectividad de las vacunas.

Sobre la confianza general en la vacunación, mientras que en 2018 71% del total de los encuestados era alta, en 2022 se redujo al 61%. La investigación consideró como “alta” las respuestas de aquellos que dijeron estar de acuerdo con las afirmaciones que se repitieron en las dos mediciones sobre la importancia de vacunar a los niños, la seguridad, y la efectividad de las vacunas.

Específicamente sobre la afirmación “es importante que los niños se vacunen”, en 2018 95% del total estuvo de acuerdo mientras que en 2022 81% se manifestó a favor. En 2018 5% se expresó “neutral” o en desacuerdo ante la afirmación y en 2022 el porcentaje escaló a 19%.

En tanto, en cuanto a la seguridad de las vacunas, en 2018 79% de los encuestados estuvo de acuerdo y en 2022 la cifra cayó 8 puntos porcentuales. Por último, sobre si son efectivas, en 2018 80% consideró que sí, mientras que en 2022 descendió a 76%. A su vez, sobre la efectividad de las vacunas, concluyeron que “aunque a primera vista parece no haber una disminución significativa” en cuanto a las personas que están de acuerdo con que las vacunas son efectivas (la variación estadística no es significativa), al dar “una mirada más detenida” se observan otros datos en las dos encuestas, se puede ver que se produjo una “polarización de la opinión”, es decir, que las personas están “muy de acuerdo o muy en desacuerdo” y, si en vez de comparar “de acuerdo” y “en desacuerdo o indeciso” se agrupan y comparan “totalmente de acuerdo” y “totalmente en desacuerdo”, “se ve un aumento de la polarización de 13 puntos porcentuales respecto a 2018”. En suma, lo significativo es “el cambio a posiciones más extremas” y no “la disminución”.

A su vez, en las conclusiones de la investigación en base al análisis de las tres afirmaciones compartidas con la encuesta de 2018 y sobre preguntas puntuales, las estudiantes agregaron algunas consideraciones.

En principio, al notar el descenso en la cantidad de personas que creen que es importante vacunar a los niños, agregaron que “sería importante que el dato se tome para futuras campañas de vacunación” en las que se debería acentuar la información no sólo en cuánto a cómo acceder a las vacunas sino “por qué hacerlo”.

Luego, la investigación planteó la interrogante de si el cambio en la confianza en las vacunas lo puede explicar la pandemia o no, ya que “la acumulación teórica sobre confianza en la vacunación se vincula con diferentes factores independientes”, desde la confianza en el Gobierno o en la ciencia, hasta en los vecinos”. Por esto, a través de otras preguntas que se incluyeron en la encuesta “se buscó recabar información sobre otras variables” para “conocer posibles correlaciones que ayuden a pensar” por qué entre 2018 y 2022 varió la confianza de la población en las vacunas.

Con las respuestas se encontraron “diferentes menciones” que tienen “distintas posibles explicaciones”. La opinión de que es importante que los niños se vacunen “tiene como principales influencias la confianza en la seguridad y la efectividad de las vacunas”, es decir, “hay más probabilidad de que alguien entienda que es importante vacunar a los niños si cree que las vacunas son seguras y efectivas”. Esto “podría explicar” por qué disminuyó tanto la percepción de importancia de vacunar a los niños, medida de confianza en la que había mayor acuerdo en 2018.

Al analizar (mediante modelos de probabilidad lineal) los factores que tienen relación con la confianza en la seguridad y la confianza en la efectividad de las vacunas, se encontraron algunas similitudes y diferencias. Las dos medidas de confianza “están correlacionadas con la confianza en los científicos y la creencia de que el gobierno tomó en cuenta el consejo de los científicos durante la emergencia sanitaria”. Además, las dos variables “muestran relación con la autopercepción de cuestionamientos sobre las vacunas en general”, que son consecuencia “de la discusión sobre vacunas contra el covid-19”; aquellos que respondieron afirmativamente a la pregunta “¿creés que el debate sobre las vacunas contra covid-19 te generó nuevos cuestionamientos sobre las vacunas en general?” tienden a “mostrar menor nivel de confianza en la seguridad y en la efectividad de las vacunas”.

Por otro lado, hay variables que muestran “relación con una pero no con la otra medida de confianza”. La confianza en la seguridad de las vacunas “presenta una relación positiva con la confianza en los médicos”. Por otro lado, la confianza en la efectividad de las vacunas presenta “una relación positiva con la confianza en la Organización Mundial de la Salud”.

La investigación aclara que los resultados parten “de estimaciones” y de una muestra postestratificada (o segmentada) y no aleatoria.