En el Día Nacional de las Trabajadoras Sexuales la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras) de Uruguay valoró que gracias a la descentralización de la atención de salud llevada adelante por la Intendencia de Montevideo ahora pueden recibir una atención médica más accesible y cercana, en seis de los 21 centros de salud que funcionan bajo la órbita de la intendencia.

Hasta este año muchas de las trabajadoras concurrían al Hospital Maciel, al Centro de Profilaxis y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), mayormente a realizarse el carné de trabajo sexual y algunos estudios clínicos de rutina, pero este año ese dispositivo cerró. Según dijo a la diaria el director del hospital, Gerardo Eguren, la atención se discontinuó con el fin de que se “generalice” la atención a las trabajadoras en cualquier policlínica de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), y para “ahorrar”, por ejemplo, en el alquiler del local.

Consultado sobre la repercusión de la descentralización de la atención, el colectivo de trabajadoras manifestó que en el último tiempo la atención que brindaba el centro “no era buena” y que ahora las policlínicas de la intendencia permiten mayor cercanía y mejor acceso a la atención en salud.

Según la comuna, las policlínicas cuentan con “personal capacitado y sensibilizado” para brindar atención integral de diversas especialidades, “no sólo en salud sexual”. En las policlínicas de La Teja, Lavalleja, Casavalle, Yucatán, Tiraparé y Los Ángeles se podrán realizar estudios clínicos, solicitar atención social y psicológica, odontológica, nutricional, estudios ginecológicos y de profilaxis.

Esta es una de las varias iniciativas de la División de Igualdad de Género de la Intendencia, según explicó Virginia Cardozo, la directora de Salud de la comuna, en entrevista con la diaria hace unas semanas. Según Cardozo, “se trabaja mucho” en la formación de los recursos humanos y en la atención a personas que ejercen el trabajo sexual y por ello “se está capacitando el resto” de los recursos humanos de las demás policlínicas.

La capacitación empezó en 2021, antes de que este año se cerrara la policlínica en el Hospital Maciel. “Lo más importante es romper estigmas que también están en los y las profesionales de la salud” y que generan “violencias institucionales” en la atención de las trabajadoras sexuales, afirmó. “Cuando un funcionario no le quiere firmar la libreta sexual a alguien por motivos éticos o morales” y por “prejuicios o preconceptos”, se genera una “vulneración de derechos que no podemos permitir que pase”, concluyó.