La Facultad de Medicina (FMED) de la Universidad de la República (Udelar) aguarda un informe de la dirección jurídica de la institución para resolver cómo continuar con la denuncia contra el director del Hospital de Clínicas, Álvaro Villar, realizada por Marina Stoll, exdirectora técnica del centro, según informó El Observador y confirmó la diaria.

Un informe correspondiente a noviembre del 2022 de la Unidad central sobre violencia, acoso y discriminación de la Udelar confirma que Stoll denunció a Villar por “acoso laboral”. El mismo documento cuenta con el relato de los hechos de la denunciante y el denunciado. Stoll relató que se jubiló de forma “anticipada” y en contra de su voluntad debido “al malestar generado por las condiciones y el trato recibido por Villar”.

La exdirectora, quien fue designada por el Consejo de la FMED en 2017, afirmó que a partir de que Villar asumió la dirección del hospital, en diciembre de 2020, se fue deteriorando la relación con el director y por eso no se presentó a la reelección, aunque ejerció de forma transitoria el cargo de autoridad máxima del centro durante el período de transición. Cuando el nuevo director asumió “esperaba poder reunirme con él”, pero contestaba que “se estaba informando por otras vías”, relató. Acotó que luego de regresar de su licencia reglamentaria encontró su lugar ocupado por otra persona y posteriormente Villar le informó que otra persona tomaría su cargo ya que no contaría con ella para el período de gestión.

Aún así continuó concurriendo y permaneció en su puesto ya que entendía que “debía preservar su lugar y cumplir con sus obligaciones”. Finalmente la funcionaria “se certifica, no se presenta a la reelección del cargo y se jubila”.

Por su parte, Villar le expresó a la comisión “sentirse sorprendido” ya que las reuniones con Stoll habían transcurrido en lo que él considera “buenos términos”. Detalló que le solicitó una reunión “a solas” para transmitirle que no sería parte de su equipo” con el argumento de que tenían “distintas formas de trabajar”, pero que “en ningún comentario cuestionó las habilidades” de Stoll.

Respecto al relevo de la exdirectora técnica agregó que se designó a una persona “con grandes cualidades para el puesto” y que la designación no había sido formal porque “debían realizarse modificaciones en la ordenanza dado que la misma establece requisitos” de formación. Acotó que “la certificación prolongada” de Stoll llevó a que la profesional designada comenzara a ocuparse de esa función, pero que la situación se fue dando “sin ser buscada”.

El informe también consideró la opinión de dos “observadores”, es decir, funcionarios del hospital que fueron partícipes de los hechos y de la transición. Una de las personas observadoras planteó que el proceso fue “conflictivo e incómodo” y que el modelo de gestión nuevo consideró cambios que si bien son “adecuados”, “no se procesaron de manera correcta”.

La segunda persona observadora expresó que compartió poco tiempo con Stoll. A su vez, se le consultó sobre otro de los puntos marcados por la denunciante que fue la ocupación de su lugar de trabajo. Ante esto, el segundo observador dijo que sí utilizó ese lugar mientras la denunciante se encontraba de licencia, pero que luego de que ella comunicó la incomodidad “se retiró a trabajar a otro lugar” y, a su vez, las pertenencias de Stoll “siempre permanecieron en su lugar”.

En las “interpretaciones de la situación” del informe los técnicos de la unidad expresan que se encontraron “versiones disonantes con respecto a los mismos hechos” y diferentes “interpretaciones y vivencias” asociadas. Entre otras cosas, también consideran que si bien el nuevo director puede proponer un equipo técnico, “la decisión última corresponderá al Consejo” de la facultad en el marco de la ordenanza vigente.

En suma, se identificó una situación que “podría configurar” una situación definida como “violencia psicológica en el trabajo” y se recomendó iniciar un sumario administrativo.

En diálogo con la diaria, Villar agregó que Stoll se tomó licencia “en medio de la pandemia” antes de que él asumiera y luego de que cesó el cargo de la anterior directora del hospital, algo que consideró como “abandono del cargo” y “algo imperdonable”. Según relata, fue una de las cosas por las cuales no se la incluyó en el nuevo equipo y eso llevó a que quedara “molesta”.

Reiteró que en su lugar se asignó a un médico internista grado 4 porque es “necesario para el cargo” y que se trata de alguien competente para ocupar el lugar. Sostuvo que debe “quedar claro” que fue una “discusión respetuosa entre jerarcas como las que se dan entre directores de cualquier institución” y que no hubo “ningún destrato”. “Como director tengo derecho de armar un equipo”, dijo.

la diaria intentó sin éxito comunicarse con Stoll.