Sexualidad sin fakes es un proyecto que busca dialogar con adolescentes y jóvenes sobre su sexualidad y los temas que “en los espacios de educación formal no se hablan”, explicó a la diaria Lucía van Velthoven, coordinadora de proyectos de la asociación civil Iniciativas Sanitarias. El proyecto surgió en 2020, en principio como una respuesta a la “creciente necesidad” de las juventudes de dialogar sobre la sexualidad y sus emociones en un contexto marcado por el aislamiento social y educativo.
En un entorno que se vio transformado por la pandemia, las conversaciones se volvieron “fundamentales” para colectivizar, comprender e intercambiar reflexiones y experiencias en un mundo en constante cambio. Si bien los primeros intercambios fueron virtuales, luego de la pandemia se trasladaron a encuentros presenciales como ferias, campamentos y espacios públicos. En los intercambios se utilizan elementos lúdicos y también se hacen sondeos sobre los temas que más les interesan a quienes tienen entre 16 y 24 años.
La iniciativa se sustenta en que hay suficiente evidencia de que “apostar a la educación integral en sexualidad, dentro y fuera de las instituciones, desde una perspectiva de género, derechos y no preventiva o estrictamente médica de la sexualidad”, tiene “un papel fundamental en la prevención de la violencia”. La educación sexual integral promueve la reflexión personal y el pensamiento crítico acerca de cómo “el género y el poder afectan la vida y a las personas” y sobre “los modelos de masculinidad que pueden conducir a situaciones de violencia”, lo que contribuye a la creación de entornos seguros para niños, niñas y adolescentes, juventudes, familias y comunidades.
Van Velthoven detalló que se conversa sobre distintos temas, muchos de ellos planteados por los propios adolescentes. Una de las conversaciones, por ejemplo, refiere a cómo llegan los adolescentes a la pornografía, desde qué lugar la consumen y “cómo este tipo de contenido construye las prácticas sexuales y condiciona sus vínculos”. “Proponemos aprendizajes colectivos en los que se pueda aprender a través de información confiable”, por eso el “sin fakes”.
Algunos datos
En 2023 se hizo un sondeo en el que participaron cerca de 1.000 jóvenes y adolescentes (652 de Uruguay y 342 de México), quienes informaron que algunos de los temas sobre los que estaban mejor informados eran la anticoncepción y lo vinculado a la fisiología. Pero al preguntar “sobre qué querían hablar”, planteaban temas como los vínculos, la digitalidad –por ejemplo, el sexting–, las relaciones sexoafectivas y cuestiones que tienen que ver con el género y la diversidad.
A su vez, según los resultados, 32% “no sabe o no menciona al menos un derecho sexual o reproductivo” de su país y más de la mitad afirmó que se informa sobre temas vinculados a la sexualidad a través de plataformas digitales, como las redes sociales. En cuanto a experiencias personales, cinco de cada diez dijeron haber recibido fotos de genitales “sin solicitarlas, situación que generó desgano, incomodidad, rechazo y sorpresa”. La misma cantidad de encuestados dijo no haber tenido formación en sexualidad y quienes sí la tuvieron la recibieron en su centro educativo.
En 2022 el programa obtuvo el apoyo de la Intendencia de Canelones y del Fondo Conjunto de Uruguay y México. En Uruguay esto permitió alcanzar a 4.658 adolescentes y jóvenes de entre 16 y 24 años (más 2.739 jóvenes de México) y tomar acción también respecto de las políticas públicas. La comuna ya comenzó a generar políticas vinculadas al proyecto, por ejemplo, la instalación de dispensadores de preservativos en algunos puntos del departamento, entre ellos, clubes o lugares comunales. Esto se acompaña con talleres e intervenciones sobre la temática.
De quienes han participado hasta ahora, según los registros, ocho de cada diez manifiestan que el espacio les fue “muy útil” y cinco de cada diez que incorporó conceptos nuevos.