Recientemente, el Ministerio de Salud Pública (MSP) registró y autorizó la venta del inyectable de semaglutide, más conocido como Ozempic por su nombre comercial, según informó Subrayado y confirmó la diaria. Se trata de un medicamento que, en principio, se utiliza para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero que hay personas que lo adquieren en otros países con la finalidad de bajar de peso.
En diálogo con la diaria, Estela Skapino, directora del Departamento de Nutrición Clínica de la Universidad de la República, explicó que, a nivel metabólico, la mejora de la resistencia a la insulina y la disminución del apetito “lo transforma en una herramienta muy valiosa a la hora de trabajar con pacientes con sobrepeso u obesidad”. Al consumirlo, por lo general, “el descenso de peso es gradual y en forma moderada”, y esto ayuda en el control de las complicaciones metabólicas de la obesidad, como son la resistencia a la insulina, la diabetes, la hipertensión arterial y las dislipemias.
De todas maneras, hay que destacar “la importancia de que el paciente adquiera hábitos de vida saludables que pueda mantener, independientemente de la medicación que esté recibiendo”, detalló Skapino. En resumen, el fármaco funciona como “un apoyo” para lograr mantener en el tiempo un estilo de vida saludable y no hay que verlo como una “solución mágica y definitiva”.
Por otra parte, Andrea Voucher, especialista en medicina interna y diplomada en el abordaje interdisciplinario del paciente bariátrico, coincidió en diálogo con la diaria en la importancia de que el suministro del medicamento se acompañe de actividad física y un plan nutricional.
A su vez, explicó que la dosis inicial recomendada de semaglutide para pacientes con obesidad es de 0,25 miligramos semanales, con ajustes hasta llegar a 2,4 miligramos semanales. Se aprobó para el control crónico del peso en 2021, y en 2022 para adolescentes mayores de 12 años.
En Uruguay “no tenemos muchas herramientas farmacológicas” para tratar el sobrepeso, pero además este fármaco tiene muchos efectos más y “demostró ser seguro”. Además del efecto metabólico, como los receptores nerviosos se ubican en distintas partes del cuerpo, al aplicarlo también ayuda a controlar la presión arterial y reducir los niveles de lípidos.
Si bien en principio se usaba para tratar la diabetes tipo 2, luego los estudios mostraron que además de la reducción de los niveles de glucosa, los pacientes perdían peso “porque el efecto que genera en el sistema nervioso central es la disminución del apetito”, agregó Voucher.
El fármaco es de la misma familia que el liraglutide, un fármaco que ya estaba disponible en Uruguay. La diferencia es que el recién habilitado tiene una vida media más larga, lo que permite la administración semanal.
Para pacientes con diabetes, las dosis son distintas y más bajas. Para este tipo de pacientes están indicadas las dosis que aprobó el MSP. La especialista remarcó la importancia de que se suministre sólo bajo receta, debido a los efectos secundarios que causa una administración incorrecta. En principio, tiene efectos gastrointestinales, pero también puede causar enfermedades más complejas, como la pancreatitis.
El Ozempic no está incluido en el Plan Integral de Atención en Salud y su costo varía entre 700 y 900 dólares.