Después de un año que marcó un registro histórico en el crecimiento de casos de dengue en el país, Uruguay enfrenta un panorama complejo de cara al transcurso de este verano. Expertos consultados por la diaria señalaron que existe preocupación por las perspectivas futuras y advierten que podría haber un “importante” crecimiento en el número de casos.
El virólogo Juan Cristina, grado 5 de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, destacó, en diálogo con la diaria, la importancia de anticiparse ante un probable aumento de casos. “Es un tema del que tenemos que preocuparnos, debemos estar muy preparados para este verano. Aunque nadie tiene la bola de cristal, puede haber una emergencia de virus dengue en Uruguay”, agregó.
En la misma sintonía, en conversación con la diaria, la doctora Zaida Arteta, profesora adjunta de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Clínicas, calificó la situación como “claramente de alerta”. “Podemos tener un brote más grande de dengue en Uruguay porque el vector, que es el mosquito que transmite la infección, está distribuido en el territorio”.
“Es muy importante tener en cuenta que podemos llegar a tener, al igual que el año pasado, un gran número de casos o incluso mayor. También podemos tener menos y esto va a estar relacionado con las medidas de control que se puedan implementar en el país”, dijo.
En la misma sintonía, Cristina enfatizó que la presencia del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, se extiende por todo el territorio nacional. Además, el agravamiento de la situación regional, con la emergencia de un serotipo del virus, incrementa los riesgos. En Argentina, por ejemplo, provincias del norte han pasado de experimentar dengue de manera estacional a enfrentar su presencia durante todo el año.
“Con la movilidad de las personas durante las vacaciones, el riesgo de importación de casos aumenta. Aunque no tenemos una bola de cristal, todo indica que debemos esperar un incremento significativo de casos este verano”, explicó Cristina.
En octubre del año pasado, la ministra de Salud Pública, Karina Rando, sostuvo que aún no había habido “un aumento significativo de casos, pero puede haberlo en los próximos meses” e indicó que las autoridades lo estaban esperando.
En esa línea, informó que un grupo de trabajo de cuatro expertos del área Zoonosis viajaron a Brasil a “tomar las lecciones aprendidas de un país que tiene muchísima experiencia con esta enfermedad”, y actualmente se encuentran trabajando en un plan de contingencia sobre cómo diagnosticar y abordar la enfermedad.
A principios del mismo año, Uruguay enfrentó un registro récord de casos de dengue. Según el informe del Ministerio de Salud Pública publicado el 31 de mayo, se reportaron 1.112 casos, de los cuales 702 eran autóctonos y 410 importados (205 de Argentina, 174 de Brasil, 24 de Paraguay, entre otros).
Situación regional
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cerca de 500 millones de personas en las Américas están actualmente en riesgo de contraer dengue. Los cuatro serotipos de dengue circulan a lo largo del continente, en algunos casos simultáneamente.
Previo al inicio del verano, la OPS emitió una alerta epidemiológica, ya que en la región el número de casos de dengue registrados durante el primer semestre de 2024 superó al reportado en un año de todos los anteriores, con 11.732.921 personas infectadas.
En el documento, la OPS señaló que el Cono Sur “ha experimentado un aumento significativo de casos, con aumentos de más del 250% en comparación con el mismo período del año anterior”.
Los seis países que concentran el 97% de los casos fatales en la región de las Américas son Brasil con 5.303 (82,4%), Argentina con 408 (6,1%), Perú con 234 (3,5%), Colombia con 131 (1,97%), Paraguay con 121 (1,8%) y Ecuador con 59 (0,88%).
La prevención: clave en el control del dengue
Cristina recordó que Uruguay ya enfrentó brotes históricos, como el registrado en 1916, cuando el virus ingresó al país por el norte. Hoy la combinación de factores climáticos, sanitarios y sociales exige un esfuerzo coordinado entre las autoridades de la salud, las intendencias y la ciudadanía para evitar un escenario crítico.
“Los que trabajamos en dengue decimos que el mosquito que nos pica es el mismo que hemos criado”, indicó.
Los especialistas explicaron que existe un importante porcentaje de casos de dengue que son asintomáticos y algunos que presentan síntomas menores, asociados a una gripe. Luego, hay un porcentaje menor de personas que tienen fiebre y son las que terminan en el hospital, con síntomas como dolor en las articulaciones y vómitos, entre otros.
“Afortunadamente, con medidas paliativas podemos recuperar a la inmensa mayoría de esos pacientes, pero hay un 2% que puede ir hacia una fase que llamamos de dengue hemorrágico, que sí puede ser grave. Sobre todo tiene mucho que ver con la condición de la persona, si son niños, etcétera. Entonces tenemos que estar preparados”, agregó Cristina.
Remarcó que la detección temprana de la enfermedad es clave e indicó que a los cuatro o cinco días de contraída se manifiestan los síntomas.
Vacunación: ¿una solución a futuro?
Con respecto a la vacunación, Arteta dijo que aún no está disponible en Uruguay y aseguró que la evaluación acerca de la necesidad de su implementación dependerá de lo que suceda.
“Dengue en Uruguay hubo hace muchísimos años, en el siglo pasado, y en estos últimos hemos tenido casos, con una sola epidemia, que fue el último año, porque anteriormente habían sido muy poquitos los casos. Suponemos que hubo otros que no se registraron, puede haber un subdiagnóstico. El vector hace mucho tiempo que está, pero, en definitiva, la vacunación básicamente está indicada más que nada para prevenir las infecciones más graves, que se pueden dar en inmunodeprimidos, embarazadas o personas que ya han tenido dengue en otras ocasiones”, indicó.
Cristina apoyó la decisión de la Comisión Nacional Asesora de Vacunas, que hace poco menos de un año señaló que el país “no cumple con los criterios para su implementación”, ya que aún no padece “alta carga de enfermedad” por el virus.
“Se habla del dengue como si fuera uno, pero son cuatro tipos de virus totalmente distintos. Estamos siguiendo de cerca la vacunación que se está dando en varios países donde el dengue es endémico. Creo que en esa oportunidad la comisión estuvo acertada en cuanto a que todavía no estamos en una endemia de dengue, por eso tenemos que prepararnos muy bien ahora”, agregó.
El experto explicó que las posibilidades de contraer dengue hemorrágico aumentan en la segunda infección.
“Las vacunas se están utilizando en aquellos lugares donde hay una población que ya tuvo una primera infección. Lo que tratan de evitar es que una infección por otro tipo [de virus del dengue] lleve a una enfermedad más difícil de tratar. Nosotros no estamos en esta situación, pero capaz que si me preguntan el año que viene digo otra cosa”, añadió.
Asimismo, indicó que la academia está atenta a los resultados sobre el impacto de las vacunas en quienes se está aplicando.
“Es probable que, si lográramos no entrar en una endemia de dengue, sino estar preparados para cada momento de la estación del año para controlar el vector, en ese caso la vacuna no sería necesaria. Sin embargo, no quiere decir que esta situación de Uruguay no pueda cambiar. De todos modos, por ahora, creo que lo mejor que podemos hacer es mirar los resultados que se van obteniendo con esas vacunas, porque son relativamente nuevas”, reflexionó.
Un llamado al rol fundamental de la ciudadanía
Ambos especialistas concluyeron que es clave el rol de la ciudadanía en la lucha contra el dengue. Las acciones que se apliquen durante el transcurso del verano, incluso después, serán determinantes para evitar un aumento considerable de casos en el país. Uruguay enfrenta un desafío importante, pero con un esfuerzo colectivo, tanto institucional como ciudadano, es posible mitigar los riesgos.
Una de las medidas más importantes es la descacharrización, indicó Arteta, quien explicó que es necesario que la ciudadanía elimine los depósitos de agua limpia que pueden estar sobre tanques, gomas, latas, entre otros.
“Eso es muy importante porque es el lugar donde los huevos que pueden haber quedado de un año para el otro en alguna superficie seca pueden reactivarse y eclosionar”, agregó.
Por otra parte, en caso de que una persona tenga síntomas, es necesario evitar que los mosquitos la piquen, aunque esta medida es menos efectiva que la anterior, ya que muchos pueden tener el virus y no presentar síntomas, explicó.
Los organismos públicos deben evitar, en todo el país, los depósitos de agua, además de preparar los equipos de salud y las instituciones para la gestión oportuna de los casos, añadió.
La experta dijo que también se puede impulsar fumigaciones puntuales en algunos lugares o estrategias como la que están implementando los equipos de investigación de la Universidad de la República, donde acaba de llegar un aparato que irradia mosquitos y evitaría la reproducción del vector.