Esta semana, en el jardín 337 de Montevideo, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), en conjunto con el Ministerio de Salud Pública (MSP), retomó el Plan Nacional de Salud Visual para escolares, cuyas últimas acciones se ejecutaron en 2019.
Esta política de salud ocular se instaló en 2017 en el segundo período de gobierno de Tabaré Vázquez –cuando la actual ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, era la subsecretaria de la cartera– con el fin de diagnosticar afecciones en niños y niñas de escuelas públicas de todo el país y gestionar el acceso a los tratamientos.
En la presentación, la directora de Salud, Niñez y Adolescencia de ASSE, Estefanía Cabo, explicó que la meta es hacer el screening a 5.000 niñas y niños de nivel 5 en los primeros seis meses del programa, que comenzará en Montevideo, aunque “el objetivo es ampliar la franja y los departamentos” a los que tenga alcance. Cabo recordó que en sus años de implementación el programa alcanzó a 15.000 niños y niñas, algunos de los cuales necesitaron lentes, 1.000 accedieron a ellos, y se detectaron otras patologías.
En el examen, que específicamente busca detectar refractivos y ambliopías, consiste en observar una linterna para descartar cualquier tipo de desviación ocular y se les pide a los niños que muevan los ojos para evaluar el estado de los músculos. Si durante el examen se detecta algo a tratar, se deriva a oftalmología y, en el caso de que el niño o la niña necesite lentes, se confeccionarán sin costo.
El directorio del prestador público definió las prioridades del período
El directorio de ASSE aprobó un documento con 20 prioridades para el quinquenio, al que accedió la diaria.
En el período el prestador priorizará grandes temas de la salud pública, entre ellos, la salud mental, el embarazo, la infancia y la adolescencia, las listas de espera y la atención del usuario. El programa de salud visual se enmarca en el punto 14, “fortalecer los lazos con las instituciones educativas”, siguiendo la línea de una alianza con la Universidad de la República y de la ampliación de las Unidades Docentes Asistenciales. Además, se plantean algunas complementaciones con otros centros, uno los cuales es el Hospital de Clínicas.
En cuanto a lo económico, el nuevo gabinete plantea “adecuar el modelo de financiamiento interno de ASSE”, ya que “es necesario cambiar la manera en la que se asignan los recursos” por región” para “salir de un presupuesto histórico cuya estructura no cambió” para alinearlo a los criterios del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y a la edad, el sexo y las determinantes sociales de los usuarios de cada territorio.
Otra de las estrategias es incorporar el pago por metas, sean las de la Junta Nacional de Salud (Junasa) u otras a definir, también en busca de una asignación “más eficiente” de los recursos, que a la vez actúen como incentivo para los responsables de los territorios, vinculando los ingresos con los resultados.