Nacional
  
        
  
      
      
      
        Daniel Martínez vivió ayer su gran revancha política y personal. 
Desahogaba la emoción en los abrazos que se daba con sus colaboradores más cercanos, en los guiños que lanzaba a la tribuna y en los aplausos que devolvía con sobriedad. Cinco años después de lo que alguna vez calculó, asumió ayer el cargo de intendente de Montevideo.