Es clave prestar atención a fenómenos globales como el aumento de la desigualdad y el deterioro de la democracia para mitigar las consecuencias de esos procesos en nuestro país.
Estas dinámicas autorreferenciales o centradas en la lucha por el poder lo que están provocando cada vez más es el aumento del descreimiento y la desconfianza de los ciudadanos.
Es necesario construir una democracia alternativa y diversa, contraria a la política instalada. Una política que fue pensada históricamente para y desde los varones.
La sensación de indignación obstruye la tolerancia mutua, y si esta desaparece se favorece y alienta el auge de las posturas antisistema, de la antipolítica.