La Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) dieron a conocer los resultados de la convocatoria “Somos Mujeres Rurales 2ª Edición (ver adjunto al final de la página). Se trata de un fondo concursable para proyectos presentados por organizaciones o colectivos de cinco o más mujeres mayores de 18 años vinculadas a las actividades agropecuarias o que viven en el medio rural, que contribuyan al desarrollo sustentable con inclusión social.

En la convocatoria se estableció que podían ser iniciativas centradas en experiencias de mujeres en la producción y los servicios, o en experiencias de promoción de la participación, capacitación en derechos e incidencia de las mujeres en el territorio.

En total se aprobaron 34 proyectos (25 productivos y nueve de incidencia) por un monto total de tres millones de pesos que involucran a 253 mujeres.

El director general de Desarrollo Rural, José Olascoaga, evaluó la primera edición de Somos Mujeres Rurales, que se hizo en 2016: “En general todos los proyectos de esa primera edición se ejecutaron en su gran mayoría bien, con un buen cumplimiento de las metas y objetivos, y una prolija administración de los recursos que se le asignaron. También fue muy buena la devolución que hicieron las organizaciones y los colectivos de mujeres que participaron. Todo eso nos llevó a reafirmar la necesidad de hacer un nuevo llamado. Obviamente siempre se hacen algunos ajustes y correcciones de acuerdo con las lecciones aprendidas, pero nada nos llevó a modificar la línea general del trabajo y de la intervención”.

Olascoaga dijo que es una “política afirmativa”, que trata de hacer “una discriminación positiva” en los colectivos de mujeres rurales para “darles acceso a financiamiento, a asistencia técnica y a la posibilidad de acceder a capacitaciones”. “Tiene un efecto de aumentar la visibilidad, la incidencia, el empoderamiento de la mujer en el entorno rural”, agregó.

En la segunda edición se presentaron más de 100 proyectos. El financiamiento es no reembolsable y los fondos se liberan progresivamente, de acuerdo con el avance de cada iniciativa. Olascoaga explicó que los proyectos productivos que se financian son los que apuntan a “mejorar la autonomía económica de las mujeres en el medio rural” y pueden ser de producción, o de producción y comercialización. La mayoría son iniciativas de producción ganadera o de horticultura, pero también de elaboración de productos artesanales y su comercialización. “Hay algunos proyectos más innovadores, como la elaboración de aceites esenciales para uso cosméticos o en la medicina alternativa”, contó el titular de la DGDR. Según Olascoaga, se optó por aprobar por lo menos un proyecto por departamento como forma de “inducción y de que las organizaciones vayan madurando hacia la presentación de más propuestas”.

En tanto, con respecto a los proyectos de incidencia dijo que “no apuntan tanto a la dimensión económica o productiva”, sino que “están dirigidos a promover la incidencia de las mujeres en el entorno rural y la participación, están más relacionados con una agenda de derechos y de reivindicación del papel de la mujer en ese medio”.

Finalmente, informó que en la actualidad la DGDR desarrolla un curso de formación de liderazgo para jóvenes mujeres rurales. “Se está haciendo en el Centro Agustín Ferreiro en Canelones, están participando 20 jóvenes de todo el país y está orientado a la renovación generacional y fortalecer las capacidades de estas mujeres para liderar los procesos de desarrollo rural a nivel local”, concluyó Olascoaga.