Todos los veranos, la Inspección General del Trabajo y de la Seguridad Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) realiza un operativo especial para fiscalizar los sectores de actividad y los departamentos en zafra por el turismo. Sobre la campaña para este verano, las nuevas herramientas de fiscalización y un balance del trabajo durante el año pasado, habló el inspector nacional Gerardo Rey con la diaria.

En los últimos años, la inspección del MTSS ha recibido en promedio entre 3.300 y 3.500 denuncias. 2018 no fue la excepción: el departamento recibió 3.269 denuncias –53 más que en 2017–. Pero con las mismas características de períodos anteriores: la mitad reclamó incumplimientos en el pago del salario y la protección social, 40% las condiciones de salud y seguridad, y el 10% restante denunció acoso sexual o moral y represión sindical.

Si bien la composición general de las denuncias no varió demasiado en los últimos años, se advierte un cambio de tendencia. Según el inspector general, lo que se destaca en los últimos dos años es que “el interior denunció más que Montevideo”. Entre las denuncias provenientes del interior del país, un tercio surgió del medio rural, algo que ve como “muy positivo” y le hace considerar que “eso de que el sector rural no denuncia no es tan así”.

Además, 85% de estas denuncias fueron hechas por “trabajadores individuales”, es decir que no por medio de un sindicato. Para Rey, esto responde a “la acción de la fiscalización, de la información provista por los sindicatos y también por la Dirección Nacional de Coordinación del Interior del ministerio, que ha puesto el foco en la difusión de los derechos de los trabajadores”. Consultado al respecto, estableció también que en ocho de cada diez casos “se demuestra que la denuncia tenía su razón, a veces totalmente y otras de manera parcial”.

Según el portal del MTSS, a pesar de que la cantidad de denuncias se mantuvo estable, aumentó la cantidad de actuaciones de la Inspección General. Más de 60% “tiene que ver con planificación, y no con denuncias”, en línea con lo determinado por la Organización Internacional del Trabajo.

Las herramientas del operativo de verano

Durante la temporada turística de verano ciertas actividades zafrales disparan algunos indicadores, como el informalismo y el incumplimiento de la regulación laboral. Por este motivo, el MTSS realiza cada año un operativo de verano en busca de fiscalizar actividades vinculadas con el turismo, que faculta a la Inspección General de Trabajo a fiscalizar sin que medie una denuncia.

En los últimos días de diciembre se inició una nueva campaña y actualmente hay “poco más de 20 inspectores” realizando actividades de fiscalización, adelantó Rey. Dijo que en los próximos meses se llevarán adelante entre 1.300 y 1.500 actuaciones a nivel nacional, focalizadas particularmente en actividades o empresas zafrales, ya que “la experiencia demuestra que la informalidad se registra con mayor frecuencia en sectores vinculados con la actividad hotelera y gastronómica, en particular en los pequeños comercios –que, al incrementar su actividad, aumenta su plantilla en esa época o sólo trabaja particularmente en el verano”–, y no en los más grandes, que están en actividad todo el año.

Los objetivos del operativo de verano son dos: por un lado, “proteger los derechos de los trabajadores, que en Uruguay no sólo hacen al acceso a la jubilación, sino también al seguro por desempleo, el Fonasa [Fondo Nacional de Salud], la informalidad; por otro, “proteger la sana competición [entre comercios], que se da en la mayoría de los casos”. En este sentido, algunos departamentos llevan a intensificar los controles, como Maldonado, Rocha, la costa de Canelones y, en menor medida, Colonia y el litoral, donde se registra un incremento de actividad.

Rey advierte que hay dos herramientas que “facilitarán enormemente la actividad a los inspectores” –una más vieja, la Ley de Inclusión Financiera, y otra reciente, la Planilla de Trabajo Unificada entre el Banco de Previsión Social (BPS) y el MTSS– y que, si bien los resultados se tendrán en unas semanas, se espera puedan hacer más eficiente la actividad. Sobre la inclusión financiera, sostuvo a modo de ejemplo que, dado que “uno de los aspectos que más se denuncian es el pago de salarios fuera de fecha, la inclusión financiera es hoy en día la única forma que tiene la inspección de trabajo de corroborar cuánto y qué día se pagó: el empresario sólo deberá mostrar la operación de depósito en la cuenta del trabajador”.

En tanto, la planilla informática, que se terminó de confeccionar en los últimos meses, brinda automáticamente ambos datos sobre la totalidad de los 960.000 empleados registrados en el BPS y ayudará en lo que refiere a la fiscalización de las categorías y si efectivamente se está pagando el laudo correspondiente a la tarea que realiza el trabajador. Rey sostuvo que un ejemplo que demuestra la importancia de esta herramienta es la agilización, que permite al inspector contar con la información “al alcance de la mano, por ejemplo, cuando en el marco de una inspección encontrás un ayudante de cocina en la planilla y durante la fiscalización notás que es el chef”. Para Rey, “lo importante es que esta herramienta hace a la intimación y la sanción mucho más efectivas”.