Cooperativistas, estudiantes, académicos y emprendedores participaron el viernes en el primer Encuentro Nacional de Cooperación Social y Economía Solidaria en Uruguay, que tuvo sede en la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar) y en el cual se comenzó a trazar una hoja de ruta para llevar al Foro Social Mundial de las Economías Transformadoras, que se realizará en junio de 2020 en Barcelona, España. Los participantes coincidieron en la necesidad de articular distintos emprendimientos de economía solidaria en grandes superficies de comercialización, promover la educación de la ciudadanía en consumo responsable y proponer políticas públicas que fomenten la autonomía económica de las cooperativas sociales.

La Coordinadora Nacional de Economía Solidaria define este tipo de economía como aquella que sitúa en el centro a las personas y el cuidado del medioambiente en lugar de la acumulación de capital, actuando en las diversas fases de la actividad económica: producción, consumo, distribución y finanzas. Cecilia Matonte, de la Unidad de Estudios Cooperativos del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio de la Udelar, enfatizó en la necesidad de la articulación, el trabajo en red e intercooperación en todas las áreas, sobre todo en la intermediación y las finanzas. Un posible medio para conseguirlo son los circuitos económicos solidarios, que implican no sólo producir, sino generar lógicas de comercialización entre pares, por ejemplo, en “supermercados cooperativos”. Estas grandes superficies con productos de economía solidaria podrían combatir la atomización de actores y la competencia por falta de organización, que son algunos de los problemas del sistema actual señalados por varios de los participantes.

Carlos Aulet, representante de la Asociación Nacional de Empresas Recuperadas por los Trabajadores en el directorio del Instituto Nacional del Cooperativismo, identificó como un problema de los emprendimientos de economía solidaria la falta de autonomía y la dependencia del Estado, para lo cual propuso impulsar políticas públicas como la exoneración del IVA a las cooperativas y una reserva de 30% en el Sistema de Compras Públicas para la producción nacional y los productos de economía social y solidaria. Asimismo, señaló que sería positivo promover políticas de formación, capacitación y asistencia técnica para estos emprendimientos. Otras de las propuestas planteadas en el encuentro implicaban reducir el uso de transgénicos y apostar al modelo agroecológico, apuntar a la gestión de residuos, estudiar la acumulación de capital “para ser más estratégicos” y profundizar en el manejo de la comunicación, las redes sociales y las nuevas tecnologías para visibilizar el trabajo de los emprendimientos de economía solidaria.