La Federación ANCAP (FANCAP) hará este lunes un paro metropolitano de 24 horas que finalizará a la medianoche para los turnos fijos y a las 22.00 para los turnantes, que iniciaron la medida este domingo a las 22.00. El paro es en respuesta a una sanción que la administración del ente le aplicó a un operario de la planta de La Tablada, en rechazo a “la desproporcionada sanción” aplicada a trabajadores del muelle y en contra de “las reiteradas conductas persecutorias” por parte del jefe de dicha planta, que, según un comunicado emitido el viernes por el sindicato, será denunciado por eso ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) “y las autoridades que corresponda, por persecución y acoso laboral”.

Luego del anuncio de FANCAP, el sábado, la presidenta del ente energético, Marta Jara, visitó la planta de La Tablada para supervisar la operativa y habló en una rueda de prensa. “Pensamos que el lunes en Montevideo puede llegar a haber alguna estación [de servicio] que se quede sin producto, pero no va a haber ninguna situación generalizada de desabastecimiento. Por supuesto, también depende de que nosotros seamos racionales en la carga”, manifestó la jerarca. Jara agregó que, debido al anuncio del paro, “en el caso del combustible de aviación” se solicitó a FANCAP las guardias gremiales correspondientes, que, dijo, se espera que “las concedan como debe ser”.

Jara dio su versión de la situación que desató la medida de paro: “En la refinería se está haciendo un trabajo de ver cómo aprovechar al máximo ese activo que tenemos. La región está demandando productos. Estamos encontrando oportunidades muy interesantes de exportación. Hace como seis semanas que se está exportando propileno, que es un componente que está en el supergás y que tiene un gran valor como materia petroquímica”. Según la presidenta de ANCAP, uno de los camiones que trasladaban propileno fue el que originó la situación. Por eso la presidenta dijo que “es muy importante proteger esos negocios, no defraudar a esos clientes”. “También acabamos de cerrar la venta de gasolina de alto octano a Argentina, y esos son negocios que tienen que funcionar; ojalá lo hagan como un relojito, porque nos conviene a todos”, sostuvo. Luego explicó que el camionero se presentó a cargar propileno “en el turno de la noche” y que, aunque se “había citado personal en guardia para que esa operativa se pudiera hacer, prácticamente al transportista no se lo atendió”. Por eso se sancionó a un operario “de acuerdo con el reglamento”, sostuvo, y acotó que la sanción “se puede recurrir: hay procesos para hacer descargos, que, por supuesto, están abiertos”, pero “la evidencia primaria es que hubo una omisión por parte de un funcionario que no cumplió con el servicio”, sostuvo. Jara destacó que el supervisor que decidió la sanción “tiene todo” su “respaldo”. “No hay ninguna situación de acoso. Si un servicio no se da y la evidencia muestra que no se atendió al transportista al que había que atender, es una omisión. No veo que haya nada fuera de lo normal”, enfatizó.

La otra versión

Por su parte, el presidente de FANCAP, Gerardo Rodríguez, dijo a la diaria que el paro no es contra las sanciones, sino contra “la persecución y el acoso laboral” que hace el jefe de la planta. Para el dirigente, la exportación de propileno es una operativa nueva, ya que el 25 de noviembre llegó el primer convoy, y “no hay un protocolo de acción, un manual de procedimiento”, por lo que el trabajo se fue “haciendo con la lógica de la experiencia” y muchas veces “con acuerdos de palabra”. “Cuando los camiones vienen, se ponen al lado de la balanza, se los pesa y luego se los pone a cargar, pero cuando se ponen en otro lado es porque acordaron de palabra que los choferes van a dormir un ratito, y después se procede a la carga”, dijo el dirigente. Por esto es que FANCAP sostiene que no hubo intención de no cargar un camión. Por otra parte, Rodríguez dijo que se debería haber advertido a los operarios sobre lo que no pueden hacer, pero eso no se hizo, y además este jefe “al mismo trabajador le quiso poner una sanción de 180 días y darle de baja después, y, si no fuera por la intervención de un gerente, lo hubiesen terminado echando”. “Con algunos trabajadores se nota una persecución, un acoso laboral”, aseguró.