El Sindicato Único de Citrícola Salteña (Sucsal) se reunió ayer con representantes de la empresa, que manifestaron “que por temas administrativos” la Justicia “todavía no había aceptado el concurso”, informó a la diaria el dirigente Marcelo Di Paola. El miércoles está convocada una audiencia tripartita en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) que Sucsal considera “decisiva”. Según informó El Telégrafo el sábado, la empresa se presentó a concurso de acreedores el 15 de febrero “debido a su situación económico-financiera”, que estaría conformada por una deuda de 43 millones de dólares, de los cuales 21,5 millones son deuda con el Banco República, diez millones con otras instituciones bancarias y acreedores comerciales, y 11 millones por una emisión de Obligaciones Negociables. Poco después el Directorio de Caputto emitió un comunicado en el que explica que desde 2012 la empresa ha tenido que afrontar “hechos adversos que deterioraron progresivamente” su capacidad financiera, como la derogación de aranceles por la Unión Europea, el atraso cambiario que afecta la competitividad, el aumento de los costos de producción y el impacto de algunos eventos climáticos. Pero además, el Directorio expresó que “debe sumarse la incomprensión del aparato sindical frente a estas circunstancias”. Sucsal se conformó la semana pasada a partir de la unión de los tres sindicatos que tenía la empresa: Sitracor (Sindicato de Trabajadores de Coraler, que nucleaba a los operarios del packing), Sitracitra (Sindicato de Trabajadores Citrícolas y Afines) y Sucobesalco (Sindicato Único de Cosecheros de Belén, Salto y Constitución). En respuesta al Directorio de la empresa, Sucsal emitió una declaración pública para difundir “la situación de 2.000 trabajadores directos e indirectos” de la empresa del grupo Caputto, que viene “repitiendo actitudes arbitrarias con sus empleados, incumpliendo acuerdos firmados” en el MTSS e “incumpliendo el pago de licencias y salarios vacacionales” de 2017 y 2018, así como “aguinaldos, salarios mensuales, haberes de quincenas desde los primeros días de diciembre a la fecha con los trabajadores rurales y de packing”. Denuncia que la empresa “hace años viene repitiendo la misma estrategia”, teniendo como rehenes a los trabajadores, “en su amplísima mayoría jefas de hogar”, que no pueden pagar los “gastos básicos” de electricidad y agua; “ni que pensar en los gastos para poder llevar comida a la olla”. Sucsal afirma que “a pesar de todo” eso los trabajadores nunca dejaron “de mantener el diálogo” con la empresa, y que muestra de ello “son las decenas de reuniones bipartitas y tripartitas en el MTSS generando canales de diálogo, concurriendo a la Comisión de Legislación del Trabajo, todo promovido por el sindicato”. “Por todas estas razones es que rechazamos el planteo de la empresa sobre la incomprensión del aparato sindical en circunstancias de crisis. ¿Cuál es la incomprensión? ¿Reclamar los salarios adeudados desde diciembre? ¿Reclamar los aguinaldos adeudados? ¿Reclamar las licencias y el salario vacacional? ¿Reclamar que se te pague por trabajar? ¿Reclamar que se cumpla con los acuerdos firmados?”, se preguntan en la declaración, que concluye reafirmando que seguirán “buscado soluciones que respeten los derechos” de los trabajadores, “salvaguardando los puestos de trabajo, pero siempre defendiendo la justa lucha”.

Zafra

Di Paola dijo que tiene que encontrarse una solución para pagar la deuda con los trabajadores, porque el 10 de marzo empieza una nueva zafra y “nadie va a ir a un trabajo en el que no te pagan”. “Si a vos te deben en un trabajo, ¿te presentarías a trabajar?”, preguntó. La deuda acumulada con los trabajadores es de 30 millones de pesos. “Pero para definir lo que se va a hacer como organización sindical, primero tenemos que esperar a la reunión de la semana que viene y después se llevará a la asamblea y se tomarán decisiones”, agregó Di Paola. Debido a que esta situación se viene repitiendo año a año, los trabajadores están proponiendo la creación de un fondo de garantía.

El dirigente contó que, dada la situación, muchos trabajadores se juntan con vecinos “para poder hacer una olla”. “Como organización lo que estamos haciendo con el PIT-CNT es conseguir una canasta de útiles escolares para cada familia”, agregó.