“No hablemos más del trabajo del futuro, hablemos del trabajo del presente, porque estamos hablando de cosas que ya están sucediendo”, afirmó Nelson Loustaunau, subsecretario del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), ayer en el Paraninfo de la Universidad de la República, en un evento organizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Facultad de Derecho, para analizar y discutir el informe “Trabajar para un futuro más prometedor”, realizado por expertos en el tema de varios países, y encargado por el organismo internacional.

Un panel tripartito estuvo integrado por Loustaunau, el asesor de la Cámara de Industrias del Uruguay, Sebastián Pérez y Abigail Puig, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT. Pérez destacó la educación como el principal desafío a afrontar. Sostuvo que existe una “gran oportunidad” con el cambio de gobierno porque “se mantenga o cambie el partido, va a haber un cambio”, aseguró. En este sentido, consideró que “habría que definirse políticamente por elegir líderes en materia de la gobernanza de educación; líderes positivos que además tengan ciertos consensos en la sociedad”, y dijo que desde el lado empresarial se apuesta a la educación, en particular, la de los niños. El economista nombró reformas “exitosas” e “innovadoras”, “inteligentes” y “eficaces” entre las que destacó la tributaria y la de la seguridad social, y agregó que “sería bueno hacer el mismo foco que hicimos en lo tributario, en la educación”. Asimismo, consideró necesario introducir el emprendedurismo como “un aspecto clave en la formación de nuestros jóvenes”, dejando de lado la politización sobre el tema.

También consideró que Uruguay ha avanzado en materia de protección social y nombró como ejemplos la determinación de una jubilación mínima, las transferencias del Ministerio de Desarrollo Social y la cobertura de salud desde el Fondo Nacional de Salud, y afirmó que “enorgullece” el nivel de diálogo existente entre las partes, no obstante advirtió que el país todavía tiene recomendaciones técnicas de la OIT para adoptar y opinó que el Estado debería oficiar de “garante y no como participante”.

A su turno, Loustaunau respondió que “el planteo de fondo no es un problema del liderazgo del Estado, sino de los interlocutores sociales” y expresó que estos “tienen tanta importancia como el Estado”. “Necesitamos del diálogo social y profundizar en él”, agregó.

El subsecretario del MTSS consideró que un desafío por delante será tratar el tiempo de trabajo frente a las nuevas tecnologías, “algo complejo de ver”, puntualizó. “Me cuesta encontrar el límite, y el informe justamente reconoce el derecho a la desconexión, que no es más ni menos que el viejo límite que planteó la ley de ocho horas”.

En tanto, Puig resaltó que los cambios tecnológicos ya están sucediendo, pero consideró que así como se están perdiendo puestos de trabajo, se están generando otros. Adelantó que hay sindicatos que están diseñando aplicaciones para acceder a otro tipo de contacto con los trabajadores que apelan a nuevas oportunidades de trabajo y dijo que la tecnología “puede ser realmente un progreso para la humanidad si está al servicio, y no si se sigue apostando a que la riqueza generada quede en manos de unos pocos”.

Para la sindicalista la discusión del trabajo del futuro debería centrarse en “mejorar nuestras vidas y nuestros ingresos”. También consideró la negociación colectiva como “una de las mejores herramientas” y sostuvo que desde el movimiento sindical se propondrá instalar un debate público acerca del trabajo, del empleo y de la formación de los trabajadores, porque “tenemos la certeza de que debemos seguir por el camino de profundizar en materia de legislación laboral y ratificación de convenios internacionales de OIT”.