“El coronavirus lo que hizo fue mostrar de modo dramático lo que ya teníamos: desigualdades estructurales escandalosas, incoherencias e hipocresías”, dijo Cristina Calvo este jueves en el V Foro de la Red Internacional de Economía Humana (RIEH) “Utopías posibles para una economía humana”, una actividad virtual que convocó a personas de América Latina y España y tuvo como puntapié inicial cómo va a ser el mundo después de que termine la emergencia sanitaria provocada por la covid-19.

Calvo, doctora en Economía del Comportamiento y Sociología Económica y especialista en Desarrollo Humano Integral, planteó como primera pregunta: “¿Saldremos mejores?” de la pandemia, y a pesar de que dijo que puede “venir un capitalismo que quiera recuperar todo lo perdido”, ella es de la idea de que “hay una masa crítica muy importante que quiere aprovechar esta circunstancia para aportar elementos transformadores”.

Como ejemplo de incoherencia en la economía citó a Italia, que “tiene 107 fábricas de armas y una de respiradores”. Las armas las vende a los países en guerra, al mismo tiempo que no deja entrar a las personas migrantes que escapan de los conflictos armados y “los dejan morir en el Mediterráneo”. “En los últimos diez años Italia bajó en 37.000 millones el presupuesto de salud y aumentó el gasto militar en 25.000 millones de euros”, afirmó.

Calvo aseguró que en Italia, por ejemplo, “hubo una destrucción del Estado de bienestar y un vaciamiento de políticas públicas dedicadas a la salud y la seguridad”. Además comentó que el producto interno bruto (PIB), a pesar de que “tiene cosas muy buenas, es un indicador insuficiente” que no revela las condiciones de vida digna de los países; no se descuenta el costo ambiental “y sin embargo se generan guerras por el PIB”.

La especialista aseguró que en su país –Argentina– 90% de los casos de covid-19 en la actualidad están en la ciudad y la provincia de Buenos Aires: “Tenemos parte de un país parado y una malísima distribución demográfica”, dijo. Por eso otras provincias y pueblos de Argentina se están replanteando, “con los pocos pesos que tienen, resistir e invertir en infraestructura para descomprimir los grandes centros urbanos que es donde la pandemia está ocasionando los grandes estragos”.

Lo que no está claro, dijo, es si la crisis generada por el virus provocará una “transformación en las relaciones de poder. Sobre todo porque tenemos al presidente de Estados Unidos y al presidente de Brasil, que desconocen los acuerdos y dicen que el cambio climático es un invento de las ONG ambientalistas. Mientras esté esa costra dura dirigencial va a ser complicado, pero dentro de las buenas noticias hay corrientes económicas y filosóficas [...] favorables al cambio de las reglas de juego de los países en desarrollo”.

Dijo que la crisis de 2008 no fue la típica crisis del capitalismo, como no lo es tampoco la generada por el coronavirus; son “crisis de sentido que manifiestan rupturas que hay que volver a entretejer”.

Calvo aseguró que hay una fractura entre el trabajo y la generación de riqueza: “Mientras la cotización de los salarios estuvo dada por la economía real, las sociedades eran bastante iguales. Cuando nace la economía de la burbuja especulativa, en 1976, cuando se decide la liberación del mercado de capitales, el dinero dejó de ser un instrumento de cambio para ser un fin en sí mismo”.

Además, resaltó que otra de las grandes paradojas de la pandemia es que las personas que trabajan en los servicios que son esenciales, como el personal de la salud o de limpieza, “son los peores pagos en el mundo”, y los mejores pagos “son los vinculados al mundo de las finanzas que lo hacen todo sin temer un riesgo a su vida”.

La tercera fractura es la separación entre mercado y democracia, sostuvo. “La democracia tiene el lenguaje de los derechos humanos, de las condiciones de vida digna; el mercado, como instrumento, como uno de los componentes de la función económica, no tiene la última palabra. Hay que definir el progreso en función del desarrollo de las personas y del desarrollo humano”.

Otras dimensiones humanas

Por su parte, Evelyn Segredo, médica residente de medicina familiar y comunitaria e integrante de RIEH, aseguró en su exposición que un evento externo o interno, como puede ser la pandemia, “va a generar una nueva realidad, y esa realidad va a ser puntal y será tan variable como la condición inicial. Los fenómenos biológicos no se pueden predecir; estamos ante una situación en que domina la incertidumbre”.

Segredo dijo que para comprender esa realidad hay que abordarla desde un punto de vista holístico: “A lo que me enfrento es a la sumatoria de todas las partes; si quiero ver la realidad total, ver las causas de los problemas y prever las situaciones, hay que tener una mirada global, no mirar un único elemento”.

Sobre la crisis sanitaria generada por la covid-19, afirmó que se trata de “una disrupción en los sistemas nacionales y globales en que los países tienen que atender la emergencia y la salud global. Lo que generó fue una gran incertidumbre, porque al inicio, en marzo, no se sabía con qué nos íbamos a enfrentar; hoy, por suerte, estamos bajando de la curva epidemiológica”, pero se trata de un “problema continuo de salud”.

Para la médica hay que revisar los marcados húmedos, donde empezó la enfermedad, donde mutó el virus e hizo el salto interespecies. “No es un tema de que estén bien o mal”, pero hay que analizar el manejo de los animales y las condiciones de sanidad. “Habría que pensar por qué suceden estas cosas, qué pasa en estos lugares para que la gente trabaje de esta manera”, afirmó.

Además de la salud dijo que se trastocaron otras dimensiones humanas contenidas en “los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible definidos por Naciones Unidas. Desde pobreza hasta economía y la igualdad de género”, comentó. Además dijo que ahora hay que reflexionar sobre lo que es “el bien común que tenemos que defender”, porque debe tener algunas características nuevas para que sea sostenible.

“Hay que aprender de la pandemia, no vamos a volver a lo mismo. Estos cambios generaron un nuevo presente, que trae lo de antes y agrega algo nuevo. Tenemos que aprender que somos frágiles como especie y no somos ajenos a la salud ambiental y animal”, afirmó.

Segredo sostuvo que la realidad que le seguirá tendrá efectos en salud mental y en la inseguridad laboral, y se preguntó qué tan viables eran los sistemas que teníamos previamente.

“Todo el accionar no sostenible genera estas consecuencias; la acción humana tiene mucho que ver en la incidencia de las pandemias. El cambio climático es el efecto de las acciones que se llevaron adelante durante tantos años”, dijo.

Sobre la economía dijo que es posible llevar adelante acciones sostenibles; “en la economía humana primero está la persona en su comunidad, pensando en sus necesidades y creando un mundo sostenible. La ecuación es redefinir el bien común para crear acciones que impacten lo menos posible sobre el ambiente y para crear una economía humana, solidaria y justa”, dijo.