“No hay ninguna duda de que el teletrabajo tendrá un lugar mayor que el que tenía antes de la pandemia”, dijo el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, este jueves en la presentación del Manual de Teletrabajo para Organizaciones Públicas y Privadas elaborado por la Comisión de Trabajo de la Sociedad Uruguaya de Gestión de Personas (SUGP).
En relación a la ley de promoción y regulación del teletrabajo, señaló que se trata de un marco jurídico positivo y acorde a los criterios generales a nivel internacional, y agregó que en la etapa en la que está, la de reglamentación, se dirimen aspectos “tan importantes como la propia ley”.
Fabio Bertranou, director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el Cono Sur, dijo que esta forma de organizar el trabajo tiene impactos sociales a considerar, “algunos positivos”, pero “otros que nos despiertan la necesidad de estar atentos para poder abordarlos con políticas complementarias o con nuevas regulaciones”.
El representante de la OIT comentó que ellos todavía están en el proceso de análisis de cómo ir gradualmente hacia la presencialidad, ya que a causa de la pandemia generada por la covid-19 recurrieron al trabajo a distancia. “Seguramente vamos a seguir con una forma híbrida, por lo que es clave tener mucho diálogo social a nivel de empresa y sectorial, para atender las particularidades. Las nuevas formas de organización del trabajo implican para las empresas y los gestores de recursos humanos un desafío enorme porque hay que trabajar más en función de resultados y no tanto en los procesos específicos”, afirmó.
La senadora del Partido Colorado (PC) Carmen Sanguinetti, impulsora de la ley, dijo que ella ha encontrado en el teletrabajo una herramienta para armonizar la crianza presente de sus tres hijos con el empleo. “Me gusta contarlo. Yo sufrí la falta de un marco normativo, viví muchos años en el exterior y en 2011, cuando volví a Uruguay y buscaba trabajo y pedía cierta flexibilidad para combinar la presencialidad con la virtualidad, me encontraba con una enorme resistencia por parte de las organizaciones de nuestro país”, contó.
La legisladora añadió que una de las características del empleo a distancia en la actualidad es que muchas personas lo incorporaron por la pandemia, por lo que cuesta “separar lo que es el teletrabajo en condiciones normales”, cuando no hay varias personas conectadas por trabajo o estudio.
“Hace más de diez años que este tema está en la agenda: el primer proyecto fue presentado en 2009. En 2016 la encuesta de la OIT mostraba que teníamos 100.000 teletrabajadores en Uruguay, esto no era una realidad de un puñadito de uruguayos, era una realidad significativa”, dijo, y opinó que al tratarse de un tema complejo los debates tendían a “eternizarse”.
Respecto de la ley, aseguró que tenía muy en claro que quería un articulado “de mínima, buscando un marco protector de derechos y obligaciones para ambas partes, pero que no encorsetara al teletrabajo, buscando que pudiera crecer”. En su intervención mencionó que el proyecto no contó con el apoyo del Frente Amplio y dijo que es un tema “en el que deberíamos construir consensos”.
La senadora comentó que los académicos y consultores con los que ha hablado coinciden en que después de que pase la pandemia no se va a volver a trabajos de 9.00 a 18.00. “Me parece una maravilla lo que podemos aprender a nivel de mundo, en esto de que estamos todos atravesando la misma situación, con tantas cabezas pensando cómo potenciar” esta modalidad de empleo. “Sin dudas vamos a volver a un sistema híbrido”, subrayó.
Finalmente, Sanguinetti dijo que el teletrabajo también abre puertas para que las personas con discapacidades motrices puedan acceder a empleos: ese es “un aporte bien interesante”, dijo. En tanto, por su parte, Aníbal García Sellanes, coordinador de la Comisión de Trabajo de SUGP y gerente de personal de la Panificadora Bimbo del Uruguay, comentó que el manual es una primera edición y que en el futuro se deberá afinar algunos aspectos, con aportes del gobierno, de las empresas y “del sector trabajador”.
Agregó que según una encuesta realizada para el manual, 40% de las empresas tiene pensado seguir con la modalidad de teletrabajo. Como dificultad mencionó la limitación del horario laboral y que eso no se convierta en “un estrés”. “Que lo que te lleva una hora en la oficina no lleve dos o tres horas en la casa”, puntualizó. Luego, aseguró que al trabajar a distancia hay que poner foco “en el sentido de pertenencia”, para que los empleados no se sientan alejados. “En eso tienen un rol muy importante los líderes de los equipos”: ellos son los que mantienen el contacto entre las personas, por lo que es necesario que estos jefes “desarrollen habilidades blandas”, no técnicas.
En tanto, Ignacio López Viana, abogado especialista en derecho laboral, habló sobre la ley y destacó algunos puntos como positivos, como la necesidad de que esta modalidad sea acordada y se refleje en el contrato de trabajo, que sea reversible y que les permita a los trabajadores tener jornadas más flexibles, con compensaciones y derecho a la desconexión. “La regulación es fundamental y no hay que perder de vista las condiciones de trabajo”, concluyó.