El Sindicato Único de Prevencionistas del Uruguay (Suprevu) expresó su preocupación por el “escaso contenido y la falta de especificaciones técnicas” del Decreto 86/22, del 17 de marzo de 2022, que reglamenta la Ley 19.978 sobre la promoción y la regulación del teletrabajo.

El Consejo Directivo Nacional del Suprevu emitió este jueves un comunicado donde enfatiza que “esta normativa deja un gran vacío en la protección de la seguridad y salud de las personas que se encuentren en esta modalidad de trabajo, dejando por fuera importantes riesgos como ser los riesgos psicosociales, los ergonómicos, riesgos eléctricos, entre otros”.

El sindicato pide un marco regulatorio “que sea con un contenido adecuado y serio, que brinde insumos para poder respaldar y garantizar las condiciones apropiadas a la modalidad de teletrabajo, salvaguardando la salud de las personas”.

Suprevu ve con preocupación “la falta de voluntad de integrar a los procesos productivos y políticas públicas las funciones del Prevencionista y el Servicio de Seguridad y Salud en el Trabajo”. Para el sindicato esto quedó en evidencia el 22 de febrero cuando le fue presentada al inspector general de Trabajo y la Seguridad Social, Tomás Teijeiro, una propuesta elaborada por los prevencionistas sobre este tema que no fue “recibida ni considerada para la reglamentación del teletrabajo”.

“Ni la ley ni el decreto tienen un fundamento ideológico”

Por su parte, este jueves en declaraciones a Búsqueda, Teijeiro, que fue uno de los redactores de la reglamentación, dijo que la norma establece que el Estado “intervenga lo menos posible” y que es “acorde a los tiempos”.

“Prevé la protección y de manera contundente, pero también que las partes puedan moverse en un mundo donde las relaciones de trabajo han cambiado y donde el dinamismo es parte fundamental”, agregó.

Consultado sobre las críticas a que la ley de teletrabajo permite trabajar más de ocho horas por día sin pagar horas extras, pero sin superar el límite semanal de horas de trabajo, Teijeiro dijo que la ley de ocho horas “está pensada en una estructura productiva fordiana”, y que “es una visión panfletaria la que dice que esta ley perfora eso”.

El inspector de Trabajo se manifestó como “defensor de las horas extras y de los derechos de los trabajadores, pero también de que las personas y las organizaciones tengan libertad para manejarse”.

“Ni la ley ni el decreto tienen un fundamento ideológico: tienen sí una idea, que es la de otorgar a las empresas y a las personas facilidades para trabajar de acuerdo con el mundo moderno”, añadió.

Teijeiro considera que los empresarios y trabajadores están en “igualdad de condiciones” y que el que busca trabajo “no necesariamente está en una situación de debilidad”, pero reconoció que “las condiciones para contratar las pone siempre el que ofrece”.

Por último, dijo que “una cosa es menos derechos, garantías, protección, y otra cosa es poder manejarse en un marco donde las partes, debidamente asistidas, puedan encontrar formas de llevar adelante relaciones de trabajo que estén acorde a lo que el mundo requiere”.