Desde el 30 de marzo, la Asociación de Funcionarios del Registro Civil de Montevideo (Afureci) está en conflicto en reclamo de mejores condiciones laborales y la incorporación de más recursos humanos. Por eso el 6 de abril, tras una asamblea general, decidieron hacer un paro de actividades que incluyó todos los servicios.

La situación más llamativa de esa jornada fue la presencia de cuatro alcaldes –uno de Montevideo, dos del departamento de Canelones y otro de Colonia– que llegaron a la dependencia montevideana para oficiar los matrimonios previstos para esa fecha. Desde principios de este año los municipios asumieron varias de las funciones que realizaba el Registro Civil, por eso estaban habilitados para realizar el trámite.

Horas antes de que el sindicato iniciara la medida de fuerza, el alcalde de Tarariras, Dany Pérez, que pertenece al Partido Nacional, recibió un llamado de un asesor del ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, consultándole si estaba disponible para oficiar casamientos en Montevideo. “Fui un poco asustado, porque no estaba claro si podíamos realizar casamientos fuera de nuestra ciudad, pero el llamado fue desde el ministerio, y eso me dejó un poco más tranquilo”, dijo Pérez en diálogo con la diaria.

Consultado sobre de las razones por las que aceptó el pedido, Pérez aseguró que lo hizo en “apoyo a mi gobierno”. Además, criticó el paro de los funcionarios del Registro Civil: “A veces me molesta que los reclamos sean sin sentido y que se salga a trabar al gobierno de esta manera. Está mal que para pedir mejoras y realizar este tipo de paros tranquemos a los demás. Como sociedad nos lastimamos unos a los otros, y eso está mal”, aseveró, y dijo que la gente a la que casó “estaba muy contenta”, lo que también le hizo “muy bien” a él. “No tendría problemas de volver a hacerlo”, concluyó.

La otra cara de la moneda

Después del paro de Afureci, los delegados sindicales se reunieron con el ministro para hallar una solución a la falta de personal, ya que en el Registro Civil no sólo se llevan a cabo casamientos sino que se expiden partidas de nacimiento y de defunción, entre otros trámites.

Adriana Acosta, integrante de Afureci, dijo a la diaria que el 6 de marzo los alcaldes sólo pudieron casar parejas, pero no saben hacer otra cosa; es más, afirmó que tuvieron un curso en el que sólo les enseñaron el “versito” y no las demás tareas de las que se encarga el Registro Civil, como la expedición de la partida de nacimiento, que es la identidad de la persona.

La funcionaria contó que el cúmulo de trabajo no se puede resolver con la cantidad de personas que están en plantilla. “Es imposible dar un buen servicio cuando no tenés los tiempos para cumplir”, afirmó, y agregó que la media de edad de los funcionarios es de más de 50 años, por lo que muchos estarán pronto en edad de jubilarse. De seguir a este ritmo, sin cubrir vacantes, en cuatro años serán un poco más de 40 personas las que trabajen en el Registro Civil. En administraciones pasadas la plantilla era de 200 funcionarios, número que Acosta también calificó de insuficiente, pero ahora, por el decreto de austeridad, son 117.

La sindicalista dijo que además de esta dependencia, en el Ministerio de Educación y Cultura, la Dirección General de Registros tiene los mismos problemas y fue la otra unidad ejecutora con la que el ministro se comprometió, “de palabra”, a tratar de reforzar el personal.

Acosta descartó que el exceso de trabajo sea por la finalización de la pandemia, ya que durante los dos años que duró la emergencia sanitaria no dejaron de trabajar. Dijo que incluso juntaron los turnos de los administrativos y no les proporcionaron material de protección. Hicieron la denuncia ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la dirección compró los implementos necesarios.

“Se nos declaró servicio esencial, somos recaudadores. Nunca se cumplieron los protocolos y encima se restringió el servicio de limpieza”, declaró. Una de las razones por las que tienen más trabajo es que se aumentó la cantidad de personas que se pueden agendar. Si bien Acosta aseguró que la pandemia no influyó, sí lo hizo la eliminación de la restricción para entrar al país. “Fue un éxodo de argentinos que se vinieron a instalar”, lo que requiere trámites de registro.

Sobre los alcaldes aseguró que lo que hicieron fue “ir a romper la huelga a instancias del ministro y de la directora general del Registro Civil, Adriana Martínez”. “Nosotros estamos peleando para hacer las cosas como se debe, no para la tribuna. El día del paro, cuando vinieron los salvadores de la directora, porque son amigos personales de ella, sólo se apuntó para los casamientos, mientras que se olvidaron de las madres que venían con niños chicos a anotarlos, a las viudas que tenían que inscribir una partida para cobrar una pensión; eso no les importó. Lo que salió en la prensa fue la gente que se pudo casar, lo que vende es el matrimonio”, concluyó.