Mariana Mendy es la coordinadora general del proyecto “Mejora de la productividad a través del diálogo social y la formación permanente” (denominado Prodisoc, productividad y diálogo social), una iniciativa presentada ante el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) por intermedio del llamado “Respuestas estratégicas a desafíos innovadores” y que cuenta con el aval del Instituto Cuesta Duarte.

Mendy explicó a la diaria que el emprendimiento surgió como una inquietud “fruto de diferentes experiencias laborales y del contacto con la realidad de las organizaciones”. Aclaró que “‘productividad’ es una palabra que genera en los trabajadores una sensación de incertidumbre”, porque se la asocia con la intensificación del trabajo y “hay varios colectivos en el que se discute la productividad y los trabajadores no siempre están pertrechados desde el punto de vista conceptual”.

Expresó que la idea del proyecto es que las personas se capaciten. En esta etapa están en tres empresas que fueron sondeadas para saber qué era lo que entendían como productividad. Dos pertenecen a la rama de autopartes y la restante a la industria electrónica. La segunda etapa consiste en hacer mapas funcionales (una representación gráfica del sistema productivo y qué tipo de personas implica ese proceso), y la tercera es consolidar “espacios de trabajo bipartitos que permitan la planificación de la formación permanente y el abordaje de problemas vinculados con la productividad”.

Mendy dijo que la gran inquietud de los trabajadores es cómo se va a medir la productividad. En esto radica la importancia de la información; por ejemplo, si lo que se va a medir es la rapidez, hay que saber por qué es importante. “El tema de fondo es que cuando una empresa incrementa su productividad se supone que aumenta su margen de ganancia, y se supone que cuando a una empresa le va mejor debería irles mejor a todos sus integrantes. Ahí hay una porción de esa ganancia que puede ser objeto de una negociación colectiva para ver de qué forma los trabajadores pueden participar en ese incremento de utilidades”, explicó.

Aclaró que ir más rápido puede significar un aumento de tareas, lo que llevaría a un deterioro de la salud laboral o una baja en la calidad de los productos, pero “quizá la productividad pueda pasar por mejorar los procedimientos de control de calidad”, significar innovación (por ejemplo, incorporar una máquina mejor de la que estaba), o “en otro caso puede pasar por la reorganización o por la disminución de tiempos muertos”.

Hay cuestiones que son más de fondo, como la reducción de la jornada de trabajo gracias al aumento de la productividad. “La idea del proyecto es que los trabajadores salgan de un lugar común, como lo es producir más y en menos tiempo (una idea que se viene arrastrando desde la Revolución Industrial), la productividad muchas veces pasa por otro lado”, sostuvo.

Acuerdos de productividad

Mendy comentó que en las empresas en las que están hay dos aspectos a diferenciar: los mecanismos de evaluación de la empresa, y la medición de la productividad. “Las empresas pueden hacer evaluaciones una vez al año, y estas pueden ser de distintos aspectos, como por ejemplo la puntualidad. La productividad es de la organización y es difícil separar cuánto aportó un trabajador individual”, pero es algo que quizá se pueda pensar en conjunto.

“Los acuerdos de productividad pueden ser globales [...] La productividad no necesariamente va atada a la evaluación personal, aunque sí se puede hacer, como el caso del tiempo que demora un trabajador o trabajadora en realizar una operación, pero, por ejemplo, la puesta en acción de los conocimientos de los trabajadores es muy difícil de medir”, acotó.

El proyecto hoy está en la etapa de capacitación de trabajadores, con instancias de formación. En el caso de las empresas en las que se aplica el proyecto abarca desde operarios de planta hasta gerentes. Además, están terminando un manual para los participantes de las instancias de formación.

Uno de los objetivos es poder entregar un informe final al Inefop y al movimiento sindical. “Nuestra idea es que quede sistematizada una metodología de acercamiento a partir de este proyecto”, explicó y comentó que quieren dejar un aporte que ayude al desarrollo de las industrias uruguayas. Uno de los desafíos es que las empresas compartan información con los trabajadores.

Con relación del significado de la productividad dijo que no es lo mismo que la eficiencia y la eficacia. “La eficacia consiste en cumplir un objetivo de producción. Por ejemplo, si se necesita confeccionar tres camisas y se hacen se fue eficaz; la eficiencia tiene que ver con fabricar esas tres camisas con la menor cantidad de recursos posibles. Si se hicieron pero se gastaron 20 metros de tela, no fue eficiente. La eficacia es el logro de los objetivos, mientras que la eficiencia es el logro de los objetivos en función de los recursos, y la productividad es la relación entre los insumos que se usan y lo que se produce”, aclaró.