Luego de lo peor de la pandemia, durante la segunda mitad de 2021, existió una reactivación económica que ayudó a “mejorar” los números del mercado de trabajo. Pero, en lo que va del año, “hemos asistido primero a un estancamiento y luego a un deterioro” de los indicadores de empleo y desempleo, advierte un informe del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, publicado el miércoles.

En 2020 cayeron alrededor de 60.000 puestos de trabajo a causa de la pandemia. Se recuperaron “prácticamente en su totalidad” en 2021, sobre todo, gracias a “las mejoras alcanzadas en el último trimestre del año”. Sin embargo, el estudio señala que “algunos de los factores” de creación de empleo “eran transitorios”, lo cual compromete “la sostenibilidad” del trabajo “en el corto plazo”. Entre ellos, se mencionan el programa de jornales solidarios y la finalización de las obras de la segunda planta de celulosa de UPM.

“Esto es relevante en sí mismo por lo que representa el trabajo para las personas como factor de inserción social, pero también porque en el último año el crecimiento del empleo permitió amortiguar parcialmente la caída que tuvieron los ingresos salariales”, resume el documento del Cuesta Duarte.

Tasa de empleo

La tasa de empleo, “el indicador más adecuado para analizar el mercado laboral”, evidenció “un deterioro” en el segundo trimestre del año, según el informe. La caída del indicador, que mide la relación entre la cantidad de ocupados y la población en edad de trabajar ‒14 años y más‒, surge en comparación al “pico post pandemia [de empleo] alcanzado hacia fines de 2021”.

Así, “la cantidad de ocupados se viene reduciendo desde las 1.682.000 personas ocupadas en promedio a fines de 2021 hasta las 1.654.000 observadas en el segundo trimestre de este año”. Se constata, entonces, una caída de 28.000 puestos de trabajo en la primera mitad del año.

Tasa de desempleo

El miércoles, el Instituto Nacional de Estadística informó que la tasa de desempleo marcó en junio 8,4%, más que en mayo (8,1%) y aun más que en abril (7,7%). En tanto, el análisis del Cuesta Duarte marca una tasa de desempleo de 8,1% en el segundo trimestre del año, esto es, aproximadamente 145.000 personas sin trabajo, una “desmejora” con relación al anterior trimestre.

La medición del desempleo revela asimetrías por territorios. Salto es el departamento “con peor desempeño en materia de desempleo con una tasa de 13,1%”, cinco puntos porcentuales por encima de la media nacional. Le siguen Rocha (11,4%), Soriano (11,0%) y Río Negro (10,6%); mientras que, en el otro extremo, el departamento con la tasa de desempleo más baja del país es Cerro Largo (1,8%), seguido de San José (2,6%) y Maldonado (3,1%).

En Montevideo también se observan diferencias territoriales en el nivel de ocupación. Según consigna el estudio del Cuesta Duarte, las personas que viven en la periferia de la capital ‒municipios A, G, D y F‒ “presentan tasas de desempleo próximas a 11%”. En tanto, el municipio CH ‒barrios Punta Carretas, Pocitos, Buceo, Parque Batlle, La Blanqueada, entre otros‒ “tiene una tasa de desempleo media de 3,4%”.

Informalidad

En cuanto a la calidad de los puestos de trabajo, el documento sostiene que “continúa siendo un desafío de primer orden” en el corto y mediano plazo, “en un contexto de cambios relevantes en el mundo del trabajo”. Subraya que uno de cada cinco ocupados no aporta a la seguridad social, cerca de 340.000 personas. Con todo, puntualiza que la cantidad de trabajadores informales disminuyó en los últimos dos años.

El interior del país tiene tasas de informalidad mayores a las de Montevideo y evidencia además “una gran heterogeneidad” entre departamentos. Rivera se posiciona como el departamento con peor calidad de empleo con una informalidad de 40,4%. Un escalón abajo, se ubican Artigas y Soriano, “levemente por debajo de 35%”. Como particularidad, se advierte que Cerro Largo, el departamento con menos desempleo en el mes de mayo, muestra una informalidad de 32,1%.

Seguro de desempleo

Al finalizar la emergencia sanitaria, que cuadruplicó la cantidad de personas en seguro de paro ‒de 45.000 en diciembre de 2019 saltó a 200.000 en abril de 2020‒, “las cifras de seguro de desempleo fueron disminuyendo hasta alcanzar hacia finales de 2021 registros similares a los que había previo a la pandemia”, indica el estudio.

No obstante, en lo que va del año se registraron algunas variaciones. En el primer trimestre de 2022, el número de beneficiarios del subsidio por desempleo “fue oscilante”, “ubicándose la mayoría de los meses por encima del promedio de 2019, último período comparable sin los efectos de la pandemia”.

Más inversión pública

Al cierre del documento, el Instituto Cuesta Duarte apunta contra el proyecto de Rendición de Cuentas, actualmente a estudio en la Cámara de Representantes: “Entendemos fundamental la generación de un programa de inversión pública, focalizado en particular en aquellos rubros intensivos en mano de obra”.

Asegura, además, que las políticas de empleo “han demostrado ser un elemento importante de sostén” del mercado de trabajo, “y quizás sea preciso mantenerlos en el corto plazo, mejorando sus características en cuanto a ingresos, cobertura horaria y fundamentalmente, vinculando su puesta en marcha con la capacitación y formación que permita una inserción laboral plena de los beneficiarios a futuro”.