Dicen que los tiempos de crisis también son de oportunidades. El comercio global fue uno de los principales afectados en un mundo que no terminó de pasar la pandemia de la covid-19 antes de sumergirse en la guerra de Ucrania. Dentro del engranaje que hace posible que el sistema funcione, las operaciones de logística y transporte ocupan un rol central y, al igual que todos los otros sectores, se tuvieron que acomodar a las dificultades y los desafíos que generaron las crisis. Los cambios tecnológicos, la aparición de nuevos clientes y las nuevas necesidades de los consumidores fueron algunas de las novedades dentro del rubro.

Multibox es una empresa uruguaya que se dedica a la logística integral, hace la gestión en aduana y en el aeropuerto para la entrada de mercaderías y luego las distribuye en todos los puntos del país, personalizando el proceso de acuerdo a las necesidades de cada cliente. Eduardo Martínez Eguren, director ejecutivo de la empresa, habló con la diaria sobre la situación del sector y planteó que a partir de la pandemia tuvieron que adaptarse rápidamente a los cambios que forzó la situación, principalmente en lo que refiere a las medidas sanitarias y el cuidado de los empleados.

Mencionó los cambios que hubo en los tipos de mercadería y su lugar de procedencia y recordó que al inicio de la pandemia “se trancó la recepción de mercadería desde Asia y se cerraron fronteras”. Sin embargo, con su reapertura, la mercadería ingresó “toda junta y muy rápido”. Para adaptarse a la situación, contó que Multibox incorporó más gente y compró nuevas máquinas y herramientas.

Por su parte, Agustín Martínez Umpiérrez, gestor de calidad de Multibox, dijo a la diaria que luego de que se cortara el transporte en todo el mundo, la tendencia fue que las empresas aumentaran los stocks en los almacenes: “La gente se asustó; antes trataban de mantener el stock al mínimo, ahora, aunque implica un costo mayor, apuestan por tener más mercadería en el almacén. Con eso tienen la seguridad de que si pasa algo están cubiertos por más tiempo”. La cantidad de mercadería en los depósitos aumentó mucho y eso es una consecuencia muy positiva para el sector.

Martínez Eguren apuntó que el rubro de la logística fue uno de los que sufrió menos consecuencias negativas durante la pandemia y que surgieron “posibilidades de desarrollo”. Para aprovecharlas, tuvieron que adaptarse e incorporar nuevas tecnologías. Martínez Umpiérrez destacó la utilización de sistemas de gestión integral para reducir los errores, el uso de GPS para medir el rendimiento de las camionetas en sus trayectos y el manejo de las redes sociales. Hizo énfasis en el último punto y recordó que antes se trabajaba por teléfono, mail, contactos y páginas amarillas.

Comentó que una de las oportunidades que surgieron en la pandemia fue la llegada de un nuevo tipo de cliente: “Antes de la pandemia trabajábamos con empresas grandes y luego vimos que podíamos aportar al emprendedor que trae cosas chicas; por ejemplo, personas que se quedaron sin laburo en la pandemia y dijeron ‘voy a importar medias’. Tenemos la capacidad de hacer eso de forma barata para que esa gente desarrolle su negocio. Ellos sólo se encargan de vender y nosotros hacemos la logística y distribuimos”.

A diferencia de otros rubros en los que se perdieron puestos de trabajo, señaló que, aunque son una empresa chica, generaron más puestos. Se incorporaron personas que venían del sector de la gastronomía o del turismo. Martínez Eguren comentó que a los nuevos empleados que llegaron de afuera del rubro de la logística se los capacitó para que se integraran de forma eficiente.

Además, la pandemia le trajo beneficios al consumidor final, porque “recibe el paquete en su casa, tranquilo, y a buen precio”, señaló el gestor de calidad, y agregó que la tendencia es “ni moverse de su casa para recibir la compra del supermercado”. El consumidor se volvió más cómodo y exigente, “espera una respuesta lo más rápido posible y de la mejor manera”. Martínez Eguren indicó que esa mayor exigencia hace que sea necesario acortar los tiempos de entrega: “Normalmente, tienen que estar dentro de las 24 o 48 horas del río Negro para abajo y no más de 72 horas más arriba. La forma de entrega del paquete y su integridad es muy importante, todos los clientes le dan un valor diferente y especial a su entrega”.

La guerra en Ucrania también tuvo consecuencias en el sector: los entrevistados apuntaron que hubo un aumento del combustible en el mundo y en Uruguay. Eso generó que subiera el costo de las operaciones de transporte. Como respuesta, apuntaron a ser más eficientes y generar menos gastos: “Ese costo no se lo podés traducir al cliente 100%, tenés que asumir un porcentaje y enfocarte en la eficiencia, eso implica carnear mejor las rutas de las entregas”, dijo Martínez Umpiérrez.

Ambos entrevistados mencionaron la crisis de 2002 como un momento que puede compararse con el actual. El director ejecutivo recordó que “en ese momento los clientes tenían sus problemas y nosotros teníamos que tratar de resolverlos acortando nuestros procesos”. El gestor de calidad agregó que, al igual que ahora, durante la crisis de 2002 el sector de la logística se mantuvo estable por su condición de esencial. “La gente sigue comprando en los supermercados y los movimientos de mercadería siempre tienen que estar cubiertos, eso hace a la logística esencial”, explicó.

A futuro

Los cambios que forzó la situación mundial en los últimos años se pueden ver dentro de las nuevas tendencias que se proyectan como el futuro del sector. Martínez Eguren distinguió que “la automatización de sistemas, el menor impacto posible al medioambiente, la optimización de los recorridos y el e-commerce” son algunos de los principales puntos hacia donde se dirige el rubro. Sobre el comercio electrónico, Martínez Umpiérrez planteó que a partir de la pandemia, personas de otras partes del mundo pensaron en invertir fuera de su país y que eso les trajo beneficios: “Por ejemplo, tenemos una empresa que tiene su base operativa en Argentina y que decidió vender acá. Todo lo manejan desde allá, nos dicen ‘este es el número de trackeo -número con el que se identifica la mercadería- y necesito que hoy esté el paquete para tal persona’”.

En materia de protección del ambiente, comentó que una de las medidas que quieren tomar en Multibox es cambiar la flota hacia vehículos eléctricos. Señaló que en el rubro de logística se genera mucho desperdicio de nailon; para contrarrestarlo lo enfardan y lo envían a reciclar. El director ejecutivo explicó que tratan de medir las acciones que realizan para minimizar los impactos negativos en el ambiente.

Pero sobre todo, ambos entrevistados destacaron el papel que va a jugar la robótica en el futuro. Martínez Umpiérrez comentó que estuvieron en la Expo Logisti-K -un evento que se realizó el 11 de agosto en Buenos Aires donde se mostraron los últimos avances del sector- y que ahí señalaron a la robótica como la nueva tendencia en el mundo. Puso como ejemplo los almacenes de Amazon, donde se trabaja sólo con robots. Aunque dijo que este fenómeno no tiene mucha presencia en la región actualmente, eventualmente la tecnología se va a desarrollar y llegará a Uruguay.

Apuntó que la ventaja de Uruguay en lo que refiere a las operaciones de logística es que “no se manejan los volúmenes extraordinarios que se manejan en otros lados. Al ser más centralizado, los movimientos más lejanos son de 600 kilómetros, así que da para cubrirlos bien”. Además, eso hace que los costos sean más bajos y si surge un problema en el transporte siempre van a estar relativamente cerca. Martínez Eguren concluyó que, aunque Uruguay “está muy lejos de la posición de países desarrollados en el primer mundo, que ya tienen nuevas tecnologías en funcionamiento y siguen su proceso de mejora”, es un país muy bien posicionado en la materia a nivel regional.