Luego de algunas semanas en suspenso, el gobierno volvió a permitir la libre importación de pollo. Según datos de la Dirección Nacional de Aduanas, en diciembre ingresaron 876 toneladas de carne avícola, de las cuales 575 fueron cortes de suprema. En total, el volumen importado en 2022 fue casi el doble que en 2021. Este martes habrá una reunión entre autoridades del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra) para tratar el tema.

En marzo de 2022, el MGAP eliminó el tope mensual de 120 toneladas que había para importar pollo entero desde Brasil, principal productor y exportador de carne avícola del mundo. Los otros países que tienen a Uruguay como cliente -Argentina, Chile y Estados Unidos- también venden sin cupo. La medida generó rechazo en la cadena avícola uruguaya, e incluso una movilización de productores frente al ministerio.

Mediante un comunicado, Cupra aseguró que el sector avícola “no es sostenible” en este escenario y alertó sobre “las graves consecuencias que sobre el sector tendrá permitir indiscriminadamente la especulación de unos pocos importadores”. En noviembre, sin comunicación oficial, el gobierno suspendió los permisos de importación, lo cual fue cuestionado por uno de los principales importadores.

La importación se retomó en diciembre, cuando “volvieron a inundar” el mercado interno, según dijo a la diaria Daniel Pereyra, fasonero y referente de la Coordinadora para la Defensa de la Cadena Avícola. “Fue una tomada de pelo. Se ha manejado todo muy mal desde el primer momento, cuando se decidió abrir sin consultar antes a la cadena. Son cosas que están generando una bronca grande”, afirmó.

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, ha señalado que la eliminación del tope mensual con Brasil no ha impactado significativamente, ya que 96% del abastecimiento interno corresponde a la producción nacional. Asimismo, ha argumentado que la oferta de productos brasileños permitirá una contención del “volátil” precio del pollo en el mercado local.

Al respecto, Pereyra dijo que “recién en diciembre hubo una baja” en el precio de venta al público, pero que se debió a “una sobreoferta propia de los importadores”, que “se terminaron matando entre ellos”. En cambio, señaló que la importación de suprema ha provocado “un faltante de otros productos”, como carcasa, cogote y muslo. “Al no haber mercado de suprema, no están trozando pollo y faltan esos productos que come más que nada la población de menos recursos”, explicó. A su entender, “nadie se está acordando de ese consumidor”.

Chiesa: “Un niño que está empezando a caminar”

En conversación con la diaria, el director general de la Granja del MGAP, Nicolás Chiesa, sostuvo que el sector avícola uruguayo “es un niño que está empezando a caminar”, con una “demanda fuerte hacia la exportación”. Por eso “hay que ir paso a paso”, gradualmente, “para cuidar al productor y la cadena”, comentó.

“Somos competitivos, [pero] Uruguay necesita mercados, [como] China o Arabia Saudita, mercados que paguen, porque hay mercados que ya están liberados que no son viables para Uruguay”, señaló. “La industria avícola está esperando esas señales, nosotros precisamos que esos mercados traccionen el crecimiento de la avicultura”.

Chiesa advirtió que, como los procesos de apertura de mercados son “lentos”, hay que cuidar mientras tanto “que no se nos caiga ningún productor” y, al mismo tiempo, “cuidar al consumidor”. “Uruguay es un barrio de San Pablo”, apuntó. En tal sentido, Uruguay produce cada año 80.000 toneladas de pollo, la misma cantidad que Brasil exporta cada semana.

Pereyra aclaró que el principal reclamo de la coordinadora no es cerrar el mercado uruguayo a los productos importados, sino “volver a los topes con Brasil y con Argentina”. Indicó que la caída de la demanda de China de la carne avícola brasileña generó excedentes que fueron volcados en parte a Uruguay. “Imagínate que en la frontera tuviéramos pegado a Nueva Zelanda y que por una crisis momentánea de colocación Nueva Zelanda entrara a Uruguay con cero arancel y casi sin costo de flete… ¿Qué pasaría con la cadena de valor de Conaprole, por ejemplo?”, planteó. A su juicio, hasta ahora el MGAP “se ha mostrado insensible”.

Acerca de la próxima reunión entre autoridades del MGAP y Cupra, Chiesa dijo tener la “esperanza” de que al término del encuentro “haya humo blanco”. “Hay que meterle mucha cabeza. La idea es buscar algo que les sirva a todas las partes”.

Reunión con el presidente

Aparte de Cupra, la Coordinadora para la Defensa de la Cadena Avícola le solicitó una entrevista al presidente Luis Lacalle Pou para “ponerlo en conocimiento” sobre “el daño que le causan a la cadena avícola nacional estas desmedidas importaciones”, según sostiene en una carta a la que accedió la diaria; importaciones que “no representaron una notoria baja en los precios al consumidor, pero que sí arruinaron el trabajo de mucha gente”.