“Una vez más una multinacional crea un modelo de negocio que maximiza sus ganancias sin importar la pérdida de fuentes de trabajo”, expresó el Sindicato de la Industria del Medicamento y Afines (SIMA) en un comunicado emitido esta semana. Según lo compartido por el gremio, la empresa farmacéutica Teva le vendió a Urufarma la distribución, promoción y comercialización de todos sus productos por cinco años. El acuerdo, que fue anunciado a fines de abril, implica la pérdida de 15 puestos de trabajo directos, más otros indirectos.

Nicolás Tourón, secretario general del SIMA, explicó a la diaria que la resolución forma parte de una modalidad que provoca tercerizaciones y afecta a quienes ofrecen determinados servicios en particular. “Hay empresas que brindan el servicio de logística especializado para el medicamento”, pero sus empleados, que trabajan en el depósito, acondicionan el producto y lo distribuyen “no están dentro del sector”, ilustró. Con esta venta, Teva -de origen israelí, sancionada en 2022 por la Unión Europea por prácticas ilegales vinculadas al sistema de patentes- mantiene apenas una oficina, con dos gerentes y dos químicos farmacéuticos, “el mínimo exigible por las autoridades competentes”.

Aunque se está desarrollando una negociación tripartita, cuya próxima instancia será el 6 de junio en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Tourón manifestó que no existe un compromiso para buscar alternativas por parte de ninguna de las dos empresas. Según planteó, desde el gremio no ven apertura, “ni siquiera para establecer una mesa de negociación”, y por lo tanto están “tomando medidas de lucha”.

El secretario general del SIMA aclaró que este es sólo uno de los problemas que están atravesando con “todas las empresas del sector”. Desde el 6 de marzo el sindicato está en conflicto por el convenio colectivo, negociando la posibilidad de aumentar el salario real porque “la industria del medicamento viene en crecimiento” y a partir de la pandemia “se triplicaron las ventas en todos los laboratorios”. En ese marco, entre el martes y el viernes realizarán un paro de una hora por turno y trabajarán a reglamento, sin realizar horas extras ni cambios de turno y sector.

Entre sus reivindicaciones, solicitan “alimento para todo el sector” y “cláusulas de cuidado para los trabajadores que tienen responsabilidades familiares”, que contemplen atención médica de emergencia y salidas por actividades escolares y liceales. A la vez, apuntan a los problemas como el de Teva y otras empresas, y proponen un aumento diferencial para los empleados tercerizados, y que los trabajadores de la logística “tengan los mismos derechos” que sus compañeros de la industria del medicamento. Además, buscan establecer un plan de prevención y concientización con respecto al acoso sexual.