La compañía multinacional del sector alimentario Minerva Foods continúa su expansión en la región y en el país. Hace casi dos semanas, el miércoles 16 de agosto, la empresa brasileña adquirió la compañía Breeders and Packers Uruguay (BPU), del conglomerado japonés NH Foods Group. Este lunes, Minerva Foods se quedó con 16 plantas frigoríficas de su competidora, también brasileña, Marfrig: 11 unidades en Brasil, tres en Uruguay, una en Chile y una en Argentina. La compra supera los 1.500 millones de dólares entre todas las unidades.

En el caso de Uruguay, las tres filiales de Marfrig que adquirió Minerva Foods corresponden a las plantas de Salto, Colonia y San José, que se suman a los frigoríficos PUL, Carrasco, Canelones y BPU, por lo que a partir de esta adquisición controlará siete. Además, logró colocarse en primer lugar en el mercado de faena de ganado bovino en Uruguay.

Por su parte, Marfrig continúa operando en el frigorífico Tacuarembó, una planta de enlatados en Fray Bentos y un feedlot ubicado en Río Negro.

Minerva Foods está presente en el país desde 2011 y junto a Marfrig alcanzan una participación en el mercado del 52,4% de la faena bovina del país, que ahora en gran parte pasa a ser acaparado sólo por Minerva Foods. Su más inmediato competidor, el frigorífico Las Piedras, tan sólo logró 9,4%.

Proteger al sector

El senador del Partido Nacional Sergio Botana se refirió a este tema en una rueda de prensa este martes. “Hay que defender al productor. Eso es lo que hay que hacer: defender el trabajo nacional, la producción del país”, manifestó, y señaló que hay que “cuidar” al sector del “peligro” de la “generación de un monopsonio que pueda perjudicar en materia de precios y terminar comprometiendo el negocio en el mediano y largo plazo”.

“Pienso que no hay mucho para hacer desde el punto de vista de evitar las concentraciones, porque este es un tema continental y, además, concentraciones ya ha habido igual porque dos y uno en esto es más o menos lo mismo”, planteó Botana. El legislador consideró que ahora lo que debe hacerse es “mejorar los mecanismos de zafada que tiene el productor: poner mucho más a disposición la opción de exportación de ganado en pie, mejorar la información sobre eso, agilizar procesos para que efectivamente sea un mecanismo que proteja al productor”.

Botana dijo que también se debería “reforzar mucho el conocimiento de los costos de la cadena [de producción] y cuidar algunos crecimientos”. El senador sostuvo que cuando hay monopsonio “existe la tendencia natural” de que la empresa sea “más blandita” en las negociaciones con sus trabajadores, y “eso se traduce en menos plata para el productor y en menos plata para el peón y para el trabajador rural y en menos plata para el interior del país”.

Consultado por una posible intervención de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, Botana dijo que es una posibilidad recurrir a ese organismo, pero apuntó que también a nivel ministerial se “tiene la estructura para actuar en este sentido”. Hay que “ver esa cadena de costos y ser celoso de que esos costos industriales vayan bajando para que los costos que llegan al que genera la producción, al que invierte en la tecnología y al que produce cada día más se repartan en el territorio nacional”, añadió.

Si bien señaló que es un “tema continental”, porque Minerva compró plantas en varios países, consideró que Uruguay debe tomar sus propias acciones y no aguardar por un “bloque que hace tiempo que viene protegiendo ineficiencias”.

Por su parte, su par nacionalista el senador Sebastián da Silva sostuvo que la compraventa “es un dato complicado para el paisano”. “Hay que repensar la ley de defensa de la competencia. El país más ganadero del mundo necesita garantías, no monopolios”, escribió este lunes en su perfil de X, ex Twitter.

El senador del Partido Colorado Adrián Peña compartió la preocupación por la concentración de este sector de la industria. “La concentración nunca es buena... y tanta, mucho menos”, publicó en la misma red social.

.