El miércoles pasado, la Federación Rural difundió un comunicado con el objetivo de “alertar” tanto a la “opinión pública” como a los “tomadores de decisión” que el resultado económico anual del período que va desde el 1 de julio de 2023 al 30 de junio de 2024 será “muy magro”. Entre otros motivos, se destacó el impacto negativo en el ejercicio de los costos, puntualmente, bajo la influencia de un “efecto muy severo” provocado por el “atraso cambiario imperante”.

“Manifestamos que el sector agropecuario es y será el verdadero motor de la economía del país. Si nos dan las condiciones necesarias, lo haremos mucho mejor”, concluyó el mensaje.

Para Rafael Normey, vicepresidente de la gremial, la situación que se apreciará en los resultados del 30 de junio no se puede calificar como “crisis”, pero sí se evidenciará un escenario económico que se viene “arrastrando”. “La historia marca que estos procesos terminan en crisis”, evaluó en diálogo con la diaria con respecto al impacto sostenido del atraso cambiario.

“No tenemos que andar innovando mucho, se trata simplemente de ver qué fue lo que pasó antes; estas situaciones terminaron en crisis, en algún momento la piola se revienta”, continuó el ingeniero agrónomo.

En términos de política macroeconómica, Normey valoró los resultados obtenidos por parte del gobierno en términos de inflación, sin embargo, advirtió que “lo que hoy es un logro” mañana puede “terminar incidiendo en un efecto bastante grave en toda la economía”.

El doble efecto del atraso cambiario

Normey detalló que el atraso cambiario “le pega” al productor por dos lados. El más sencillo de entender tiene que ver con que, al facturar en dólares y cubrir costos en pesos, la fortaleza de la moneda nacional genera una pérdida comparativa. Por otra parte, el productor también enfrenta consecuencias como tomador de precios. Según explicó el ingeniero, los exportadores y la cadena comercial trasladan el costo cambiario a los precios, y el productor primario, al ser “el último eslabón de la cadena”, termina “acumulándolo” porque “no se lo puede trasladar a nadie”.

La visión de Manini Ríos y Da Silva

El comunicado difundido por la Federación Rural tuvo reacciones positivas en la red social X por parte de dos senadores oficialistas. Por un lado, el líder y precandidato de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, subrayó: “Es hora de priorizar al trabajo nacional, de darle lo mismo que le concedemos a los que vienen de afuera… ¿Hasta cuándo seguiremos propiciando el vaciamiento del interior, la concentración de la tierra y la cada vez menor competitividad? ¡Es hora de cambiar el modelo económico!”.

En tanto, el senador nacionalista Sebastián da Silva, quien además tiene un estrecho vínculo con la actividad rural, manifestó: “Mil por ciento de acuerdo”.

Consultado por la diaria respecto al atraso cambiario, el legislador dijo que se trata de algo reconocido por el propio presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y la ministra de Economía, Azucena Arbeleche. Más allá de eso, explicó que es algo que se enmarca en un contexto con un alto “ingreso” de dólares fruto de un “país exitoso” y en un “control inflacionario estricto”.

En esa línea, Da Silva admitió que el atraso cambiario en escenarios donde los gastos se dan en pesos lleva a “un cóctel muy complejo”. “Cuando la tasa de interés está por encima de lo lógico hemos manifestado nuestra queja a las autoridades del Banco Central, pero paulatinamente eso se ha ido corrigiendo”, puntualizó.

“Lo que acá hay es un problema estructural que se arregla bajando el déficit fiscal, en eso estamos trabajando. Después hay un problema coyuntural que lo hemos ido solucionando. El dólar está arañando los 40 pesos, dejó de bajar”, complementó el senador. A su vez, manifestó que la solución no puede ser como la que ejecutó el Frente Amplio “quemando dólares”.

Vicepresidente de la Federación Rural: “Hay una falta clara de concreciones”

Los reclamos del campo y, en específico, de la Federación Rural se han puesto sobre la mesa en distintas instancias públicas. Específicamente, el atraso cambiario fue tratado más de una vez. En este contexto, Normey valoró que en este período de gobierno se haya “escuchado” los pedidos del sector y la gremial. Sin embargo, indicó que a la hora de “concretar” los reclamos “muchas cosas quedaron por el camino”. “Hay una falta clara de concreciones que nos deja bastante preocupados”, agregó.

Da Silva, en tanto una de las voces oficialistas con más llegada en el Uruguay rural, entiende que “el campo y el gobierno están unidos por un cordón umbilical” y, por ende, las distintas autoridades se mantienen “al tanto” de los diferentes planteos.

“Siempre estamos hablando de los aspectos que queremos mejorar en la productividad de Uruguay, desde el sector agropecuario tenemos una fuente para generar una revolución a nivel de la economía y definitivamente encaminar el país hacia otro nivel”, aseguró Normey. “El productor agropecuario quiere hacer las cosas mejor, lo que queremos es que nos den las condiciones, la sociedad en su conjunto va a recibir todos los beneficios”, agregó el representante de la gremial.

En esta línea, recordó que, en el congreso de la Federación Rural, celebrado a fines de mayo en Treinta y Tres, se presentó un documento con diez ejes temáticos, el cual a su vez fue distribuido a los precandidatos que participarán de la próxima elección interna el 30 de junio.

“Lo que llaman las ‘brechas tecnológicas’ –las diferencias que hay entre los potenciales que se pueden generar frente a las producciones efectivas que se logran– son muy amplias”, apuntó el ingeniero. “Lo que pasa es que, para generar esas mejoras, hay que dar un marco de funcionamiento económico de estabilidad y de garantía que permita a los productores llevar adelante las inversiones y los desarrollos que se requieren”, concluyó al respecto.