Ante la falta de acuerdo, primero en negociaciones tripartitas en la órbita del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y posteriormente en conversaciones bipartitas, el sindicato de trabajadores de Creditel, respaldado por la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU), ratificó el conflicto con la empresa, que definió declarar el 1º de agosto. La firma cuenta con unos 400 trabajadores en todo el país, y 200 de ellos se encargan de la atención al público. De esos 200, unos 70 están sindicalizados.
Sobre la situación actual, el dirigente de AEBU Andrés Ledesma dijo a la diaria que el conflicto se desató “por una serie de diferencias” que mantienen con la empresa, y se basa “en tres aspectos fundamentales”: están “sufriendo una rebaja salarial por un nuevo sistema de remuneración que está implementando la empresa”, se está dando un “desmantelamiento del sector de cobranzas [área de recuperación de la empresa]” y “existe un ataque directo a la actividad sindical y a sus delegados y/o afiliados”.
Con relación a la rebaja salarial, el dirigente explicó que “la realidad indica que en las administradoras de crédito, como esta empresa, la mayoría de los trabajadores perciben un salario particular, ya que la mitad es un sueldo base y partidas fijas, y la otra mitad es variable y corresponde a comisiones y productos que se venden. La modificación que hace la empresa radica en cambiar las variables de cómo pagan las comisiones. Eso afecta directamente a 70 empleados que ven reducido su salario, esto por una necesidad de la empresa de generar más rentabilidad”.
“Lo que realmente llama la atención en este contexto, es que Creditel pertenece a Santander, un grupo que está consolidado en Uruguay. Cabe agregar que en el último año el ejercicio de rentabilidad de este grupo se acerca a más de 200 millones de dólares en el país. Entonces, realmente no entendemos la necesidad de que este tipo de empresa quiera generar más rentabilidad, que está bien, pero no a costa de rebajar el salario de los trabajadores”, dijo Ledesma.
El dirigente mencionó que, en referencia a los cambios efectuados por la empresa, el 1º de abril informó que “estaba con intenciones de hacer una modificación en el pago de los salarios variables”. “En ese caso, el sindicato decidió ingresar en la negociación, por una decisión que ya venía con una historia atrás. Es que hace dos años hubo un ámbito bipartito, una negociación y un acuerdo entre las partes, que explicitaba que si la empresa en un futuro, desde octubre de 2022 en adelante, tenía intenciones de modificar el salario de los trabajadores, debía tener como base el promedio del último año que generó cada trabajador”, de forma que no hubiera pérdida salarial.
Diálogo “fracturado”
Llegó el 1º de abril y la empresa decidió implementar el nuevo modelo, “pero sin tomar en cuenta el acuerdo que habíamos hecho de palabra, y que nunca fue refrendado por escrito. Entonces, ahí toda esta situación decanta en el conflicto de hoy”.
El dirigente acotó que luego de que se implementaron los cambios en la firma, el sindicato presentó el tema en el ámbito del MTSS. En esa instancia, el ministerio escuchó a ambas partes y le hizo una propuesta a la empresa, “pero se retiraron de la mesa de negociaciones. No quisieron escuchar la propuesta del MTSS. Nos preocupa esta posición de negligencia de la empresa, que abandona el diálogo y la negociación”.
Consultado sobre cómo ha evolucionado el conflicto, respondió que “la primera etapa fue de visibilización, y que cada trabajador de Creditel tuviera conocimiento de lo que sucede y cómo nos afecta”, ya que la empresa tiene sucursales en todo el país. “Posteriormente, comenzamos a comunicar a los medios de prensa, a la opinión pública y a los clientes, todo con el fin de difundir cuál es la situación que vivimos los trabajadores”, agregó.
Resaltó que después de 21 días de conflicto y algunas instancias de negociación, existió un acercamiento entre las partes, ya que la empresa se comunicó con el sindicato para analizar posibles salidas. Ante esto, Ledesma señaló que “el sindicato hizo una propuesta que era prácticamente la misma que había hecho el MTSS”. “Lo que sucedió hace días es que no solamente rechazaron la iniciativa del sindicato, sino que además decidieron no dialogar. Y esto porque claramente a la empresa no le interesan los trabajadores”, agregó.
Sobre la propuesta, Ledesma dijo que consiste en otorgar a los trabajadores tres meses de prueba y, en el caso de que un empleado tenga una pérdida, se complemente la diferencia respecto de su sueldo variable el mes anterior. A modo de ejemplo, si un trabajador en su último mes generó 10.000 pesos en comisiones, y con el nuevo sistema de la empresa genera 8.000, que la empresa complemente durante tres meses la suma de 2.000 pesos. La empresa argumentó que no está en condiciones de complementar ni de amortiguar pérdidas”.
Dentro de esa propuesta se consideró también a los funcionarios que integran el sector de cobranzas, ya que se entiende que es necesario un cambio de categoría, y que aquellos que ingresan a la firma con el escalafón de auxiliar lo hagan en categoría de oficial. “El objetivo es que los trabajadores se puedan acomodar mejor al nuevo sistema y que al cumplir los tres meses ningún trabajador pierda salario. Es importante destacar que no estamos solicitando un aumento salarial. Lo que queremos es que el trabajador no pierda ingresos”, dijo.
En referencia al relacionamiento con la empresa, dijo que tras la negativa de la propuesta del MTSS y de los trabajadores, el diálogo quedó “fracturado”. Además, en lo concerniente a la situación específica de los dirigentes sindicales, expresó que, si bien este año no hubo despidos, “existieron ataques permanentes a la libertad sindical, y generalmente hay problemas con los dirigentes de base, por sus decisiones o demás. Observamos también que hay ataques puntuales y directos cada vez que una persona se afilia a la organización. Para ellos, el sindicato es mala palabra. Queremos revertir esta imagen y situación”.
Sostuvo que manejan diversas medidas a tomar, “desde paros a ocupaciones”. “Todas son viables. Algunas de ellas pueden ser sorpresivas. Las decisiones son tomadas por los trabajadores y por mayoría. Es que al tener dificultades con el diálogo, observamos y analizamos sobre la marcha. Entre finales de agosto y comienzos de setiembre nos reuniremos en asamblea y allí veremos los pasos a seguir”, agregó.