El PIT-CNT abrió en la mañana de este jueves el XV Congreso Nacional Ordinario, en el que se debatirán y definirán las nuevas líneas de acción del movimiento sindical y se designará a su nueva dirección política.

1.173 congresistas provenientes de 67 filiales de todo el país participarán en el congreso más grande en la historia del PIT-CNT, que se desarrollará desde el jueves hasta el sábado en el Palacio Peñarol. El presidente de la central sindical, Marcelo Abdala, celebró que las distintas corrientes del movimiento se reúnan “a los efectos de definir, de cambiar ideas, polemizar” y “poner de manifiesto la diversidad de nuestros puntos de partida que derivan de la propia materialidad de nuestra vida y del mundo del trabajo en que estamos, pero también de las distintas formas de concebir y pensar la acción del movimiento sindical”.

Abdala empezó por saludar la presencia de varios representantes del movimiento sindical internacional, principalmente de Brasil y Argentina, pero también de Nicaragua o País Vasco, y destacó especialmente la presencia de Antonio Opardo, embajador de Cuba en Uruguay, en el congreso, que declarará “su solidaridad con la revolución cubana, su repudio al bloqueo asesino y, como está en nuestra estructura genética, diremos nuevamente para que se escuche: ‘Cuba sí, yanquis no. Unidad de pueblos y gobiernos de nuestra América Latina por la pública felicidad’. “Nunca nadie se salva solo en el plano individual, por eso la organización sindical”, afirmó Abdala, y agregó: “En el plano de los países en este mundo tan injusto y tan arbitrario, nadie se salva solo sin el internacionalismo proletario, sin la unidad y la solidaridad en la lucha concreta del movimiento obrero internacional”.

Foto del artículo 'Abdala: en el futuro la clase trabajadora enfrentará un gobierno “aún más de derecha” que el de Lacalle Pou si en este período no se avanza en “trabajo de calidad”'

Foto: Ernesto Ryan

El presidente de la central también destacó la representación del Poder Ejecutivo a través del ministro de Trabajo y Seguridad Social y el subsecretario de esa cartera, Juan Castillo y Hugo Barretto. Sostuvo que, a pesar de los “desencuentros”, el movimiento sindical reconoce “gestos democráticos, gestos de apertura al diálogo y esperemos, por supuesto, gestos de impulsar transformaciones profundas a favor de la clase obrera”.

Abdala sostuvo que el congreso procesará “una síntesis dialéctica” de los procesos de discusión que incluyen “la asamblea en el lugar de trabajo, el plenario de delegados, la reunión de la dirección, la conversación entre compañeras y compañeros de distintas filiales”, entre otros espacios, “a los efectos de encontrar soluciones”. “Todo eso se amalgama y se pone a disposición de las delegadas y los delegados que vienen procesando en el seno del movimiento obrero esta cuestión y que debemos sintetizar ahora”, agregó, y destacó la “responsabilidad política de clase” que tiene el XV Congreso Nacional Ordinario.

En un discurso que se hizo eco del contexto de la geopolítica global, Abdala se refirió al “cambio de época” que atraviesa el mundo debido al “lento pero inexorable declive económico” de Estados Unidos y, al mismo tiempo, al “ascenso de otros actores que aspiran a ser relevantes en el siglo XXI, como Rusia, India, China y, potencialmente, Brasil”. Sostuvo que, cuando “el imperialismo dominante entra en decadencia y surgen nuevos actores, la situación se vuelve extremadamente compleja y peligrosa”. En ese sentido, consideró un “manotón de ahogado” frente al ascenso de China la suba de aranceles impuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Cuando suceden estas cosas aparece el fenómeno de la guerra comercial, aparece el fenómeno de la confrontación política, es como si chocaran placas tectónicas desde el punto de vista del imperio que baja y los países que pretenden ascender y dirigir la economía en el siglo XXI”, afirmó Abdala, y añadió que también “aparece lamentablemente ese horror de la guerra abierta y descarada”.

En representación del movimiento obrero, Abdala pidió paz en la guerra “de la OTAN versus Rusia” y el cese de “las distintas formas del terrorismo”. Expresó “la necesidad de la devolución de los rehenes de Israel” y condenó “el genocidio del Estado de Israel, conducido por la extrema derecha, del pueblo palestino”, momento en el que se alzaron carteles de la Central de Trabajadores de Brasil que exigían “¡Alto al fuego ya!”.

Sobre el avance de la extrema derecha en el mundo, Abdala consideró que es el peligro que se corre cuando los pueblos “definen sus esperanzas de cambio en una elección política y esta no se traduce en algunas piedras angulares que signifiquen transformaciones que lleguen a la gente, para su felicidad y disfrute”. Mencionó la experiencia de “las dificultades” de la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, quien fue reemplazada por Michel Temer tras un proceso de impeachment, que precedió la llegada al poder de Jair Bolsonaro; y también el gobierno del expresidente argentino Alberto Fernández, “que concitó esperanzas que luego fueron frustradas, y la gente eligió la barbarie de la extrema derecha”.

“Si nosotros en este momento concreto y en este período no avanzamos en el trabajo de calidad, no avanzamos en que crezca la participación de la masa salarial en el producto interno bruto, no erradicamos la pobreza infantil, no promovemos los cambios necesarios en materia de seguridad social, no construimos un presupuesto participativo con participación de los trabajadores, no desarrollamos la reducción de la jornada de trabajo sin reducción del salario”, dijo Abdala, “el peligro es que, en definitiva, entre 2030 y 2035 la clase trabajadora organizada deba enfrentar el ajuste de cuentas de la clase dominante por un gobierno aún más a la derecha que el que tuvimos entre 2020 y 2025”.

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Foto: Ernesto Ryan

Hacia el cierre, el presidente de la central llamó a “apuntar como centro de los debates” del XV Congreso una estrategia nacional de desarrollo “que permita diversificar la matriz productiva, que coloque la planificación estratégica del Estado al servicio del desarrollo, que gestione de otra forma las empresas públicas, que recree las condiciones de la política industrial, que regule de otra manera el mundo del trabajo”, aseveró.