En el acto de lanzamiento de campaña del precandidato por el Partido Nacional, Álvaro Delgado, diversas figuras vertieron declaraciones en la previa que se transmitió vía streaming desde el Palacio Peñarol. Entre ellas estuvo el senador y exintendente de Cerro Largo Sergio Botana, quien destacó algunos números y logros de este gobierno.

“Se ha bajado la presión fiscal. ¿Cuánto hacía que un gobierno no nos bajaba un 20% la presión fiscal como lo bajó este gobierno? Y que se tradujo en baja de impuestos, una de 150 millones de dólares el año pasado y ahora con el reajuste de la base de prestaciones, otros 140 millones de pérdida de recaudación. Es decir, de plata que los uruguayos no le tuvieron que transferir a su Estado”, declaró Botana.

El extracto de la transmisión fue compartido por el periodista Leo Sarro en su perfil de la red social X, lo que generó el debate entre usuarios respecto de la veracidad de la afirmación.

Consultado por la diaria Verifica, el legislador afirmó que se refería a la evolución entre 2019 y 2023 y aclaró que la confusión pudo haberse generado en que él se refería a la variación del indicador entre ambos años y no al indicador en función del porcentaje respecto del producto interno bruto (PIB). Sin embargo, ninguno de los especialistas consultados por la diaria comparte la afirmación del legislador.

Los datos

Respecto de este tema, el investigador del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) y docente universitario Gustavo Viñales calificó de “disparate” la cifra manejada por Botana. De acuerdo a los datos de la Dirección General Impositiva (DGI), los ingresos del organismo recaudador en 2020 fueron de 19,64% respecto del PIB, cifra que evolucionó a 19,07% en 2021 y a 19,98% en 2022. Estos datos excluyen los aportes a la seguridad social.

Viñales señaló que “bajó algo” la recaudación total de la DGI en términos reales debido a la disminución de la recaudación de IVA e impuestos a la producción agropecuaria por la sequía. “No resiste ningún archivo afirmar que pueda haber bajado 20%. El MEF estaría en caos total”, dijo Viñales.

De acuerdo a los datos preliminares del informe mensual de recaudación correspondiente a enero de este año publicado por la DGI, la recaudación total neta pasó de 49.856 millones de pesos constantes en enero de 2023 a 50.255 millones en enero de 2024, lo que implicó una variación real de 0,8%.

Por su parte, la economista del Instituto de Economía (Iecon) de la Universidad de la República Gabriela Mordecki señaló a este medio que, considerando pesos corrientes, la presión fiscal pasó de 27,9% en 2019 a 27,1% en diciembre de 2023. La caída sería cercana al 3%, lo que representaría una disminución de 0,8 puntos de presión fiscal respecto del PIB. Además, señaló que la caída se debe en su mayoría a la menor recaudación de IVA e Imesi como consecuencia de la caída del consumo.

En línea con lo anterior, la economista Bibiana Lanzilotta, profesora titular del Iecon, explicó a la diaria Verifica que la forma más extendida de determinar la presión fiscal es dividir los ingresos fiscales entre el PIB, ambos indicadores a pesos corrientes. De acuerdo al cálculo de Lanzilotta, y con el último dato de PIB actualizado a diciembre de 2023 publicado en el día de ayer, la evolución de la presión fiscal sería la siguiente:

Por su parte, Giuliano Castisani, economista de CPA Ferrere, agregó que “para medir la evolución de este indicador a lo largo del tiempo, lo ideal es hacer algunos ajustes a modo de controlar por factores transitorios y la etapa del ciclo en la que se encuentra la economía, esto es lo que se denomina recaudación o ingresos estructurales”.

Asimismo, señaló que de acuerdo con las propias estimaciones del MEF, los ingresos estructurales del gobierno pasaron de 25,7% del PIB en 2019 a 27,0% en 2023. Por lo tanto, en lo que va de este período de gobierno, la presión fiscal estructural habría aumentado 1,3 puntos porcentuales del PIB.

Este aumento se puede deber, por un lado, a medidas discrecionales del gobierno, como la reducción del descuento del IVA o los cambios en el criterio de ajuste de las BPC (bases de prestaciones y contribuciones), pero también a otros factores.

“Entre estos se podría destacar un cambio en los patrones del gasto de los consumidores, que se volcaron hacia bienes más intensivos en impuestos (como los autos, que tuvieron un fuerte aumento en sus ventas en los últimos años) o a descensos de la informalidad, que, si bien aumentó en el último año, se mantiene por debajo de los niveles prepandemia. De esta forma, si bien no todo el aumento de la presión tributaria puede atribuirse a una política discrecional del gobierno, es un hecho que esta aumentó”, señaló Castisani.

Comparativa regional

Ante la consulta de la diaria, Botana aportó los datos del informe publicado en 2019 sobre “Presión fiscal equivalente en América Latina y el Caribe”, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT).

Esta metodología aplicada por el BID-CIAT utiliza una regla única que permite la comparación entre países. El estudio contempla la recaudación por concepto de IVA, aportes a la seguridad social pública y privada, impuestos a la renta, recursos naturales no tributarios y otros tipos de herramientas recaudatorias. Este informe aporta como último dato el correspondiente a 2018, cuando Uruguay era el segundo país de América Latina con mayor presión fiscal con 35,4% respecto del PBI, sólo por detrás de Cuba.

Sin embargo, este dato solamente es comparable con el último informe del BID-CIAT publicado en diciembre de 2023. Allí el organismo sitúa el indicador de 2018 en un 32,7% de presión tributaria, que evolucionó al 32,4% en 2019, 33,2% en 2020 y cerró 31,5% en 2021, último año que recoge la serie.

Por lo tanto, y de acuerdo a las diversas metodologías y fuentes aplicadas, la afirmación del senador Botana es falsa.