En las últimas semanas se reavivó una polémica en torno a los resultados que mostraron distintas encuestas y estimaciones de preferencias electorales e intención de voto de cara a las internas partidarias. La cantidad de candidaturas en algunos partidos, sumado a la baja intención de voto y la paridad aparente entre las opciones, hace que las mediciones sean dificultosas y que no todas las consultoras opten por las mismas estrategias. En el caso de la interna del Partido Colorado (PC), a varias se les ha achacado mostrar cosas que no tienen rigor o que no hay certezas de que ocurran de tal manera.

Desde la diaria Verifica contactamos a todas ellas para armar un panorama de qué miden y cómo trabajan, y de las decisiones metodológicas por las que optaron ante la dificultad. La intención de voto por partidos se mide de distintas maneras e incluso se denomina de diferentes formas: preferencias electorales, simpatías políticas, intención de voto o estimación de voto. El nombre muchas veces tiende a indicar qué es lo que se mide específicamente.

“Existen distintas formas de aproximarse a esa intención de voto por partidos, que puede recogerse en forma espontánea (no se sugieren opciones de respuesta) o guiada (nombrando los distintos partidos). En esta última variante también puede hacerse sólo nombrando los partidos o también a los principales referentes, especialmente, para los casos en los que los partidos están muy asociados a un liderazgo que hace al partido”, explicó el magíster en sociología y director de Factum, Eduardo Bottinelli.

Esas decisiones y modos de elaborar las encuestas que se utilizan dependen en cada caso y afectan el resultado. En las notas metodológicas de cada consultora o medidora se explicita cómo se han realizado las preguntas, en cuántos casos, con qué recortes muestrales, con qué ponderadores (para asemejar la muestra a la población realmente votante de todo el país) y demás detalles técnicos.

Para las elecciones internas, que es lo que se está midiendo en principio –aunque también hay estimaciones y proyecciones ante casos de segunda vuelta–, hay diferentes opciones, dado que el voto en este caso es voluntario. La primera decisión entonces es sobre qué universo se calculan los datos o a quién se aplica las preguntas: se puede preguntar general, se puede distinguir por quienes se declaren favorables a un sector, se puede separar sólo por quienes manifiesten que irán a votar y otras distinciones.

“Hasta el momento, la decisión de Factum ha sido preguntar las preferencias electorales al conjunto de votantes de un partido, independientemente de si declara que irá a votar o no. Seguramente, más cerca de las elecciones podamos afinar cuál es ese público que efectivamente iría a votar, o al menos aproximarnos a cuantificarlo”, explicó Bottinelli. Otras consultoras sí distinguen a quiénes efectivamente votarán, pero Factum ha decidido no hacerlo por “la lejanía con la instancia electoral”.

Por su parte, Opción, Equipos y Cifra han decidido estimar aquellos que sí votarán en la interna, o bien preguntando directamente o bien con una pregunta en torno a la cercanía o mucha cercanía de los encuestados con algún partido, con el fin de medir así la afinidad y con ello la posibilidad de que concurra a votar en dicha interna. La Usina de Percepción Ciudadana, en tanto, no consultó sobre la certeza de concurrencia a votar, sino sobre la certeza en la elección en tal caso.

Un problema colorado

Con la publicación del último informe de Opción, hace unos días, se produjo un debate respecto de la publicación de datos de la interna del PC, en la que se medía varios candidatos y se publicaban resultados. En redes sociales recibieron algunos cuestionamientos sobre el tamaño de las submuestras de los electores colorados, así cómo sobre los altos márgenes de error (por encima del 8%). En su momento, unas semanas atrás, Equipos también había publicado resultados de la interna del PC con márgenes de error por encima del 7%.

En este punto es importante explicar que las consultas y encuestas se hacen con base en muestras poblaciones que, a través de distintos mecanismos estadísticos y técnicos, intentan representar lo más fielmente posible a la población sobre cuya actividad se quiere establecer algún patrón o predecir algún comportamiento. En este momento la Corte Electoral estableció que el 30 de junio habrá 2.766.323 personas habilitadas para votar en las internas. Es probable que quienes voten sean mucho menos, dado que los porcentajes de participación nunca son del 100%, y además en este caso es una elección voluntaria.

Para establecer muestras representativas se calcula de modo estadístico e incluso se infieren los márgenes de error que dicha muestra puede tener. De esta forma, una consultora puede armar o inferir comportamientos electorales a partir de una cantidad relativamente pequeña de casos (pese a que cuanto más pequeña y distante de la población sea, mayor será el margen de error).

En el caso actual, los especialistas señalaron a la diaria que para una elección nacional se considera que entre 900 y 1.200 casos producen una buena muestra, y que en las internas es ideal contar con entre 200 y 500 casos de un mismo partido. Cuantos más casos, más posibilidad de inferir resultados que se asemejen a las preferencias y votos en la población real.

Las mediciones de los últimos meses señalan que el PC cosechaba, en su conjunto, alrededor del 8% de las preferencias totales. De este modo, la submuestra de quienes votarán en dicha interna resulta muy pequeña. A eso se le añadió la gran cantidad de candidatos –aunque ahora se haya bajado Gustavo Zubía–, lo que provocó que algunos encuestadores hayan decidido no publicar dichos resultados. Incluso cuando parte de las encuestas hayan sido financiadas por dirigentes de ese espacio (salvo la Usina, que por ahora trabaja sólo para TV Ciudad y la diaria, los demás se costean con ingresos provenientes de los diferentes sectores, así como empresas y otro tipo de aportantes).

El director de opinión pública y estudios sociales de Opinión, Rafel Porzecanski, explicó en un hilo de X su decisión metodológica.

En diálogo con la diaria Verifica, amplió: “Entre no publicar y publicar, entiendo que hay datos dignos de publicación”. La decisión metodológica fue la de sumar casos de febrero, marzo y abril para arribar a una muestra de 210 votantes colorados, aunque 129 son los que realmente aseguraron que irían en las internas. En la nota metodológica explican esto, pero en las gráficas sólo advierten que se juntan datos de marzo y abril.

“Hay un margen de error que hace que una diferencia de diez pueda ser mucho más chica o esté cerca de una situación de paridad o que, al revés, sea más amplia. Pero siempre digo que sin encuestas no tendríamos la menor idea de si un candidato tiene una intención del 60%, por ejemplo. Eso hoy no existe y es muy muy improbable que exista. Hay que ser más precavidos en cuanto a la interpretación, y es una foto sin el grado de nitidez que uno quisiera, pero no estamos a ciegas. Ayuda a tener un poco de luz”, aseguró.

Otra decisión fue la de medir en función de los que manifiestan apoyo a la Coalición Multicolor y preguntarles por preferencias en el PC. Para Porzecanski, esa decisión arrojó luz “más tenue”, pero explica su sentido en que “las preferencias de los votantes de la coalición no están tan lejanas de las del electorado colorado, entonces es esperable que ese posicionamiento sea un aproximado razonable”.

El trabajo de Opción contó con una muestra importante de 3.000 casos en poco más de dos meses y de allí obtuvieron las submuestras para los colorados. “Son tamaños que ya hemos utilizado en otras elecciones”, explicó. Consultado por las diferencias entre votantes de un período y otro (febrero, marzo y abril), Porzecanski dijo que eran similares, pero que no tenían relevancia. “Es una foto de todo el período, no estoy en condiciones de marcar una tendencia, pero a futuro puedo hacer abril a mayo y hacer bimestres o trimestres móviles”.

La metodología de bimestres y trimestres móviles es utilizada también para comparar niveles de ingreso, por ejemplo, o de precios, y analizar tendencias. Es una estrategia posible para ver cómo va modificándose la intención en el tiempo más allá de un mes en particular. Opción intentará hacerlo.

Por su parte, la directora de Cifra, Mariana Pomiés, explicó a la diaria Verifica que optaron por no publicar los datos de la interna colorada porque tenían una “imprecisión extrema y quedaban todos en el mismo margen”. En su caso, la última consulta de marzo en una muestra de 1.200 personas arrojaba sólo un 7% de votos para colorados, es decir, cerca de 80 casos. Ahora harán un nuevo trabajo con unos 1.000 casos.

“El caso del PC es significativo en estas elecciones. Un PC con un 8% en la estimación de voto supone que tenemos menos de 100 casos en la muestra, y si hay 5-6 candidaturas que pueden tener guarismos relativamente similares, realmente hace muy inestable cualquier resultado que se pueda presentar. Si el margen de error puede ser de 6 a 8% en más o en menos, cualquier resultado que esté dentro de ese margen está técnicamente con posibilidades de estar empatados o invertidos en su posición. Si, además, se tomara en cuenta sólo a los que irían a votar, el margen de error es muchísimo mayor. Por estas razones en Factum hemos decidido no divulgar la interna del PC, al menos hasta el momento y con el tamaño de muestra que manejamos”, explicó por su parte Bottinelli.

Los paneles

Hay otra forma de medir preferencias y es a través de paneles fijos. Es el modo que usó la Usina de Percepción Ciudadana para su medición de intención de voto. Se trata de un panel con 500 casos nacionales, representativo de votantes con proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas en cuanto a proporción de género y edad. Además, según explicó el investigador Juan Ignacio Dorrego, controlaron con la variable de afinidad política preguntando a quién habían votado en 2019.

El panel, que va variando a lo largo del tiempo, se aplica con convocatorias e incentivos para que se sumen voluntariamente. Las encuestas se efectúan por medio de chats automatizados y telefónicamente. En su caso, no desagregaron resultados de la interna colorada porque “resulta técnicamente imposible determinar la desagregación que proyectan otros estudios al interior de un partido que registra siempre bien por debajo del 10% de intención de voto”.

Con relación a las decisiones metodológicas de agregar cercanos a los partidos, Dorrego explicó que la Usina prefiere no hacerlo porque no los convence metodológicamente.