Ayer de noche se inauguró en Pocitos un pequeño local de la lista 20002000, del sector colorado Batllistas y liderada por el diputado Conrado Rodríguez. Con más gente afuera que adentro, el acto contó con la participación de la cabeza del sector –y su virtual precandidato–, Julio María Sanguinetti, que no para de recorrer barrios. Antes de empezar, el ex presidente fue abordado por la prensa y consultado sobre las opiniones del economista Gustavo Licandro, que en un desayuno de la Asociación de Dirigentes de Marketing dijo que es tiempo de “volver a eliminar el funcionamiento de los Consejos de Salarios”. Sanguinetti subrayó que está a favor de que ese mecanismo siga funcionando, y recordó que es “una construcción del batllismo”, ya que fue creado por la Ley 10.449, de 1943, durante la presidencia de Juan José de Amézaga. También apuntó que en el marco de esa norma se establecieron las asignaciones familiares, “que nacieron para estimular la educación”, y acotó que por eso le “rechina cuando la ministra de Educación [y Cultura, María Julia Muñoz] dice que a aquellos padres que no mandan a sus hijos a la escuela igual hay que pagarles la asignación familiar”.

En el evento también participó el diputado Tabaré Viera, quien destacó la “capacidad de diálogo y negociación” de Sanguinetti, y se despachó con una especie de alegoría. Dijo que el Estado “es como un castillo” que custodian los “soldaditos colorados” para que “no se estropee”, haciendo que “la vida fluya en armonía y prosperidad”. Sin embargo, continuó, “cada tanto, el malón que anda por ahí viene y asalta el castillo. Entra, se toma todo el vino, se lleva algunas cosas, y después tenemos que volver los soldaditos colorados a reconstruir el castillo”. Luego Viera hizo silencio mientras esperaba que terminaran los aplausos, antes de agregar que “eso pinta claramente la situación y es de lo que se está dando cuenta la ciudadanía”, que hoy está “desesperanzada y decepcionada frente a los problemas que nos toca vivir”.

Sanguinetti se refirió en su discurso a varios temas, y terminó con el de la educación. Dijo que en ese sector de actividad hay gremiales “absolutamente condicionadas ideológicamente”, que piensan en la educación “no en términos de formación y de superación, sino de adoctrinamiento”. Por eso, sostuvo, en el próximo gobierno “habrá que cambiar y retomar el espíritu de cambio”, aunque “ya sabemos que va a ser polémico y vamos a tener una situación muy compleja. Porque, desgraciadamente, ya algunas gremiales se han opuesto simplemente al primer planteo que hizo [el grupo de especialistas en educación] Eduy21, con algunas líneas generales”. Sobre esas posturas en los sindicatos de la enseñanza, el ex presidente afirmó que no hay que “seguir soñando con la Guerra Fría”, a partir de “ese muro mental que acá sobrevive como expresión del esperpento del muro de Berlín, que se cayó allá y no se ha caído en la mente de muchos uruguayos, desgraciadamente”.