Los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y Ambiente (MA) firmaron un convenio para la “mejora del registro” de productos fitosanitarios, responsabilidad que se encuentra bajo la órbita del primer ente. Sebastián Viroga es ingeniero agrónomo y consultor nacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para el proyecto Plaguicidas. En el marco de este último grupo trabajó junto a las autoridades de los dos ministerios.

Viroga reseñó que el registro, en la actualidad, hace “una evaluación agronómica, de salud y ambiental” de los productos fitosanitarios, y sumó que con el nuevo convenio se busca “actualizar los procedimientos y mejorar la evaluación de riesgo”.

“La evaluación de riesgo es un término relativamente novedoso dentro del registro y lo que se busca es revisar en base a las oportunidades de mejora que se encontraron en una consultoría con apoyo de la FAO, y actualizar los registros respecto a los estándares internacionales”, señaló. Comentó que el registro de productos fitosanitarios es “la puerta de entrada de cualquier producto al país”. Para ello se hacen “evaluaciones” y se “dan garantías a la población y a los usuarios” de que “cumplen con determinados requisitos y estándares de calidad”. “Los registros han evolucionado y están evolucionando hacia mejorar las evaluaciones de riesgo ambientales. En América Latina, Uruguay no es la excepción, Argentina está en un proceso similar y Chile ya ha pasado por ese proceso”, agregó.

Viroga explicó que uno de los objetivos de las evaluaciones de riesgo es “minimizar los impactos ambientales y en la salud humana”. Resaltó que “hay una decisión de profundizar” en este método y, al mismo tiempo, garantizar que “los productores sigan teniendo opciones de productos en caso de que los necesiten y los quieran aplicar”. Destacó que el convenio entre el MGAP y el MA “cuida que los cambios integren a las diferentes partes interesadas: los actores públicos, privados, productores, comerciantes”. “Van a venir nuevos requisitos, que no quiere decir que sean ni mayores ni menores. Son nuevos, pero hay que intentar dar tiempo para que esos cambios se puedan ir integrando e irlos gestionando a su nivel”, manifestó.

También se le consultó al ingeniero agrónomo respecto de ejemplos de requisitos que podrían venir con la nueva modificación del registro. Respondió con cambios anteriores: “por ejemplo, un producto al que se decidió restringir su uso, ahora se vende sólo bajo receta; o como pasó hace un par de años con la atrazina [un herbicida], que hay un tope y por año no se puede usar más de determinados gramos de principio activo por hectárea, y entonces el productor tiene que incorporar eso a su estrategia de manejo”.

Otra pregunta que se le realizó a Viroga es si se va a apostar por producir mayor cantidad de alimentos inocuos; recordó que la FAO “apoya técnicamente” eso, pero como organización “no prohíbe ni recomienda prohibir” la aplicación de “productos fitosanitarios”. “Da los elementos técnicos para que los países puedan definir autónomamente, en base a ciencia y solvencia técnica, recomienda los pasos y caminos a seguir”, acotó.

Dijo que “ya no solamente importa lo que producís y el producto que utilizás, importa cómo cuidás el ambiente”. Planteó que “está bueno” ir “construyendo una visión común”, que el MGAP “abra las puertas a la parte ambiental” y “que la parte ambiental se acerque a la productiva”. Expresó que es necesario porque “somos un país agropecuario” y “el mundo va hacia ahí”.

“Hoy Uruguay no tiene la restricción a ningún mercado por los productos que usa, pero hay cambios a nivel mundial. Lo que se busca es ser proactivos y no ser reactivos. Que no pase que un día se levantó la Unión Europea o China y dicen que ya no aceptan o no compran más alimentos con estos productos. No hay que esperar que los mercados se impongan, eso sería mucho más doloroso”, destacó.

Viroga manifestó que el proyecto Plaguicidas “está en etapa de cierre”, pero que los ministros del MGAP y MA “a través de una carta pidieron apoyo a la FAO” para generar “un nuevo proyecto y consolidar los avances que se han dejado”. Sumó que “otro punto valorable es que gran parte del proyecto se ejecutó con un gobierno”, en referencia al del expresidente Tabaré Vázquez, y que “después cambiaron las autoridades y también están decididos a avanzar”.