En noviembre tendrá lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Escocia. Tiene por objetivo reunir a los 197 países que se comprometieron a estabilizar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y entablar negociaciones. Se busca tomar medidas para que la cifra llegue a un nivel que permita a los ecosistemas adaptarse naturalmente al cambio climático, sin afectar la producción de alimentos y convertir el desarrollo económico en un modelo más sostenible.
Reino Unido tomará la presidencia de la conferencia y como estrategia designó a embajadores regionales. Fiona Clouder es la embajadora por América Latina y el Caribe. Aterrizó en Uruguay ayer por la mañana, como parte de su gira por diferentes países de la región. A lo largo de su trayectoria profesional trabajó en temáticas vinculadas a la migración, ciencia e innovación, diplomacia climática y territorios de ultramar. Desde 2014 hasta 2018 fue la embajadora británica en Chile. Clouder manifestó que “hay muchas conferencias, muchas reuniones para hablar sobre los desafíos y las oportunidades” en materia ambiental, pero ahora “es esencial tomar acción”.
Cada año tiene lugar una Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP). ¿Qué diferencia esta instancia de las otras?
Este momento y esta conferencia son muy importantes. Hay COP cada año, pero esta es particular porque la ciencia nos dice que hay riesgo de excedernos en la temperatura; de exceder el límite de 1,5 grados en aumento de la temperatura. Si esto pasara sería un desastre para todo el mundo. Particularmente para América Latina y el Caribe, porque es una región muy vulnerable a los impactos del cambio climático, particularmente el sector agrícola.
Es muy importante para el mundo decidir juntos cómo enfrentar mejor el cambio climático. Es el desafío de nuestra generación y las futuras. En mi programa hay muchas reuniones con el gobierno aquí, también con otras organizaciones y empresas.
Los países industriales se comprometieron en 2009 a otorgar anualmente 100.000 millones de dólares a los países más vulnerables a la crisis climática. Los últimos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico plantean que en 2019 se brindó 79.600 millones de dólares. ¿Cuál es su posición sobre este tema?
El financiamiento es muy importante. En la conferencia hay tres elementos principales. Uno es el compromiso de los países industriales para que contribuyan con 100.000 millones de dólares para proyectos climáticos. Pero en este momento los países no han seguido el compromiso, que es muy importante principalmente para los países vulnerables. También tenemos que trabajar con las instituciones financieras, como los bancos multilaterales y el sector privado.
No sólo es un tema ambiental, es un tema de cambio social y económico. Por esta razón es muy importante que cada parte de gobierno considere los planes para reducir las emisiones, aumentar las oportunidades y enfrentar los retos del cambio climático. En el corazón de este problema está la gente, las comunidades, los jóvenes, el futuro. Es relevante que los gobiernos de cada país consideren los impactos del cambio climático sobre sus poblaciones y sectores económicos. También planear cómo reducir los gases de efecto invernadero, considerar los planes para adaptar y preparar un futuro con resiliencia.
¿Cree que en la región se le da la importancia suficiente a la crisis climática?
Sí y no, este año fue difícil. Es posible hablar con países en todo el mundo desde mi casa, en Inglaterra. Hay progreso, particularmente en esta región, y es maravilloso. Pero en mi opinión, hay muchas conferencias, muchas reuniones para hablar sobre los desafíos y las oportunidades, pero ahora es esencial tomar acción. La necesidad de acción es urgente. Hay sólo una década para tomarla y evitar un aumento en la temperatura global, que sería un desastre.
¿Dónde piensa que Uruguay debe poner atención?
Espero que Uruguay vaya a la COP26 con espíritu de cooperación y colaboración. Con ejemplos de cómo reducir las emisiones, de adaptación y resiliencia. El sector agricultura es un maravilloso ejemplo. Es posible con la combinación de métodos en el sector, con el uso de la tecnología y nuevos genotipos de animales y hierbas. Hay muchas posibilidades y es una oportunidad para que Uruguay muestre a la región las posibilidades en el sector agrícola.
¿Cuáles son los principales objetivos de cara a la conferencia?
Uno es la mitigación, para estimular a todos los países a preparar sus planes nacionales y sus contribuciones nacionales. Un plan para reducir las emisiones, por ejemplo, con más uso de fuentes de energías renovables para convertir el sistema de transporte en un sistema limpio. También cómo hacer que los sectores industriales tengan más eficiencia energética. Un segundo objetivo es la adaptación y resiliencia, en este momento el cambio climático es una realidad. Particularmente, es una realidad para los países y comunidades más vulnerables; hay muchos casos en esta región. Este año quizás aprendamos de la conexión entre la naturaleza, la gente y el ambiente. También tenemos que cumplir con el Acuerdo de París.
Global Witness, ONG internacional, en su último informe evidenció que en 2020 se registraron 227 ataques letales a personas defensoras de la tierra y el ambiente; equivale a cuatro asesinatos por semana. ¿Qué piensa sobre esta problemática?
Es una pregunta difícil, pero importante. Son terribles los asesinatos. En otras partes de la región existe la deforestación y las actividades ilegales, como la tala ilegal y el narcotráfico. Es muy importante para los gobiernos confrontarlo, con regulación más fuerte y lidiando con la gente que comete la tala y minería ilegal. Los pueblos indígenas tienen un importante rol en esto, la tierra es la comunidad, ellos tienen un particular conocimiento de los bosques, de las plantas y de cómo proteger a la naturaleza.
¿Piensa que la crisis climática se puede controlar?
Sí, es posible si hay una colaboración en todo el mundo. Es importante entender que no es un problema que un país pueda resolver, es importante la colaboración internacional. Mi mensaje principal es la necesidad de acción, acción con la gente y acción ahora. La ciencia nos dice que nos queda menos de una década para tomar acción. Es posible si nosotros tomamos acción radical y ahora.