En un período de sequía extrema, a mitad de enero, comenzaron los incendios en Corrientes, Argentina. La extensión de humedales, pastizales, bosques nativos y plantaciones que se han visto arrasadas se estima aproximadamente en 800.000 hectáreas. La cifra podría parecer abstracta, pero equivale a 9% de la superficie de la provincia y más de 35 veces la superficie de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Rewilding Argentina -organización que busca revertir la extinción de especies y la degradación ambiental- trabaja en el Parque Nacional Iberá, que tiene 195.094 hectáreas y se encuentra en la región de los Esteros de Iberá, humedal que abarca cerca de 12.000 kilómetros cuadrados, ubicado en la provincia de Corrientes. El martes la organización emitió un comunicado afirmando que producto de los incendios se afectó casi 40% de la reserva y se perdieron casi 200 kilómetros de alambrado que tenían por objetivo preservar la fauna.

Un punto importante para entender la problemática es que los humedales son ecosistemas fundamentales, ya que albergan una gran diversidad de fauna y flora, captan el agua de la lluvia, filtran y recargan los acuíferos, y también reducen la acción erosiva.

“Son la última muestra en América del Sur de pastizales subtropicales en buen estado de conservación en grandes extensiones”, se indica en el comunicado. Allí también se plantea que conservarlo implica “múltiples beneficios ecosistémicos”, que son “el lugar ideal para reintroducir especies extintas localmente” y contribuyen “a recuperar un humedal más completo, que se adapta mejor y se recupera con mayor rapidez y eficiencia de crisis ambientales como esta”. La directora de la fundación, Sofía Heinonen, declaró a Infobae que los incendios redujeron la cantidad de alimento para la fauna que logró sobrellevar el fuego. “Deberán competir por comida y hábitat con el ganado doméstico que, sin alambrados de por medio, ingresará a los últimos relictos de biodiversidad del parque en busca de pasturas y agua”, sumó al medio argentino.

Entre la fauna de Esteros de Iberá se encuentran el ciervo de los pantanos, el lobito de río, el carpincho, el oso hormiguero, el yacaré negro y el overo, el aguará guazú, el mono aullador y una asombrosa variedad de aves. Varias de estas especies se encuentran bajo grado de amenaza de extinción.

Los esteros y bañados son la cobertura vegetal más afectada

Según el último informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -organismo de investigación que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina- del 16 de febrero, el ritmo de incremento de la superficie afectada pasó de “una tendencia de 20.000 hectáreas diarias a cerca de 30.000 en los últimos días”. A su vez, se detalla un dato importante: la cobertura vegetal que ha sufrido más daño son los “esteros y otros bañados”, con más de 245.000 hectáreas.

“Los bosques cultivados también fueron muy afectados, el área quemada aumentó casi dos veces y media, pasando de 12.000 a más de 31.000 hectáreas”, se expresa en el informe. Las pérdidas de productores forestales, ganaderos, yerbateros, arroceros, citrícolas y apicultores se estiman en más de 26.000 millones de pesos argentinos, según informó Página 12.

Una Ley de Humedales urgente

El país vecino tiene seis regiones de humedales: Cuenca del Plata, Chaco, Pampas, Patagonia, Puna y Zona Costera Patagónica. Con el objetivo de garantizar su protección, la sociedad civil tiene una exigencia histórica: la sanción de una Ley de Humedales. En 2013 se presentó el primer proyecto, que luego de no aprobarse en Diputados perdió estado parlamentario. En 2016 hubo otro intento, de la mano del entonces senador Pino Solanas, que también fue rechazado.

En 2020, tras los incendios ocurridos en el delta del Paraná, se reactivó el debate sobre la problemática y se volvió a instalar en la agenda, a tal punto que se presentaron 13 proyectos de ley, diez en Diputados y tres en Senadores. Se redujo a uno que buscaba la creación de un inventario donde esté registrado cada uno de los humedales del territorio, estableciera presupuestos para su conservación y determinara qué tipo de actividades podrían realizarse en ellos. El 21 de diciembre perdió estado parlamentario.

La Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, que nuclea organizaciones socioambientales que intentan frenar “la profundización del extractivismo”, manifestó en su cuenta de Twitter: “Lo que sucede en Corrientes es fruto del extractivismo, del agronegocio, de los desmontes, la Ley de Humedales cajoneada. Esto no es ni más ni menos que la desidia y abandono de gobiernos que no sólo miran para otro lado sino que no paran de impulsar leyes y negocios que sólo suman más destrucción y pobreza”. Exigieron que el gobierno aumente “la infraestructura, el presupuesto y la cantidad de brigadistas para combatir el fuego”.