“El único camino verdadero hacia la seguridad energética, los precios estables de la energía, la prosperidad y un planeta habitable radica en abandonar los combustibles fósiles contaminantes, especialmente el carbón, y acelerar la transición energética basada en las energías renovables. Las renovables son el plan de paz del siglo XXI”, afirmó días atrás António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas. Por esta razón es reconocido Uruguay en el mundo: ser pionero en la soberanía energética y el impulso de las energías renovables. Aunque la imagen nacional puede cambiar.
El martes Ancap anunció que las empresas petroleras Shell y el Grupo APA presentaron ofertas para poder explorar, con miras a posteriormente explotar, tres nuevos bloques de la plataforma offshore –en el mar– de Uruguay. Para lograrlo, el Grupo APA se comprometió con las autoridades a “la perforación de un pozo exploratorio en el período inicial de cuatro años”, según informó Ancap en un comunicado. En el mismo bloque que se le concederá, Total –grupo empresarial francés del sector petroquímico y energético– realizó en 2016 un pozo de 3.404 metros de lámina de agua y aproximadamente 2.500 metros extra de perforación bajo el lecho marino. No encontraron yacimientos de hidrocarburos, según los geólogos, porque se tendría que haber ido a capas más profundas: al cretácico.
Por su parte, a Shell se le otorgarán dos bloques y se comprometió a “la evaluación de la geología del petróleo y de recursos prospectivos, la inversión en modelado 3D, gravimétrico y magnetométrico y el licenciamiento de información”. Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap, resaltó que a partir de este punto “empieza el procedimiento de firma de contratos, con la autorización del Poder Ejecutivo”. Cuando se concreten, cuatro de los siete bloques aptos para buscar el sustento de las energías fósiles quedarán ocupados.
Las ofertas por parte de las petroleras se hicieron en el marco de la Ronda Uruguay Abierta de Ancap. Su modalidad consiste en que durante mayo y noviembre de cada año las compañías presentan sus planes para explotar y buscar hidrocarburos bajo la modalidad de “contratos de producción compartida”. En mayo de este año, Ancap ya había firmado un contrato con Challenger Energy –otra empresa petrolera–, que actualmente tiene licencias de exploración y explotación en Trinidad y Tobago, Surinam y las Bahamas. Tras conocerse esto, organizaciones socioambientales de nuestro país reclamaron al gobierno mayor información sobre los contratos y afirmaron que el proceso contradice el camino de la transición energética.
Mientras tanto, Stipanicic resaltó este jueves en una conferencia de prensa que el país “se vuelve a poner en el mapa petrolero mundial”. También comentó que las probabilidades de encontrar un yacimiento –que sería un caso de “éxito” para el jerarca– están “por debajo de 20%”. Dijo que es bastante arriesgado, pero que “así se mueve el mundo petrolero”. “El optimismo que nosotros queremos transmitir hoy, básicamente, es porque una de las ofertas recibidas ya incluye un pozo exploratorio en los primeros años”, sostuvo.
A su vez, se refirió al contrato con Challenger Energy. Planteó que tiene cuatro años para desarrollar conocimiento, investigación e interpretación de datos y que “posiblemente haga la incorporación de algún socio que pueda producir algún pozo”. “Para ganar el siguiente período exploratorio va a tener que traer a alguien que le haga un pozo, porque Challenger no lo puede hacer”, agregó.
El “anzuelo” para atraer “a las empresas petroleras”
Mientras el mundo se calienta por culpa del cambio climático causado por los seres humanos, las emisiones de gases de efecto invernadero no parecen reducirse al nivel que tiene como objetivo el Acuerdo de París –que Uruguay ratificó– para mantener la temperatura. Mientras las problemáticas socioambientales son cada vez más evidentes, las empresas buscan adaptarse a un nuevo mercado “verde”. En este contexto, Uruguay presentó la semana pasada una hoja de ruta del hidrógeno verde, en la que Ancap “va a estar jugando sin el monopolio” y también se van a estar ofreciendo bloques offshore para su elaboración.
El presidente de Ancap manifestó durante la conferencia que las energías renovables y fósiles “tienen que convivir entre sí” y “complementarse”. Apuntó que quieren hacer un “combo” o “anzuelo” para “facilitar a las empresas petroleras que también tienen inversiones en renovables a acercarse a Uruguay para buscar los dos energéticos: los fósiles y los renovables”.
¿Por qué no apostar solamente a las energías renovables? Stipanicic respondió con una anécdota: “En la expo sostenible yo estaba con el ministro [Adrián] Peña y se acercó una persona y le dijo: ‘Ministro, tenemos una propuesta para abandonar los combustibles fósiles’. El ministro, bastante rápido, le dijo: ‘Acá está el presidente de Ancap, planteáselo a él’. Mi respuesta instantánea fue: ‘Yo lo firmo, dejemos de utilizar combustibles fósiles mañana mismo. Pero ¿quién se encarga de mover el país?”. Hasta el momento, Uruguay no ha tenido ingresos por la explotación de petróleo y gas natural.
Al mismo tiempo, para el jerarca “no hay contradicción entre la política energética, la política de transición –la actual– y la política ambiental que fuertemente ha adoptado este gobierno y de la cual Ancap es parte y socia en el desarrollo”.
¿Áreas marinas protegidas o exploración de petróleo?
En 2020, organizaciones socioambientales presentaron dos propuestas para crear áreas marinas protegidas en el país. Una de ellas tendría 35.000 kilómetros cuadrados y abarcaría siete sistemas de cañones submarinos –conductos que transportan sedimentos desde la plataforma continental hacia el océano profundo– que se llaman Río de la Plata, Montevideo, Piriápolis, José Ignacio, La Paloma, Cabo Polonio y Punta del Diablo.
Se advirtió que en dicha zona se han identificado varios animales amenazados: 19 especies de aves, 13 especies de mamíferos marinos, cuatro especies de tortugas marinas, 22 especies de tiburones o rayas y cinco especies de peces. Actualmente el Ministerio de Ambiente (MA) está analizando la idea.
Los bloques concedidos se encuentran en la misma zona que el área marina protegida que se busca impulsar por las organizaciones. Stipanicic señaló que han mantenido reuniones con las autoridades del MA. “Las áreas protegidas están contempladas en los contratos petroleros, toda la actividad requiere una autorización ambiental previa y una autorización ambiental operativa en el caso de que haya una explotación”, mencionó. Enseguida, indicó que el proceso de declaración puede ser “un proceso largo, interinstitucional y que requiere negociaciones multilaterales”.
A su vez, se le consultó al presidente de Ancap si puede suceder que se declare el área marina protegida y su ubicación sea lindera a una futura exploración de hidrocarburos: “Se puede dar que el área protegida esté arriba de un yacimiento y el yacimiento se explote de otro lugar. Si tú ves ese mar territorial, lo que puede ser de alta sensibilidad ambiental podrá ser 5%, 10%. Sería demasiada coincidencia que hubiera que perforar un pozo sí o sí exactamente en un lugar ambientalmente protegido”. De todas formas, el ecosistema oceánico no conoce de bloques ni límites fronterizos.