A fines de febrero de 2024, la compañía HIF Global firmó un memorándum de entendimiento con el gobierno para la construcción de una planta de hidrógeno verde y energías renovables en Paysandú. Sin embargo, la empresa ya había comenzado a mover sus piezas.

El 30 de enero de 2024, la intendencia de Paysandú solicitó categorizar como suburbanos dos padrones que suman 440 hectáreas sobre la costa del Río Uruguay. La propietaria de esos predios es, justamente, la empresa HIF Global y es en estos dos padrones, antes categorizados como rurales, donde planea, según la resolución, “la implantación y localización de una planta industrial modelo para la producción, almacenamiento y distribución de e-combustibles con base en la captación de CO2 biogénico y procesos síntesis de hidrógeno a partir de energías renovables”.

La comuna de Paysandú justificó la recategorización de los padrones aduciendo en el documento que el emprendimiento propone “el desarrollo de soluciones innovadoras en la lucha contra el cambio climático”. Un dato no menor consiste en que los predios se encuentran frente a la Isla del Queguay Grande, que integra una zona que el Ministerio de Ambiente se comprometió a ingresar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). No se trata de la única afectación que podría tener la zona.

Área protegida y disputada

Enertrag, la compañía alemana que busca llevar adelante el proyecto de hidrógeno verde y metanol en la localidad de Tambores, presentó otra iniciativa ante el Ministerio de Ambiente para poder instalar un parque solar de 316 hectáreas a pocos kilómetros de la ciudad de Paysandú. Según el documento donde presentan la Viabilidad Ambiental de Localización, fechado en febrero de 2024 y al que accedió la diaria, el objetivo es abastecer “a un consumidor de energía asociado a la producción de combustibles verdes en el país”.

El predio donde prevé instalarse es una fracción arrendada que pertenece a un padrón de 1.109 hectáreas. Dice en la solicitud que la infraestructura estará distribuida en áreas “afectadas por actividades productivas anteriores”. El sitio elegido es justamente lindero a los dos padrones sobre la costa del río Uruguay que fueron recategorizados por la Intendencia de Paysandú en enero a pedido de HIF Global.

Enertrag estima que la planta fotovoltaica tendría una potencia de 110 MWp. A su vez, relata que el tiempo de operación será de aproximadamente 30 años “de acuerdo a las condiciones de arrendamiento del predio, sin perjuicio de extensiones de plazos”. Durante la etapa de operación se brindará empleo permanente a cinco personas “además de administrativos, técnicos y operarios eventuales” y “servicios externos de diferentes tipos (vigilancia, mantenimiento, limpieza, gestión de residuos y barométrica)”.

La empresa alemana menciona que, además de la estructura necesaria para la colocación de los paneles, deberá construir una “subestación interna y sala de control, donde se ubican los sistemas de monitoreo de funcionamiento, control de alarmas y fallas y manejo de datos”. Define que la duración de la obra será de un año y medio “a comenzar cuando se obtengan todas las licencias del caso”.

El privado entiende que para conseguir la Autorización Ambiental Previa del Ministerio de Ambiente “se requerirá de estudios sectoriales adicionales”. En el documento presentado por Enertrag las palabras hidrógeno verde únicamente aparecen cuando se detallan las normativas “vinculadas” al proyecto. Específicamente ponen sobre la mesa el artículo 237 de la Ley 20.075, aprobado en 2022, que trata sobre las “condiciones para la servidumbre de ocupación con infraestructura de transporte de vectores energéticos e insumos industriales y productos asociados a proyectos de hidrógeno verde y derivados”.

En el informe no se dice de manera directa que su interés sea suministrar energía a HIF Global, si bien las compañías cuentan con predios aledaños e incluso en el documento expresa: “De tratarse de suministro a un consumidor privado para generación de combustibles verdes se deberá analizar, en la etapa de Estudio de Impacto Ambiental, la ubicación de la subestación del consumidor y las conexiones requeridas, asumiendo que se tratará de cortas distancias, en las inmediaciones del parque solar”.

Foto del artículo 'Intendencia de Paysandú inició trámite para recategorizar suelos de padrones frente a la Isla del Queguay Grande para empresa de hidrógeno verde'

El predio según la compañía

La empresa alemana pide que se clasifique su proyecto de parque solar como “B” porque “podría tener impactos positivos en la economía local, en tanto que los potenciales impactos negativos ambientales y sociales serían de magnitud relativa media a baja, pudiendo ser prevenidos, mitigados o compensados aplicando medidas conocidas y sin complejidades particulares”. Según el Visualizador del Observatorio Ambiental Nacional, la iniciativa se encuentra en puesta de manifiesto, momento en que la población puede enviar comentarios con su perspectiva a las autoridades.

Enertrag justifica la elección del lugar por diversos motivos. Uno de ellos es la “irradiación solar”; se amparan en datos del Global Solar Atlas, donde se plantea que el “litoral noroeste de Uruguay tiene un valor diario estimado de irradiación media superior a 4,8 kWh/m²”. También en las “condiciones físicas” del predio, por su característica de ser “abierto, de escasa pendiente, no inundable, con escasa fragmentación por accidentes geográficos (cursos de agua, elevaciones o quebradas, afloramientos rocosos, etc.), sin construcciones y sin árboles altos u otros obstáculos permanentes generadores de sombra”. Por otra parte, ve con buenos ojos que esté ubicada en “un área rural muy escasamente habitada, por lo que resulta más fácil mitigar posibles impactos por perturbaciones a pobladores locales”. Asimismo, describen que el “cambio de uso productivo del suelo rural” implicaría “una diversificación de la matriz productiva local y no afectaría el uso para producción primaria a largo plazo”.

En el documento, se describe que el lugar del proyecto “dista aproximadamente un kilómetro en su punto más cercano al arroyo Candel y dos kilómetros a la costa del río Uruguay, siendo atravesado por cursos intermitentes de las nacientes de la cañada de Trejo y de la cuenca del río Queguay Grande”. La empresa dice que durante la obra “es importante evitar alteraciones físicas directas sobre los corredores de drenaje y cursos de agua, así como prevenir la afectación de la calidad de agua por arrastre de contaminantes o material particulado”. Mencionan que en este período también pueden “requerir agua de perforación, que luego quedaría para suministrar las instalaciones del parque solar”. A su vez, plantea que “no habría afectación de vegetación nativa, arbórea o arbustiva, ya que las intervenciones de obra serían totalmente en campos agrícolas”.

“La presencia del parque solar implica que por un período estimado de 30 años el suelo dejará de tener afectación por prácticas agrícolas, lo que puede incidir favorablemente en la recuperación de sus propiedades. Sería —por lo tanto— importante contar con estudios de línea de base para monitorear su evolución”, suman.

Un sitio biodiverso que debemos conservar

En el informe, Enertrag menciona que “la afectación de fauna” durante la obra “podría ocurrir en caso de intervención directa de los hábitats o por perturbaciones de obra (ruido, tránsito, presencia de personas)”. “No se prevé alteraciones de las áreas de interés para fauna a lo largo de los drenajes y corredores de bosques asociados o espejos de agua. Tampoco habría incidencia en las áreas de interés de conservación existentes en el resto del padrón, donde hay ambientes con probabilidad de ocurrencia de varias especies de fauna en vinculación con el corredor biológico a lo largo del río Uruguay y ambientes adyacentes”, señala. Sin embargo, un informe encargado por la propia empresa a un especialista —que se adjuntó al documento de Viabilidad Ambiental de Localización— resalta la importancia de todo el predio para la biodiversidad.

Allí se explica que, según el sistema de información ambiental del Ministerio de Ambiente y la entonces Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), el predio corresponde a “la clase 5”. “En esta clase están el conjunto de sitios de interés para el SNAP que no son prioritarios para su ingreso al sistema en el período, pero que deberían ser considerados en otras estrategias de conservación [...]. Son sitios que deberán ser especialmente considerados en los procesos de evaluación de impacto ambiental, evaluaciones ambientales estratégicas y procesos de ordenamiento territorial”, enfatiza el estudio.

Enseguida, suma que en el lugar existen “varios ecosistemas amenazados por su baja distribución en el país” que “deben ser mantenidos en su diversidad para asegurar la integridad del sitio y las especies que lo habitan”. Están en peligro los bosques parque y praderas, bosques ribereños asociados al margen e islas del río Uruguay y a los arroyos San Francisco Grande y San Francisco Chico.

“El predio estudiado presenta una superficie total de 1.109 hectáreas y en él existen 308 hectáreas de áreas fuertemente modificadas con presencia de cultivos. El resto, 801 hectáreas, presenta ambientes naturales con bosques ribereños, zonas húmedas y bosque-parque en densidad variable, con bajo o nulo nivel de intervención”, describe el informe técnico. El sector lindero al río Uruguay, dice, tiene una “alta heterogeneidad estructural, lo que es esperable que genere una alta biodiversidad”.

Sobre la fracción de terreno que Enertrag quiere utilizar para ubicar el parque solar, indica que “presenta praderas que han sido históricamente utilizadas para fines productivos y se encuentran fuertemente intervenidas”. “Este sector de chacras muestra también algunos tajamares de escasa superficie y subdivisiones en forma de corredores donde se observan bosques angostos, matorrales y ambientes de chircal y pastizal húmedo asociados a zonas bajas, lo que aumenta la diversidad ecosistémica y brinda comunicación con el área de influencia”, agrega.

El informe también realizó una “zonificación” de la superficie total del padrón. Detectó que 27,8% corresponde a “zonas antropizadas por cultivos”, 19,3% a “bosques y ambientes ribereños inundables” y un 52,9% a “áreas de ecotono, bosques ribereños y bosques de parque en densidad variable”. A su vez, resalta que “existirían 400 especies de vertebrados (excepto peces) con alguna probabilidad de registro en relevamiento de campo, 291 de las cuales presentan alguna probabilidad de ocurrencia” en la fracción donde existe “mayor grado de intervención” y se busca instalar el parque. En concreto, se trata de 198 especies de aves, 34 de reptiles, 18 de anfibios y 41 de mamíferos. Dentro del total de especies con “alguna probabilidad de registro” en el predio, “183 revisten algún interés especial en conservación”; “42 especies son amenazadas” según clasificaciones internacionales y “85 son especies consideradas prioritarias para la conservación” según el SNAP.

El técnico subraya como una de sus conclusiones que 801 hectáreas del padrón muestran “comunidades naturales que estarían organizadas en una alta riqueza de ecosistemas poco modificados, con áreas de praderas arboladas, corredores anchos y continuos de bosques ribereños asociados a bañados y zonas inundables, extensos bosques de tipo parque de diversa densidad y ecotonos variados”.

El año pasado, la gerenta de Evaluación Ambiental del Ministerio de Ambiente, Rosario Lucas, dijo que en Uruguay “tenemos tierras y suficiente superficie para desarrollar las energías renovables”, pero apuntó que el desafío está en “dónde se da y cómo”. “¿Qué cambios de uso del suelo vamos a tener y cuáles son los que más le convienen al país?”, se preguntó en su momento, para luego recordar que “hay áreas de interés para la conservación que hay que tener en consideración”. Al fin y al cabo, pensar en qué tipo de transición energética queremos es también pensar en qué modelo de país queremos.

Aclaración: en la primera versión de esta nota se consignaba que la Intendencia de Paysandú había recategorizado los predios donde pretende instalarse HIF Global. Eso no era correcto, ya que la resolución de la comuna fechada el 30 de enero resolvía “dar trámite a la solicitud promovida por HIF Uruguay S.A en cuanto a la implantación y localización de una planta industrial modelo para la producción, almacenamiento y distribución de eCombustibles con base en la captación de Co2 biogénico y procesos síntesis de hidrógeno a partir de energías renovables” y autorizaba Eel inicio del procedimiento de revisión parcial sustancial del Plan Local de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible de la ciudad de Paysandú [...] y su recategorización de suelos rurales en suburbanos”.

La misma resolución establece en el punto 4 que “de no contarse con la decisión final de inversión positiva referida a la construcción de la planta promovida, los predios objeto del presente procedimiento deberán retornar a la categoría que poseen a la fecha del presente acto administrativo”, lo que motivó el error de pensar que la recategorización ya se había autorizado cuando no era así. Las disculpas del caso.