Ancap advirtió este lunes por una pérdida de petróleo en el kilómetro 56 de la ruta Interbalnearia, a la altura del balneario Costa Azul, en el oleoducto subterráneo que transporta el hidrocarburo desde José Ignacio hasta la refinería de La Teja.

Tras ser advertida por el Centro Coordinador de Emergencias Departamentales (Cecoed) de Canelones, la empresa estatal “detuvo el bombeo de crudo hacia la refinería y activó el protocolo de contención de derrames”, de tal manera que la “pérdida fue controlada de forma inmediata”, afirmó Ancap en un comunicado. Asimismo, informó que el mismo lunes se iniciaron las tareas de limpieza y remediación de los suelos afectados.

La petrolera estatal notificó de la situación a la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea) del Ministerio de Ambiente (MA), al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, OSE, Bomberos y Policía Caminera, “con quienes se coordinan acciones, y en las próximas horas se procederá a descubrir e inspeccionar el ducto para determinar la causa de lo ocurrido”.

“El oleoducto es un activo crítico en el que se transporta todo el petróleo que se refina en el país. Es recorrido por personal de Ancap en forma rutinaria y en la semana pasada no se detectó ni se recibió aviso de circunstancias anormales”, sostiene el texto.

Por último, la empresa estatal asegura que “la situación está controlada” y “no hay afectación de la circulación de vehículos en la zona y el hecho no afectará el normal suministro de combustible a la población”.

Por otra parte, el MA emitió un comunicado en el que cuenta que una vez que se recibió la notificación de la empresa estatal, un equipo del Área de Control y Desempeño Ambiental se desplazó al lugar para hacer una “inspección detallada”.

“Según el informe preliminar, constataron que el equipo de Ancap ya estaba trabajando en la identificación exacta del lugar de la pérdida y en las primeras actividades de remediación, agregando material absorbente en las zonas donde se encontraron rastros de hidrocarburo”, apunta el texto.

Durante la inspección, los técnicos del ministerio recorrieron toda la zona afectada y “aunque no se detectó hidrocarburo en forma líquida, sí se percibió un fuerte olor”. A su vez, el MA sostiene que “se constató que la pérdida había canalizado el hidrocarburo hacia un canal de pluviales, por lo que Ancap colocó material absorbente. El canal de pluviales, de aproximadamente 400 metros de longitud, no desemboca en un curso de agua, sino que se pierde en el campo”.

“Adicionalmente, se inspeccionó el arroyo Sarandí, ubicado a 1.200 metros del lugar del incidente, sin encontrar signos de contaminación. También se verificó la presencia de pozos de agua subterránea a cierta distancia del lugar afectado, notificando de inmediato a OSE”, añade el comunicado, y asevera que aunque estos pozos no mostraron ningún problema, se puso “fuera de servicio tres perforaciones que podrían verse afectadas”.

“El Ministerio de Ambiente seguirá monitoreando la situación de cerca y trabajando conjuntamente con Ancap y las instituciones pertinentes para asegurar que todas las medidas necesarias se implementen para mitigar el impacto ambiental. Mantenemos nuestro compromiso de informar a la ciudadanía sobre cualquier avance significativo en este asunto”, termina el comunicado.

Ancap analiza posibles causas del derrame

Fuentes de Ancap explicaron a la diaria que se descubrió el punto de pérdida “abajo de un camino de acceso a un terreno particular” y al remover la tierra alrededor del tubo se observó que “es todo relleno adicional”. “Así que posiblemente, aunque todavía no lo podemos afirmar con 100% de seguridad, un movimiento indebido de tierra y maquinaria pesada en el lugar puede haber lastimado el caño y provocado este incidente”, expresó la fuente.

“Lo que puede haber pasado, y como una especulación por ahora, es que si sobre el caño hay una piedra puntiaguda y vos apisonás la tierra de arriba, hace una mella en la protección externa que tiene el caño, hace un pequeño punto y ahí se produce un foco de corrosión localizada, y se produce la pinchadura”, explicó.

De todas formas, aclaró que recién cuando se termine de destapar el caño y se realice una limpieza se podrá observar la superficie del tubo y determinar si esa fue la única causa o hay algún factor más, como un “efecto de corrosión”, aunque en las inspecciones realizadas hasta el momento no se había alertado de ningún daño en ese tramo.

El control de los caños

La autoridad de la empresa estatal sostuvo que hay varias formas de controlar el estado del caño. “La primera y más obvia es el caudal y la presión que llega a la refinería: si de la terminal del este salen 100 litros [de petróleo] a la refinería, tienen que llegar 100 litros. Si llegan 90 litros, se para el bombeo porque hay una pérdida”, explicó la fuente, y señaló que en este caso el volumen de pérdida era “insignificante” respecto del caudal que se maneja habitualmente en ese caño, y ese pudo haber sido el motivo por el que no llegó una alerta de fuga a la refinería.

“La segunda inspección se hace todos los días, de lunes a sábado: una camioneta de Ancap recorre todo el trayecto del oleoducto, en particular para tratar de evitar que haya obras cerca del caño”, sostuvo, y planteó que la obra en este camino se pudo haber hecho entre las dos pasadas (ida y vuelta) que hace el vehículo por el lugar, que “son segundos” en los que los funcionarios pueden verificar si ocurre algo o no.

Existe una tercera forma de inspección de los caños en la que se corrobora que el recubrimiento esté sano, y cada cierta cantidad de años también se hace una inspección por dentro del oleoducto. La última se hizo en 2016 y la siguiente está prevista para este año. Para ese proceso se “coloca como si fuera una bala que recorre toda la superficie del caño y va registrando los espesores. Entonces, alerta si hay un lugar que esté debajo del espesor aceptable y ahí se hace una intervención en el caño”. En este tramo afectado, la fuente aseguró que “estamos todavía lejos del fin de la vida útil del caño”.

Por otra parte, afirmó que “la idea es que la reparación esté pronta hoy mismo”. Sobre los posibles impactos ambientales de la pérdida de petróleo, sostuvo que el MA trabaja en ello y que la empresa estatal debe asumir las consecuencias: “Los impactos los tenemos que remediar nosotros, es nuestra responsabilidad. Más allá de que tengamos la culpa o la responsabilidad sobre la rotura, la remediación la tiene que hacer Ancap”. Añadió que esa tarea ya se está haciendo mediante “dos fuentes”: “chupar todo el producto que está acumulado” y remover toda la tierra contaminada y trasladarla a la refinería de la Teja, donde se “hacen procesos químicos y físicos para sacar el hidrocarburo”.

“Lo más importante es que no llovió, no llegó a cursos de agua, el producto está notoriamente contenido”, enfatizó.