En el marco del Día Mundial del Ambiente, la Asociación de Limnología del Uruguay, que nuclea a quienes investigan los ecosistemas acuáticos continentales en nuestro país, emitió un comunicado donde llaman a “la reflexión sobre el estado del ambiente, la intensificación de los problemas relacionados con la calidad y cantidad de agua, la falta de protección de los sistemas y la planificación de sus usos”.

Los científicos y científicas resaltan la “necesidad de anticiparse a las crisis considerando costos ambientales y sociales” y, en este año electoral, convocaron a todos los partidos políticos para que elaboren “planes concretos a corto, mediano y largo plazo” con el objetivo de abordar la “emergencia ambiental”. En esta línea, enfatizaron que los proyectos deberán contar con “la participación de equipos interdisciplinarios de expertos junto a organizaciones sociales”.

“En los últimos años el país atravesó períodos de sequía, pero también inundaciones en varias cuencas del país. Particularmente, el último período de sequía provocó la crisis hídrica más importante de la historia reciente del país, que implicó el suministro de agua no potable a la población en la zona metropolitana durante varios meses. Estos fenómenos de sequías e inundaciones extremos están determinados por fenómenos locales que se ven intensificados por las actividades del hombre sobre nuestros ecosistemas y los procesos climáticos globales”, afirma la Asociación de Limnólogos del Uruguay.

En la misiva, los integrantes expresan que las medidas vinculadas a la gestión de ecosistemas acuáticos y cuencas del país “han sido escasas y poco efectivas”. Indican que “la falta de normativas adecuadas y de regulación de las normativas existentes” causa la “pérdida de los recursos que estos pueden brindar”, como el suministro de agua potable, la pesca y la recreación, entre otros.

“El agronegocio y las empresas privadas que están haciendo uso de los recursos acuáticos superficiales y subterráneos sin un control claro están afectando el equilibrio de los sistemas acuáticos y la calidad de vida de las personas. Particularmente perjudica a las personas más vulnerables y las que dependen directamente y día a día de los recursos que estos ecosistemas brindan”, describen. Finalmente, enfatizaron lo necesario de “un cambio cultural para la protección y conservación de nuestro ambiente en un mundo altamente cambiante”.