En noviembre de 2022, la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea) emitió la Viabilidad Ambiental de Localización a una iniciativa promovida por la compañía alemana Enertrag. El nombre del proyecto es Tambor y consiste en una planta de e-metanol. Busca instalarse en la localidad de Tambores, en el departamento de Tacuarembó.

En la documentación que presentó ante el Ministerio de Ambiente, la compañía afirma que alcanzará una producción de 84.000 toneladas de combustible sintético por año con destino a exportación. Para generarlo propone tomar agua superficial y tener como “respaldo” agua subterránea. Esta última, de aprobarse la iniciativa, deberá ser extraída del acuífero Guaraní, una reserva de agua dulce que los académicos buscan que sea protegida para abastecer a la población en momentos de crisis.

Sin ir más lejos, el consumo de agua del megaemprendimiento ha sido uno de los puntos de mayor preocupación en los locales. A comienzos de 2023, más de 40 vecinos y vecinas de Tacuarembó presentaron una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia para frenar un decreto aprobado por la Junta Departamental que recategorizó el suelo donde busca instalarse Enertrag. Fue desestimada, pero el organismo no se expidió sobre la problemática del agua, sino que manifestó que no está bajo su órbita determinar si la iniciativa “cumple o no con la normativa departamental”.

A su vez, según una encuesta de la Universidad de la República, más del 80% de las personas afectadas consideran de sumo interés cuánta agua va a utilizar la planta, de dónde se va a sacar y de qué manera impactará en la disponibilidad de agua para otros usos. Por otro lado, el relevamiento también detectó que la población de la zona de influencia del proyecto no tiene información sobre la iniciativa y tampoco ha tenido instancias de participación “efectivas y reales”, como establecen las normativas nacionales e internacionales.

En este contexto, dos años después de obtener la Viabilidad Ambiental de Localización, la empresa presentó ante la cartera el Estudio de Impacto Ambiental para obtener la Autorización Ambiental Previa. Según documentación que se encuentra disponible en el Observatorio Ambiental Nacional, sólo el primer tomo del estudio cuenta con más de 400 páginas, sin contar los anexos.

El 18 de febrero de este año, el Área de Evaluación Ambiental del Ministerio de Ambiente le comunicó a Enertrag que “la solicitud de autorización previa presentada no se ajusta a los términos de referencia” acordados para su elaboración. La cartera subraya que “este desajuste se aprecia prácticamente en la totalidad de la documentación”, y destacan algunos asuntos particulares. La compañía tendrá que resolver los puntos que le indica el Ministerio de Ambiente si quiere avanzar con la autorización. Cabe destacar que aún resta que el Estudio de Impacto Ambiental se encuentre en puesta de manifiesto —período en que la ciudadanía puede hacer llegar sus comentarios a las autoridades—, la audiencia pública, el informe técnico final y la resolución ministerial.

Las observaciones del Ministerio de Ambiente

El primer “desajuste” respecto a los términos de referencia que indica el Ministerio de Ambiente versa sobre “la disponibilidad y consumo de agua”. En tal sentido, se señala que se presenta un “estudio de disponibilidad de agua (subterránea y superficial) para una demanda superior al consumo indicado en el proyecto” y que “las conclusiones arribadas en el mismo no son directamente aplicables”. Por esta razón, indica que “la evaluación ambiental deberá realizarse para el consumo previsto”. A su vez, la cartera resalta que “no se presenta información y características de los pozos de agua subterránea de respaldo para la fase de operación, ni de los pozos de agua subterránea a usar en la fase de construcción”. También destaca que “no se establecen los escenarios en los cuales se requeriría utilizar las fuentes de agua de respaldo ni la evaluación ambiental correspondiente”.

El Ministerio de Ambiente también pone sobre la mesa que en la solicitud “no se indica explícitamente el consumo de agua por kilogramos de H2 [hidrógeno] y metanol a producir, ni se justifica la diferencia con los valores reportados por referencias internacionales tales como la Agencia Internacional de las Energías Renovables para las tecnologías empleadas”.

Entre otros “desajustes” incluye que “los diagramas, láminas y planos se presentaron en una escala inadecuada no permitiendo apreciar claramente sus diversos componentes” y “no se han descrito algunas actividades y obras derivadas de la fase constructiva del proyecto, como la caminería interna para acceder a los distintos componentes, la adecuación de la caminería existente para el ingreso de insumos, equipos, maquinarias y cargas especiales, la línea de impulsión desde el embalse hasta la futura planta, la construcción del embalse y el volumen de suelo a movilizar”. Asimismo, observa que “en las diferentes evaluaciones ambientales realizadas no todos los receptores han sido incorporados, como ciertos sitios turísticos en la evaluación del paisaje”. Dice también que “no se justifica la selección de los puntos de monitoreo realizados para la línea de base de presión sonora”. Notaron “desajustes” en la “evaluación de los impactos inducidos por la salida del producto por vía terrestre y marítima”, entre más puntos.

La iniciativa fue clasificada por la cartera como “C”, que incluye “aquellos proyectos de actividades, construcciones u obras cuya ejecución pueda producir impactos ambientales negativos significativos, se encuentren o no previstas medidas de prevención o mitigación”. En este sentido, dice el Ministerio de Ambiente en el documento que “entiende pertinente que se presente debidamente justificado el balance de energía involucrado”. Finalmente, concluye: “Surge que los elementos sustantivos faltantes en la solicitud presentada no permiten una total comprensión del proyecto y evaluación de los impactos asociados a su implantación, razón por la cual corresponde observar la Solicitud de Autorización Ambiental Previa que ha sido presentada para el proyecto de referencia”.

Subraya que “los puntos antes mencionados responden a asuntos principales identificados en función del análisis de la actual información presentada, pudiendo ser necesario profundizar en estos y/u otros aspectos”. “Por otro lado, considerando que el consumo de agua es uno de los factores limitantes para la producción, y de acuerdo a lo oportunamente transmitido a la titular, corresponde que en esta instancia del proceso solicite los permisos de agua ante Dinagua [Dirección Nacional de Aguas] para el embalse a construir así como los permisos de perforación aún no presentados, de forma de evaluar tempranamente la disponibilidad de dicho recurso”, agrega.

¿Cuánta agua consumirá la planta de combustibles sintéticos y de dónde la tomará?

Enertrag contrató a la consultora Ingesur para estudiar la “disponibilidad hídrica” y realizar una “propuesta de suministro de agua” para la planta. El informe que realizó se puede leer en el Observatorio Ambiental Nacional, tiene 120 páginas. En las conclusiones del documento se dice que, “en cuanto a la disponibilidad de agua superficial, no existe curso de agua en un radio de decenas de kilómetros a la redonda que permita cubrir la demanda de 4.400 m³/d en todo momento con toma directa”. Incluso, se enfatiza más adelante que “la alta demanda proyectada” es de 4.400 m³ por día. En un mes de 30 días, la cifra es 132.000 m³ (que equivalen a 132 millones de litros). Cuando obtuvieron la Viabilidad Ambiental de Localización, estimaron que el volumen de agua requerido por el megaemprendimiento era aproximadamente de entre 500 y 700 m³ por día. En este contexto es que el Ministerio de Ambiente le plantea a la compañía que presentó un “estudio de disponibilidad de agua (subterránea y superficial) para una demanda superior al consumo indicado en el proyecto”.

El documento hecho por Ingesur añade que “a unos 30 km, o, con mayor certidumbre, a 50 km”, del sitio puede “ser emplazada una toma de agua con capacidad suficiente para demanda, pero por normativa esta no podrá cubrir la demanda más que el 80% del tiempo. Por tanto, esta opción deberá complementarse con una presa”. En este sentido, describe que “la opción que surge como la de mayor potencial es la construcción de una o varias presas pequeñas en cuencas de menos de 10 km²”. “Existen varios posibles cierres a corta distancia del centro industrial con capacidad de dar cumplimiento a la demanda de 4.400 m³/d”, suma, sin mencionar posibles impactos socioambientales.

Sobre el acuífero Guaraní, señala: “En el sector de areniscas aflorantes, una impulsión de al menos 12 km podrá permitir una extracción sustentable del subsuelo, pero esta sería complementaria”. Estima que el acuífero “bajo el área industrial” podría tener el mismo potencial, pero “se entiende que su utilización práctica conlleva un conjunto de desafíos que minimizan su viabilidad (sociales, normativos, conocimientos, técnicos y logísticos)”.

El documento dice que “en todos los casos se requerirán líneas de impulsión de agua de varios kilómetros de extensión, y en el caso de agua superficial, se requerirá una planta clarificadora y disposición de lodos de proceso”. También hacen notar que “el cambio climático generará un efecto detectable, tendiendo hacia escenarios más extremos, con incrementos de precipitación, temperatura, evaporación y extensión de déficit hídrico”. En esta línea, señalan que durante “la etapa de proyecto ejecutivo de la presa que sea seleccionada se debe incorporar el análisis del cambio climático” ya que “esto conducirá a una presa de mayor tamaño que la que se obtendría por un análisis convencional”.

Entonces, ¿de dónde tomará agua el emprendimiento? En el primer tomo del Estudio de Impacto Ambiental, la compañía dice que “el suministro de agua para la planta industrial se llevará a cabo a través de una nueva presa, considerando además como fuente de respaldo una presa existente (en caso de llegar a un acuerdo para su aprovechamiento y gestión), así como pozos de agua subterránea”. La compañía afirma que la nueva presa “podría abastecer el 100% de la necesidad de agua del proyecto”. Como mencionamos más arriba, el Ministerio de Ambiente recordó a la compañía que no se describieron algunas actividades y obras derivadas del proyecto, entre ellas, “la línea de impulsión desde el embalse hasta la futura planta, la construcción del embalse y el volumen de suelo a movilizar”. Tampoco establecieron “los escenarios en los cuales se requeriría utilizar las fuentes de agua de respaldo [como el agua subterránea] ni la evaluación ambiental correspondiente”. Asimismo, la cartera cuestionó que en la solicitud “no se indica explícitamente el consumo de agua por kilogramos de H2 y metanol a producir ni se justifica la diferencia con los valores reportados por referencias internacionales, tales como la Agencia Internacional de las Energías Renovables para las tecnologías empleadas”. Así las cosas, quedan respuestas relevantes pendientes.