Mientras el número de evacuados en el litoral del país continúa en aumento -luego de un leve descenso-, son varios los contingentes de donaciones enviados desde diferentes ámbitos para socorrer a los damnificados.

Ayer los departamentos más afectados eran Paysandú y Salto, con más de 2.700 evacuados cada uno, y la solidaridad de los uruguayos no se hacía esperar, al punto de que algunas campañas tuvieron que retraerse y pedir a la gente que dejara de enviar ropa de bebé y cosas por el estilo, ya que no sólo no tenían dónde alojar tantas donaciones, sino que no tenían cómo hacerlas llegar a los damnificados, e incluso hubo quienes manifestaron que algunas de las cosas que la gente donaba no eran las que efectivamente se necesitaban. De todos modos el pueblo uruguayo siguió haciendo llegar lo que podía a la Cruz Roja, Canal 4, el PIT-CNT y otros tantos lugares.

Ayer el secretariado ejecutivo de la central obrera envió tres camiones con alimentos no perecederos, colchones, frazadas, zapatos y ropa para niños, para el departamento de Paysandú. La semana pasada había enviado un camión a Artigas y la próxima enviará otro a Salto y Cerro Largo. Las donaciones de los “compañeros trabajadores, las redes sociales y los sindicatos” no tardaron en llegar, dijo a la diaria Gustavo Signorelli, vocero de la central obrera.

El asunto ahora es que, tal como lo anunció a los cuatro vientos el director técnico del Sistema Nacional de Emergencias, Carlos Lorente, las necesidades de los evacuados ya están satisfechas. “Ya se cuenta con suficiente cantidad de ropa y alimentos para distribuir en los departamentos afectados”. Hay suficiente ropa y alimentos (aportados por el INDA y las comunas) para todos, de modo que lo que los artífices de las campañas deberían plantearse a estas alturas es qué hacer con toda esa ropa excedente que llega de todas partes y algunos llevan desde localidades remotas, en bicicleta, con innegable afán de colaborar.

Al parecer, ahora las necesidades son otras: tienen que ver con la higiene de los hogares que quedaron bajo agua, la reparación de las viviendas y la reposición del mobiliario (camas, mesas y sillas que se perdieron con las inundaciones). Por eso el CNE pidió a Naciones Unidas artículos de higiene y materiales de construcción. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) donó 40 mil dólares en artículos de limpieza e higiene y tachos térmicos para repartir comida de forma higiénica. Por su parte, estudiantes y docentes del Programa de Extensión de la Universidad de la República (Udelar) realizarán un diagnóstico de los daños que sufrieron las personas y las viviendas en las zonas afectadas, y otro sobre la percepción que tienen niños y jóvenes de estas inundaciones. Los trabajos comenzarán la semana que viene en Paysandú, Salto y Artigas.