Fotos: Iván Franco
La primera fecha del denominado Pilsen Rock Circus fue el milagro que se esperaba: dos toques inoxidables de Buenos Muchachos y Pixies. En la segunda fecha, además del rito festivalero de los brazos en alto haciendo palmas y cuernitos, hubo de todo. Los Violadores, bien lejos del geriátrico, desataron el pogo. Andrés Calamaro, en un mal día, suicidó una selección de hits y una banda a prueba de amargos con “palabras menos” de su “lengua (im)popular”. Pero le dio una lección de música uruguaya al público, que pareció no conocer un himno nacional como “Malísimo”, de Ruben Rada, ni al bajista Beto Satragni, recién fallecido. No Te Va Gustar, que recibió el escenario con atraso, calentó su recital con ganas, buen toque y la fiebre del auditorio a causa del salmón en mal estado. Queens of the Stone Age cayó en el escenario con la fuerza de un asteroide en el desierto. El show de los californianos debe de haberle recordado a Calamaro lo que él ya sabe: para mover un festival no hay que darle la orden, hay que conmoverlo.