La OIT percibió cierto crecimiento del empleo en el mundo este año, pero no el suficiente como para aventar las consecuencias de la crisis económica iniciada en 2008 en el mercado laboral. El director general de la organización, el chileno Juan Somavia, asistirá este viernes y el sábado en Seúl a la cumbre del G20 con el fin de reclamar en este foro de los países ricos y emergentes la adopción de “políticas de empleo productivo”.
Un informe elaborado por el Departamento de Estadística de la OIT, divulgado ayer, indica que la desocupación mantiene “niveles altos y continuos”, si bien con una disminución en la mayoría de las economías emergentes. El panorama se completa con un crecimiento “flojo” del empleo y del “número de empleados desalentados” y con una reducción del salario real y de las horas trabajadas.
El director del departamento, el uruguayo nacido en Bolivia Rafael Diez de Medina, consideró que “sólo para mantenerse a la par con el incremento de la población activa” deberán crearse en todo el mundo 44 millones de empleos por año, de los cuales 21 millones corresponden a los 19 países del G20 (Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía).
El informe se concentra en el mercado laboral de esos países, donde el desempleo oscila entre 5% y 25%, con una media de 7,8%. Por otra parte, constata “cambios estructurales en todas las economías” del G20, reflejados en una reducción del empleo en la industria manufacturera de entre 1,5 y 3 puntos porcentuales de la cuota total. También se redujo el empleo en la industria de la construcción.
Paradojas
El informe conducido por Diez de Medina registra un “crecimiento positivo” del empleo en 2010 en todos los países, si bien mayor en las economías emergentes que en las industrializadas.
Pero que crezca el empleo no tiene como correlato necesario una disminución del desempleo. La estadística de la OIT indica que 210 personas en todo el mundo buscan trabajo sin encontrarlo, 30 millones más que los que estaban en esa condición en 2007, un año antes de que se iniciara la crisis económica y financiera cuyas consecuencias aún no se dejan de sufrir.
Una de esas consecuencias sobre el mercado laboral es la caída del salario. Según el estudio, ha sido en promedio de 4% respecto de 2007, en un contexto de “creciente desigualdad de ingresos” y “nulo o escaso crecimiento salarial de una amplia mayoría de trabajadores”.
El estudio de la OIT comprobó en todas las regiones una disminución de la participación de varones en la fuerza de trabajo y un aumento de la femenina en Europa y en las economías emergentes. Pero, al mismo tiempo, el desempleo masculino aumentó menos que el femenino. El juvenil duplica la tasa general hasta alcanzar 19%.
Por otra parte, “el subempleo por insuficiencia de horas [trabajadas] se ha estabilizado en 2010, si bien permanece alto en varios países del G20”, agregó Diez de Medina.
El dato sobre desaliento de los empleados no es menor y configura un diagnóstico “muy preocupante”, pues “estos trabajadores no forman parte de las cifras de desempleo y, sin embargo, tienen un claro impacto sobre la cohesión social”, declaró el técnico al servicio de noticias de la OIT.