El stock de depósitos totales en el sistema bancario cerró el año 2009 en 15.894 millones de dólares y las causas que permitieron alcanzar ese récord en el fondeo de los bancos están directamente vinculadas con la mejora de los ingresos de los hogares, que va en línea con el crecimiento de la actividad económica registrado en los últimos años. A esto se le suma el arribo de fondos provenientes del exterior, que están concentrados en nuevas inversiones y nuevas empresas que abren una cuenta para su operativa normal, además de los foráneos que colocan en la plaza local con el solo motivo de conservar su riqueza segura y sin que les genere pérdidas.

Analizando los datos por monedas, se destaca el elevado crecimiento que han tenido los depósitos en pesos uruguayos, que medidos en dólares pasaron, en un año, de 2.256 millones a 3.302 millones, marcando un crecimiento anual superior al 46% durante 2009. De todos modos, los depósitos en dólares siguen siendo los más relevantes, aunque se puede percibir claramente la tendencia de los agentes a un cambio de moneda en sus colocaciones, debido a la fuerte apreciación de la nacional. Al cierre del año pasado, las colocaciones en dólares en el sistema alcanzaron los 12.217 millones, presentando un crecimiento de 14%, que, si bien es bastante importante, comparado con otros años muestra un dinamismo marcadamente menor. En 2008 los depósitos en dólares crecieron 23% y representaban 81% del total, mientras que en 2009, debido al fuerte dinamismo de las colocaciones en pesos, la proporción de las realizadas en moneda estadounidense cayó al 77%.

En otro orden de cosas, actualmente los depósitos a la vista representan casi 80% del total, y esto responde directamente al bajo retorno que están teniendo las colocaciones a plazo fijo. Las realizadas en dólares rondan en promedio 1% de interés anual, que en un contexto como el del año pasado, en el que el peso cerró con una apreciación de 20% frente al dólar, dan como resultado un retorno negativo.

Los plazos fijos en pesos dieron resultados positivos pero no muy redituables: la tasa promedio a diciembre por inmovilizar depósitos en monda nacional durante un año en el sistema bancario fue de 7,1%, que con una inflación anual de 6% dio un margen real muy limitado.

En 2009 la dinámica relacionada con los depósitos fue muy particular, claramente como consecuencia de la crisis internacional. Al desatarse los agentes cambiaron su participación hacia el dólar como resguardo de valor, por considerarlo una divisa fuerte y segura, pero a medida que el agite financiero y sus temblores iban cediendo, volvieron lentamente a colocar en moneda nacional, y se empezó a gestar un fenómeno de repesificación de la economía, que se intensificó en los últimos meses del año cuando la apreciación del peso se aceleró.

Del aumento anual de 2.561 millones de dólares en los depósitos, 1.415 millones correspondieron a la banca privada y 1.147 millones al Banco República (BROU). Este último había alcanzado al cierre del 2009 un total de depósitos por valor de 7.591 millones de dólares, mientras que el de la banca privada llegaba a los 9.308 millones. Entre los bancos privados, el que cuenta con mayor stock de depósitos es el Santander, con casi 3.000 millones de dólares y superando el 30% del mercado privado. Claramente el BROU sigue siendo el mayor banco del país, acumulando 48% de los depósitos totales.

Créditos

Al mes de diciembre el stock de créditos concedidos al sector privado ascendía a 7.169 millones de dólares. Si de esta cifra se excluyen los préstamos vencidos, que están vinculados con la alta morosidad que presenta el BHU, el nivel de créditos vigentes concedidos asciende a 6.281 millones de dólares. Esta cifra determina que en el año 2009 los créditos crecieron 7,4%, lo que demuestra una dinámica claramente menor si se contrasta con el registro de 2008, cuando aumentaron casi 22%.

En el comportamiento registrado el año pasado incidió muy fuertemente el desenlace de la crisis financiera internacional, que impactó de lleno en la tasa de crecimiento del crédito. A partir del último trimestre de 2008, una vez conocido el quiebre de la firma Lehman Brothers, el stock de créditos comenzó a tener importantes altibajos y su contracción se intensificó a partir de mayo, cuando se especulaba con la perspectiva de tasas de crecimiento cero para la economía nacional y con cuantiosas pérdidas para los sectores de bienes transables, que se pueden exportar y dependen fuertemente de la demanda externa. Ante ese panorama poco claro, en el cual primaba la incertidumbre, el sector privado prefirió evitar un aumento de sus deudas que pudiera agravar más aun su situación financiera, al mismo tiempo que, por lógica y debido a la misma mezcla de incertidumbres y previsiones pesimistas, el sector financiero se volvió más conservador a la hora de considerar la concesión de préstamos.

El crédito al sector privado residente denominado en moneda extranjera básicamente no se ha modificado si se toma el año de punta a punta, ya que hubo una dinámica de crecimiento en los primeros meses y tasas negativas durante la última parte del año. Contrastando con esta situación, el crédito denominado en moneda nacional creció 21% a lo largo de 2009, en gran medida gracias a los nuevos préstamos otorgados en los últimos meses de ese año.

La explicación medianamente depurada de este comportamiento está relacionada con factores de demanda, principalmente con la asociada a los sectores de bienes transables, cuyo mercado ha presentado una evolución bastante menor como consecuencia de la crisis, a diferencia de la mayoría de los sectores de bienes no transables (los que sólo pueden ser consumidos en la economía que los produce).

La recuperación recién se hizo presente durante los últimos meses del año, debido a que hasta ese entonces las tasas de crecimiento interanual de los créditos eran negativas. En los últimos dos meses de 2009 se concedieron créditos por 400 millones de dólares, lo que a nivel anualizado representaría una expansión del orden de 50% medida en dólares corrientes.

Por lo tanto, en el último año se puede destacar el notorio aumento en la participación de los préstamos concedidos en moneda nacional. El fuerte dinamismo de éstos en los últimos meses coincidió con el período de mayor apreciación de la moneda local, lo cual es una evidencia de la mayor pesificación de la economía nacional, que se vuelve más demandante de pesos y refuerza su apreciación observada en el año.

A pesar de la recuperación reciente de los créditos, la conclusión es que siguen en un nivel muy bajo para las posibilidades de crecimiento que tiene el país. En términos relacionados con el Producto Interno Bruto, el stock de créditos vigentes se ubica en 18%, cifra que representa casi la mitad de la proporción alcanzada en el 2001.

¿Quiénes dinamizaron el crédito?

Al analizar cuáles fueron los principales demandantes de crédito a nivel de los distintos sectores de la economía, se destacan de forma muy marcada las familias. Es el sector más endeudado con el sistema financiero, a tal punto que, al finalizar el 2009 con un stock de 2.170 millones de dólares, concentra 35% del total de los préstamos vigentes concedidos a privados por el sistema bancario. La mejora en el nivel de empleo alcanzada en los últimos años, junto con la intensa recuperación salarial, han mejorado también el nivel de los usuarios de préstamos al consumo, transformándolo en un sector rentable y relativamente más seguro para el sistema bancario.

Los otros segmentos del mercado que le siguen son los sectores del comercio y construcción. En contraste con estos responsables del aumento del crédito en el último año, el sector manufacturero (segundo en relevancia en el total de créditos) presentó una caída de casi 12% en el stock de créditos vigentes. Esto, en definitiva, es una consecuencia directa de la dinámica negativa de la demanda externa, a raíz de la crisis internacional.