El economista brasileño Paulo Nogueira Batista, representante de su país y de otros siete estados latinoamericanos en el Directorio del FMI, declaró al diario O Globo que esa entidad necesita una reformulación para estar en condiciones de responder a los desafíos del escenario post crisis, en el cual las economías emergentes conquistaron la incidencia perdida por las naciones desarrolladas, las más afectadas por el derrumbe financiero. “Estas instituciones (FMI y Banco Mundial) aún son administradas en forma obsoleta. Si quieren tener un papel eficaz después de la crisis tienen que adecuarse a la realidad”, aseguró Nogueira, según consignó la agencia EFE.
En ese sentido, recomendó que las modificaciones introducidas en 2008 en el seno del organismo sean continuadas. “Una reforma más ambiciosa está en discusión. Pero avanza con dificultad porque, para que los países en desarrollo tengan más participación, alguien tiene que perder”, puntualizó. Más que una alusión, se trató de una referencia concreta. “Los europeos se agarran a esas posiciones. El juego básico es cómo convencerlos de que la legitimidad y la eficacia del FMI y del Banco Mundial dependen de la modernización para que representen nuestra realidad. Europa tiene casi la tercera parte de los votos y nueve de las 24 sillas en la dirección del FMI”, criticó el técnico y ejecutivo.
Contrastó que mientras algunos Estados del viejo continente como Lituania, Rumania y Hungría recurrieron al FMI para capear sus temporales financieros, la UE prefiere que Grecia no lo haga, para que la credibilidad del euro no se vea cuestionada. “Cuando los países en desarrollo decían que había un estigma en recurrir al Fondo, los europeos decían que no. Pero no quieren que Grecia resuelva sus problemas a través del FMI. Consideran que sería una pérdida de prestigio”, lamentó Nogueira. “Una de las clientelas más importantes del Fondo hoy son los blancos de ojos azules, europeos. La periferia morena, mulata y amarilla se convirtió en acreedora”, recordó el economista, evocando una expresión del presidente Lula da Silva, según la cual la crisis fue generada por personas blancas de ojos azules.
El Fondo de mi casa
En ese contexto, el servicio de noticias de la BBC dio a conocer que las dos principales economías de la zona euro, Alemania y Francia, analizan crear una réplica europea del FMI, iniciativa que, según el especialista en temas económicos Andrew Walker, surgió como consecuencia de la crisis de la deuda griega, si bien es improbable que la entidad proyectada entre en funciones para dar respuesta a esa situación. El organismo a crearse tendría como unos de sus cometidos principales prevenir coyunturas similares dentro de la zona euro, unión monetaria que nuclea a 16 estados de 27 que conforman la UE.
Walker señaló como promotor de la idea, que se encontraría en su fase inicial, al ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, quien estaría buscando el camino para dotar al bloque de una agencia fiscalizadora capaz de brindar, como hace el FMI, asistencia financiera a sus miembros, cuyo aporte conjunto dotaría a la entidad de los recursos necesarios. Se trata, según el especialista, de una iniciativa que trasluce el rechazo de varios países de la UE a que el FMI sea quien viabilice la salida de Grecia de su profunda crisis financiera. “[A los políticos europeos] parece no agradarles las implicaciones de que ellos mismos no puedan resolver sus propios problemas”, observa el analista.
Schäuble, dirigiéndose a la prensa alemana, confirmó la información y fundamentó la idea en que “para mantener el equilibrio interno de la eurozona necesitamos una institución que tenga experiencia y pueda intervenir de manera similar al FMI”. Aunque “no estamos planeando crear una institución para que compita con el Fondo Monetario Internacional”, el jerarca enfatizó que los europeos necesitan “para la estructura interna de la zona euro un organismo que posea la experiencia del FMI y tenga poderes ejecutivos similares”. Según “analistas económicos” aludidos por la BBC, el establecimiento de un organismo europeo similar al FMI permitiría al bloque contestar las críticas, según las cuales la Unión Monetaria Europea no tiene solidez ni unidad política para resolver emergencias como la planteada por la crisis griega. Walker, por su parte, apuntó que las propuestas de creación de mecanismos como el citado contribuyen a reducir la incertidumbre que afectó últimamente a los mercados, con los inversores tratando de adivinar hasta dónde Alemania, uno de los motores de la UE, está dispuesta a socorrer a Grecia.